Capítulo 3 / Mi primera vez

Start from the beginning
                                    

-¿No sabes? ¿Cómo que no sabes?-me dio un casto beso y se apoyó en sus codos para estar más cerca de mi rostro.

-Yo... No...-suspiré.

-¿Si?

-Es la primera vez que...-muy bien Haru, es hora de confesar, pensé.

-¿Es tu primera vez?-preguntó alarmado y se sentó de golpe en la cama.

Me acomodé a su lado, mirando a la nada, muy avergonzada. Asintiendo con la cabeza sin siquiera saber si me podía ver del todo.

Y ya. La humillación no podía ser más grande.

-Pero qué rayos... ¿Cuántos años tienes?-me miró curioso.

-Diecinueve-mentí. Si le decía que era menor de edad estoy segura que me daría una patada en el culo y se iría del cuarto- ¿Y Tú?

-Veintitrés-espetó- Diecinueve y virgen... Vaya eso no me lo esperaba.

-¿Por qué?

-No sé. La vibra que emites, tu cuerpo, tu forma de vestir, tu forma de beber, cuando me besaste en la cocina... Toda tú... No sé, creí que tenías experiencia.

-No sé qué decir-murmuré.

La humillación y vergüenza que sentía no podían ser más grandes.

-Yo tampoco-sonrió nervioso. Al parecer ya no estaba tan ebrio como antes.

-¿Entonces...?-insistí.

Ya estaba aquí, no me iba a ir porque sí. A menos que él me dijera que no quería nada, en ese caso no insistiría.

-¿Estás segura que quieres perder tu virginidad conmigo?

Tiré la cabeza hacia atrás un momento, suspiré y me reincorporé.

-Ji Yong, no esperas que te explique mis ideologías de vida, desnuda, aquí y ahora. ¿Cierto?-mi tono de voz estaba lleno de ironía, es un poco estúpido que se preocupe tanto por lo que vaya hacer una desconocida con su cuerpo.

Su próxima respuesta era lo último que iba a soportar, si seguía así, yo misma me vestía y me iba por donde entré.

Él rio suave y negó con la cabeza.

-Debo confesar algo-soltó.

-Dime-respondí con curiosidad.

-Nunca he estado con una chica virgen... Es por eso que... No sé qué hacer.

-Ah, maldición. Creo que sólo estamos perdiendo el tiempo. La verdad me daba igual que seas tú o cualquiera, pero bueno...-me puse de pie con la intención de irme y me tomó de la mano.

-¡No espera!-exclamó- Vamos desde cero. Haré todo con sumo cuidado, ¿sí?

-Eso quería oír-rodé los ojos y se acercó a mí lentamente.

Debido a nuestra edad y a la cantidad de hormonas alborotadas por parte de ambos, no fue muy difícil retomar la parte anterior.

Me tocó, me besó, me lamió por todas partes. La forma en que me estimuló fue perfecta y lo pude sentir, pero como no todo lo que brilla es oro... Llegó la parte que me temía.

La penetración.

En ese momento recordé todas las cosas que en algún momento leí en internet sobre relaciones sexuales.

Dolor, sangre, ardor.

Ese tipo de palabras se plasmaron en mi mente, pero traté de ignorarlas para que todo saliera bien.

Our SecretWhere stories live. Discover now