Capítulo 3: China.

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—M-maestra, ¿le traigo unos pañuelos para que se limpie las lágrimas?

—¿N-no te fuiste con Suhan? —dijo Marinette con la tristeza en su rostro.

—¿Quién es Suhan? —dijo confundido. —Maestra, ¿Dónde están los demás?

Ella preocupada por las preguntas del pequeño kwami, lo tomó y se puso a llorar desconsoladamente.

No recordaba que había hecho un plan con Mullo por si pasaba algo. En parte le alegraba que su instinto la hiciera crear un plan por si pasaba algo malo. Luego de abrazarlo y de verse al espejo con las lágrimas corriendo su pequeño maquillaje, se limpió con un pañuelo que tenía y miró al pequeño kwami que estaba sentado en su tocador de noche.

—¿Cómo saliste sin tener que usar el Miraculous? Debo usarte para que salgas.

—Sentí que algo me absorbió del Miraculous y salí de ahí. Y como estaba mareado, intenté salir, usted creo que me puso en uno de los cajones de aquí.

Recordó como usó el báculo y el huevo salió del baúl donde lo escondió directo hacia las manos de aquél monje.

—¿Dónde está Tikki? —preguntó. —Ella iba a compartir sus macaroones conmi... — escuchó como la chica comenzó a quebrarse de nuevo. —Maestra Marinette.

—¡No me digas así, Mullo! —se tapó los ojos y volvió a sollozar. —Perdí a Tikki, la perdí y me siento sola sin ella.

El pequeño ratón se acercó a ella y la vio llorar al recordarla. Él quería hacer algo.

—¿Hay una forma de volver a verla?

—D-debo ir a China. Si quiero recuperar a Tikki, Suhan, que es uno de los Maestros y el antiguo guardián, me entrenaría y una de las pruebas para convertirme en guardiana es ir a ese país y sin ayuda.

—¿Sabes donde es?

—Es en China, pero esa dirección no se con exactitud donde es. Me dijo que lo llamara cuando llegue a un lugar llamado Lhasa.

—¿Te dijo algo más? De repente alguna localización o templo antigüo que se buscaría en Internet —dijo el pequeño kwami.

Ella negó con la cabeza.

—Entonces, ¿Qué harás, Maestra?

Marinette sinceramente no sabía que hacer, abandonar París de esa manera iba a ser algo inpensado, tenía una vida aquí y dejarlo todo por un entrenamiento es algo arriesgado.

"¿Querías compromiso con tu deber de guardiana y heroína? Pues debes tomar decisiones."

—Iré por Tikki. No puedo dejar a París así. —dijo ella decidida, mas de lo normal. Se puso de pie y miró su habitación. Recordaba lo mucho que había pasado con Tikki ahí, donde sus simples problemas de adolescente y su difícil doble vida de superheroína se cruzaban y formaban un lazo de confianza que ella no estaba dispuesta a dejar. —Ella lo es todo para mí. Nos comprometimos a salvar París junto con Chat Noir.

—¿Puedo ir, Maestra?

—Primero, Mullo. No me digas así... —mencionó decepcionada. —...solo soy Marinette.

—Si, Marinette, mi Maestra. —dijo el kwami acercándose a ella y le dio un pequeño abrazo.

—Gracias... por la confianza. —la acogió entre sus manos. —Pues ahora tenemos que planear estos días, Mullo. Nos vamos a China.

-.-

Al día siguiente comenzó a arreglar sus asuntos para poder hacer aquél viaje, lo bueno es que encontró varias formas de llegar y con el dinero de algunos trabajos de comisiones que tenía dibujando, le alcanzó lo suficiente para poder tomar un tren al aeropuerto y la estadía en aquél lugar, ya se lo iba a arreglar en el avión, pero como sea, iba a tratar de buscar una forma para poder llegar a Lhasa.

La transformación de Marinette. - Marinette March 2021-2022.Where stories live. Discover now