- ¿Cómo te llamas? - Agarré la varita y me alejé un paso hacia atrás.

- Mi nombre es Dylan. Dylan Liberty.

- ¿Liberty? - Pregunté confundida. El año pasado cuando viaje a Estados Unidos con mis padres me presentaron a una amiga muy cercana suya. Dorotty Liberty, trabajaba con ellos en el ministerio. Me comentó algo sobre su hijo, quien también se llamaba Dylan y tenia mi misma edad. Asistía a Ilvermorny pero nunca lo pude conocer, entre unas cosas y otras nunca tuvimos la oportunidad.

- ¿Ahora si confías en mi? - Preguntó elevando una ceja.

- No del todo pero... - Miré a mi alrededor, la pieza estaba desordenada y según las chicas no vendrían en un largo rato. Aun quedaba una hora para que termine la salida de Oliver. Nadie vendría a rescatarme del desconocido y mi miedo por mis padres había crecido, al mismo tiempo que caí en cuenta. Mi abuela había muerto, tenia sentido debido a su falta de respuestas pero entonces ¿Donde dejaba WhiteSheep la comida? - ¿Donde están ellos? - Pregunté mientras mis lagrimas se iban acumulando en mis ojos, hice un esfuerzo para que no salieran.

- Junta tus cosas, te llevaré con ellos - Me ordenó volviendo a ponerse su mochila en la espalda.

- ¿Qué? ¿Ahora? Pero no me pude despedir - Dije mirando sus ojos, eran de un tono marrón oscuro, parecían atraparte por la eternidad así que pestañee un par de veces para concentrarme en sus palabras.

- Si no nos vamos ahora morirás y tampoco te habrás despedido - Tragué en seco pensando que hacer, si confiaba en él tenia que abandonar Hogwarts, mi hogar, mis amigos, a Oliver... Eso implicaba también no enviarles cartas por si algún mortifago las interceptaban. Debía desaparecer y nadie sabría el porqué. Pero si no confiaba en él corría el riesgo de perder mi vida y posiblemente de que mis padres, en un intento desesperado por salvarme, también mueran. Lo peor de todo es que no tenía tiempo para pensarlo claramente, así que me acerqué a mi escritorio y saqué rápidamente un pergamino.

- ¿Qué haces? - Preguntó acercándose a la silla en la que me había sentado y mirando como escribía una carta.

- Me despido de mis amigos, la cama ordenada es la mía, junta mis cosas por mí - No le dirigí la mirada, seguí escribiendo con rapidez usando mi lapicera. No tenia tiempo para la pluma y la tinta.

- Yo no juntaré tu ropa, soy tu protector no tu sirviente - ¿Mi protector? ¿Desde cuando? ¿Por qué se denominó así de la nada?.

- Tardaremos más si no lo haces - Contesté fríamente. Por la puerta WhiteSheep entró y se reposó sobre la mesa viendo como escribía. Me detuve para acariciarle un momento y seguí escribiendo.

Con un suspiro pesado Dylan se acercó a mi cama y con su varita sacó mi ropa del closet doblándola y guardándola en mi maleta. Terminé de escribir mi carta, era para Oliver. La guarde en un sobre y después en mi bolsillo. WhiteSheep se viene conmigo, así que la guarde en la jaula y la junté con mi maleta ya echa. Él agarró mi maleta junto con la jaula e íbamos a salir pero lo detuve.

- Toma - Me saqué la corbata de Slytherin y se la coloqué en su cuello. Si alguien nos ve podríamos disimular un poco mejor con él vestido como un estudiante.

- Es ridículo, si nos ven lo primero que pensaran es porque llevamos tu maleta, no porqué no tengo corbata - Contestó como si me hubiese leído la mente. Suspiré sin darle mucha importancia y salimos.

Gracias a Merlín no había nadie en la sala común, pudimos salir sin sospechas. Caminamos por varios pasillos, según él nos dirigíamos hacia nuestro transporte que curiosamente se encontraba cerca del campo de Quidditch. Él iba con todos mis objetos encima, parecía pesarle pero no lo suficiente como para retrasar el paso. Llegando al lugar pude ver a Mateo saliendo junto a algunos chicos, entonces lo recordé. La carta. Me acerqué a él dejando a Dylan unos metros mas atrás entre algunos arboles donde no pudieran verlo y con cautela y disimulo lo agarré del brazo y lo saqué de la multitud.

𝐀𝐧𝐲𝐰𝐚𝐲 │Oliver WoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora