Capítulo 3 / Mi primera vez

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Comencé a morderme las uñas mientras lo veía subir las escaleras rápidamente.

Tenía mucho miedo y estaba emocionada/aterrorizada a la vez. ¿Qué debo hacer? ¿Se supone que también deba moverme? ¿Hacerle sexo oral? ¿O quizá no?

Estoy bastante ebria como para pensar al detalle lo que haré, creo que lo mejor será dejarlo fluir, haré lo que me pida y ya. Quiero deshacerme de una vez de este puto himen.

Y creo que le diré la verdad. Le diré que es mi primera vez. Sino confieso antes pensará que soy la peor chica con la que ha estado sexualmente dada mi nula experiencia y tampoco quiero quedar así.

-¿Haru?-murmuró entre la oscuridad.

-Aquí estoy-respondí poniéndome de pie.

Me extendió su mano y sonrió un poco tímido.

-¿En esa habitación te parece bien?-señaló una puerta de color blanco.

-Sí-asentí sin tomarle importancia.

Ingresamos y aparentemente era un cuarto de visitas, no tenía nada de especial o que llamara la atención.

Ji Yong cerró la puerta despacio, volteó y me miró fijamente.

Se acercó con lentitud hacia mí y sin pensarlo dos veces, comenzó a besarme con frenesí. Reaccioné inmediatamente a los movimientos de sus labios mientras sentía su experta lengua recorrer cada espacio de mi boca.

Realmente era bueno besando. Sus labios ligeramente gruesos eran algo que me tenían deseosa desde que termino de bailarme.

Nos separamos y llevó sus besos a mi cuello, haciéndome sentir nuevamente las explosiones que experimenté en la cocina. No quise controlar la situación así que se me escaparon algunos gemidos y eso sí que fue inevitable.

La estaba pasando demasiado bien.

Sus manos comenzaron a masajear suavemente mis senos por encima de la ropa, hasta que comenzó a bajar el cierre de mi vestido. Libero mis pechos y sus besos descendieron, llegando así hasta mis pezones.

Eso último me hizo desviar la mirada. Se sentía malditamente bien pero a la vez me dio un poco de vergüenza hacer contacto visual.

Fue deslizando mi ropa hasta que cayó al suelo por completo. Me depositó en la cama y siguió besándome, esta vez sobre mí. Nos separamos brevemente y note que se sacó el polo y el pantalón. Llevó sus manos a mi espalda y quitó por completo mi sujetador.

Lo único que nos cubría era la ropa interior de abajo y agradecí al cielo en ese momento que el cuarto estuviera oscuro. No creo que habría resistido ante toda esa escena frente a la luz del día. No tengo experiencia, por ende este momento es un tanto incómodo.

Delicioso, pero también raro, totalmente nuevo.

Sentí su lengua por todas partes de mi cuerpo y puedo asegurar que todas esas caricias y besos, lograron que otra parte de mi cuerpo se humedeciera sin necesidad de haberla tocado aún.

De pronto se dio la vuelta y me colocó sobre él. Me limité a pegarme a su pecho y besarlo. Su piel era tan suave... El simple contacto me trasmitía mucha calidez y ni que hablar de su aroma. Era embriagador. Más que toda la cantidad de licor que bebí esta noche.

Sus ojos estaban entrecerrados, lo pude notar. Creo que espera algo de mí...

-Dime que tengo que hacer-murmuré contra su boca.

-¿Quieres hacer lo que yo te diga?-sonrío maliciosamente.

-Sí, es que... No sé qué hacer-respondí algo tímida.

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