XI. La pluma blanca

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𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑶𝒍𝒊𝒗𝒆𝒓:

Me levanté temprano sintiendo que mi cuerpo dejaba de doler y que mis huesos se habían reparado por completo. La señorita Pomfrey me revisó antes de que yo salga volando lejos de la enfermería y, en cuanto afirmó que podía irme, agarré mis cosas y corrí hacia el Gran Comedor. La situación dentro de Hogwarts estaba cada vez mas intensa, todavía no encontraban al heredero de Slytherin y los cuerpos en la enfermería se acumulaban, todos petrificados, incluso Nick Casi Decapitado se encontraba quieto como una estatua. De todos modos, al entrar en el Gran Comedor no pude evitar sentirme aliviado y de vuelta en vida. Todo el lugar se encontraba en silencio exceptuando por algunos susurros, todos estaban aterrados.

Desvié mi mirada a la mesa de Slytherin mientras caminaba a mi lugar, allí vi a Adhara sonriéndome levemente. No sabía si las cosas están mejor o peor con ella, solo sabía que la necesitaba conmigo y que no aguantaba un minuto más sin tenerla a mi lado para poder abrazarla y demostrarle todo el amor que sentía cuando nuestras miradas se cruzaban a lo largo de las mesas. Me senté en un espacio vació para comer en tranquilidad, Mateo no estaba así que tampoco quería hablar con nadie más.

- ¡Oliver! Nos alegramos que estés bien - Dijo Angelina quien caminaba junto a Katie para sentarse en algún sitio. Yo asentí la cabeza en forma de agradecimiento y seguí comiendo. 

Al terminar me levanté y me dirigí a la puerta del Gran Comedor, allí un profesor esperaba a varios alumnos para acompañarlos a sus respectivas casas. Tuve que esperar entre cinco a diez minutos para que un gran numero de personas nos juntáramos y que el profesor Flitwick nos repartiera por el castillo.

Cuando llegué a mi sala común noté que casi nadie se encontraba allí, por lo general se escondían en sus cuartos temiendo por sus vidas, exceptuando por los sangre pura quienes charlaban abiertamente en los sillones. Subí a mi habitación, Mateo dormía una siesta por lo tanto aproveché para sentarme junto a la ventana a leer un libro. Extrañaba la suave brisa que corre por la torre de Gryffindor, ese suave viento que envuelve la habitación en un abrazo frío pero cómodo a la hora de sentirlo en tu piel.

Mientras me dejaba acariciar por las pequeñas hojas de los arboles que volando llegaban hasta mi ventana, vi a lo lejos una lechuza que rodeaba las torres y candelabros del castillo para llegar hasta mí. Sus plumas negras aterrizaron en mi escritorio, en el pico llevaba una carta que parecía algo improvisada y la tinta aun chorreaba suavemente, pero sin arruinar la caligrafía. No tenia remitente ni tampoco estampillas mágicas, así que no me quedó otra que abrir el sobre.

"De: Adhara
Para: Oliver

Querido Wood:

Se que esto es algo improvisado y que ambos preferimos vernos a la cara, pero debido a las circunstancias en las que Hogwarts se encuentra me temo que solo me puedo comunicar de esta manera. La sala común de Slytherin esta mas ruidosa que nunca, la mayoría son sangre pura por lo tanto no le tienen miedo al heredero, es más, sienten curiosidad y emoción por conocerlo. ¿Realmente existen personas que se alegran de la situación en la que nos encontramos? ¿Realmente se alegran de que petrifiquen a niños inocentes? Cada vez me pregunto con mas intensidad si fue la decisión correcta enviarme a Slytherin, no estoy de acuerdo con muchos de sus pensamientos. En fin, creo que soy... diferente.
 Me alegra que ya hayas podido salir de la enfermería, verte caminando por el gran salón me puso contenta. Aun no termino de perdonarte, me cuesta volver a confiar, pero no me aguantaba ni un minuto más sin recibir noticias tuyas.
 Espero que Mateo se encuentre bien, no lo he visto en días, se encontraba muy preocupado por ti. 

PD: La lechuza es nueva, me la compro mi padre. Si te fijas tiene una pluma blanca en su ala derecha, es raro pero creo que la vuelve genial y única."

Terminé de leer la carta y me di cuenta de que en mi cara se había esbozado una gran sonrisa. Con la yema de mis dedos recorrí cada palabra escrita por Adhara.

Diferente... ella tenia razón, es diferente a cualquier otra persona. Tiene ganas de ser mejor, duda de ella misma pero no se deja apoderar fácilmente por sus malos pensamientos. Sin dudas esta era una de las mejores cartas que haya recibido en mi vida. Rápidamente agarré un pergamino nuevo y comencé a escribir con la primera pluma que vi, robandole el tintero a Mateo por un rato.

"De: Oliver
Para: Adhara

Querida Adhara:

No sabes cuanto me alegra recibir una carta tuya, fue uno de tus mejores regalos (Esta en el segundo puesto, debajo de la Nimbus 2000 que me regalaste el año pasado). 
 Preferiría que nos viésemos en Hogsmeade, comprando golosinas en Honeydukes, tomando cerveza de mantequilla en las tres escobas o incluso admirando la nueva selección de Quidditch que presumen los residentes de allí. Lastimosamente aun no se soluciona el inconveniente de la cámara de los secretos por lo tanto dudo que McGonagall o Snape nos dejen salir a solas.
 Admiro tu ambición por ser distinta, y yo no creo que puedas estar en otra casa que no sea Slytherin, no es Gryffindor pero podrías hacer algo bueno con eso, cambiar los roles y dejar atrás el prejuicio con las serpientes, aunque si te soy sincero no me terminan de simpatizar tus compañeros. No se si me explico del todo bien, pero créeme cuando te digo que estás bien en donde estás.
 Se que traicioné tu confianza y que capaz nunca lo termine de solucionar, pero voy a hacer todo a mi alcance para que te sientas cómoda a mi lado, para que te sientas feliz...

PD: Al llegar a mi habitación Mateo se encontraba durmiendo profundamente, cuando se despierte charlaremos y podré tranquilizarlo un poco más.

PD 2: No había notado el detalle de la pluma blanca, es realmente especial y me recuerda a alguien muy cercana..."

Deje la pluma sobre el tintero y soplé levemente para que la tinta no se derrame por toda la hoja. Después de unos minutos doblé el pergamino y lo puse en el mismo sobre que me trajo la lechuza. Le dí la carta y la acerqué a la ventana para que vuelva con Adhara.

La vi alejándose agitando sus alas, y en la derecha una de sus plumas se distinguía por su color blanco, sonrei internamente y me senté en mi cama a esperar una respuesta. Después de unos veinte o veinticinco minutos la lechuza volvió a entrar por mi ventana apoyándose en mis piernas, las cuales descansaban sobre varios almohadones tirados por el suelo.

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Pido perdón por no actualizar en dos meses esta historia, pero me había quedado sin ideas. Este capitulo esta medio flojito pero prometo que el proximo va a ser mejor

Acá en Argentina se acercan las clases, mas específicamente yo empiezo el 8 de Marzo así que capaz no este tan activa, pero voy a seguir actualizando ya que tengo pensada una tercera y ultima temporada para esta historia (Si, y eso que todavía no termine la segunda). 

No tengo mucho mas para decir, simplemente agradecer el apoyo que me dan <3


𝐀𝐧𝐲𝐰𝐚𝐲 │Oliver WoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora