Capítulo 20

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Seokjin se dejó caer sobre el sofá del salón y observó a su padre, el hombre los había reunido allí para decir algo importante que a juzgar por su expresión estaba requiriendo de toda su paciencia

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Seokjin se dejó caer sobre el sofá del salón y observó a su padre, el hombre los había reunido allí para decir algo importante que a juzgar por su expresión estaba requiriendo de toda su paciencia. Eso lo ponía del todo nervioso pues las peleas con Jungkook habían obtenido un ritmo demasiado lastimoso durante la última semana y era completamente consciente de que su progenitor había podido escuchar muchas de ellas en los escasos periodos de tiempo que pasaba en la casa.

Generalmente eran cosas absurdas, de alguna manera sencillamente se convirtió en rutina el que sus opiniones chocasen después de que ambos entendiesen que todo parecía estar tornandose peligrosamente profundo para dos personas que no sabían cómo afrontar los sentimientos de amor. Así que ya no importaba si se trataba de usar pimienta blanca o negra en la comida, o de cuánto tiempo pasaba cada uno ocupando la ducha… Sencillamente cada pequeño roce terminaba en una disputa con Jeon.

—Jungkook toma asiento por favor. - Jin alzó la mirada. El pintor estaba apoyado en el marco de la puerta del salón, todavía con el cabello mojado por su reciente ducha y portando la ropa que su progenitor le había regalado. Era extraño ver a Jungkook con prendas elegantes en lugar de esas camisetas gigantes y cómodas que solía llevar habitualmente.

Y aquello no significaba que a Jin le molestase o se sintiera extraño, simplemente prefería la imágen del chico que conocía. Ese que siempre escondía los dedos de sus manos en las mangas de sueteres demasiado grandes o el mismo que habitualmente se enfundaba en pantalones anchos. Su estética no era elegante, sin embargo no dejaba de ser atractiva para Seokjin. El pintor que ahora se encontraba ante sus ojos seguía siendo guapo y jodidamente sensual con esos mechones de cabello azabache humedecidos resbalando sobre su mirada brillante. Era el mismo de siempre, pero se veía mucho más incómodo con esa ropa elegante enmarcando cada parte de su cuerpo.

—Claro señor. - contestó el pintor con una falsa sonrisa que hizo temblar a Seokjin en su asiento. Jeon Jungkook no solo estaba incómodo, sino que parecía esforzarse en pretender que se encontraba del todo bien incluso si los dedos de sus manos se encogían inquietos al no encontrar una manga larga en la que esconderse. Ni siquiera quedaba rastro de las habituales manchas de pintura sobre sus estilizadas manos de piel suave. - Imagino que hay algo importante que debo saber.

El doctor asintió y abrió su maletín ante la atenta mirada de los allí presentes. Rebuscó por varios segundos y finalmente sacó una trabajada carpeta blanca con decoración dorada.

—He estado hablando con el director de una universidad de arte. - Eso captó la atención del pintor casi al instante, así como la de Seokjin. - Les he hablado acerca de tu expediente escolar, he enviado varias fotos de tus pinturas y demás datos requeridos…

¿Su padre estaba esforzándose por ayudar a alguien que quería ser artista? ¿De veras? En todos sus años de vida Jin jamás había notado una sola muestra de aprecio hacia el arte por parte de su padre, este generalmente centraba toda su atención en la psiquiatría y los nuevos estudios que envolvían su campo de trabajo. A ese hombre que se encontraba ante su mirada, jamás le había parecido algo bueno aquello que derivase en un trabajo poco estable.

A Seokjin solía gustarle la música cuando era un niño, no se pasaba las horas cantando solo para ocultar el sonido de las discusiones de sus padres. A él realmente le gustaba la sensación que envolvía su cuerpo con cada una de las canciones que escuchaba en sus auriculares pero a su padre jamás pareció agradarle la idea de permitir que se apuntase a una academia para aprender a tocar instrumentos y conocer las formas de entrenar sus cuerdas vocales.

—¿Y eso para qué señor? - preguntó Jungkook, sin querer hacerse ilusiones demasiado pronto. El hombre aún no había mencionado el objetivo, tampoco era como si él pudiera salir de esa casa y tomar un coche hacia la universidad, como cualquier otro chico de su edad haría.

El señor Kim sonrió levemente y comenzó a sacar documentos de la carpeta.

—Debido a que conocen tu situación se han comprometido a enviar a un chico para ayudarte con los estudios de arte, al menos los necesarios para que el año que viene puedas presentarte a las pruebas a distancia. Ten. - el doctor no tardó demasiado en ofrecerle los papeles. - Su nombre es Sehun, es ayudante en la universidad y se encarga de prestar clases a aquellos alumnos que como tú tienen que estudiar en sus casas. A pesar de que aún no hay nada confirmado, por lo que he podido hablar con ellos, pretenden prepararte gratis para los exámenes de acceso durante unos meses y si decides seguir tendrás que requerir una beca.

Jin estaba sentado con los brazos cruzados delante de su pecho, observándolo todo con el ceño fruncido. En el discurso de su padre había muchas cosas que no lo convencían, la primera era que alguien más entrase en la vida de Jungkook cuando el muchacho ni siquiera lograba obtener una confianza real con los que lo rodeaban, siempre autocastigándose y diciendo que podría lastimar a las personas sin tan siquiera pretenderlo. La segunda cosa que no le cuadraba era la amabilidad de su padre, sabía que este cuidaba a sus pacientes pero... ¿Tanto?. Algo estaba mal en todo ese asunto. Y lo sabía desde que sus cinco sentidos estaban atentos a cada ruido de la casa por culpa del miedo al asesino que recorría las cercanías de su hogar, todo porque un paciente no estaba del todo contento con el trato que el doctor Kim le había ofrecido.

No era normal que su padre acariciase la espalda de Jungkook casi con adoración cuando este se encontraba triste, no era tampoco normal que algunas noches se quedase varios minutos en medio de la madrugada viéndolo dormir, que le diera más medicación de la recomendada solo porque Jeon parecía quererla, que le acariciara el cabello, que apreciase su arte cuando su progenitor jamás había disfrutado de la pintura. Había muchas cosas raras en esa forma de tratar a Jungkook con sobreprotección, y Jin había comenzado a pensar que el pintor no estaba conviviendo con ellos por necesidad de libertad para su estado mental, su padre nunca había llevado clientes a casa a pesar de vivir plenamente sumergido en su trabajo. Tenía una predilección por Kook, una que cada vez era más evidente, más… espeluznante. Eso le preocupaba.

—No sé qué decir. - la sonrisa del pintor era ahora sincera y el padre de Jin se lo estaba comiendo con los ojos. Recorriendo cada zona de su boca sin disimulo, algo que para una persona que había tratado de corregir la orientación sexual de su hijo resultaba un poco hipocrita.  - Muchísimas gracias, de veras nunca podré agradecer suficiente lo que está haciendo por mí.

Pero Jungkook seguía pareciendo un poco incómodo sin importar cuales fuesen las palabras que abandonaban sus bonitos labios.

—Ya encontraremos una forma. Esta tarde llegará tu maestro así que necesitas leer el temario que me han enviado. - Jungkook asintió tomando la carpeta que el doctor le cedía, con el resto de documentos. - ¿Te gusta tu ropa nueva Jungkook?

Seokjin miró al pintor y luego a su padre, ¿cómo no lo había visto antes? Estaba tratándolo como trataba a las amantes que solía tener cuando aún estaba casado con su madre. Le regalaba cosas bonitas para tenerlo en la palma de su mano.

—Mucho señor, es... Más elegante de lo que suelo usar, así que supongo que la he comprado para causar buena impresión a mi maestro esta tarde.

Pero Jin podía percibir la mentira en aquellas palabras. Tal vez Jungkook ni siquiera lo notase, o puede que lo intuyese desde la distancia segura que la duda le regalaba. Él en cambio no sabía cómo reaccionar hacia lo descarado que estaba siendo su padre.

Todo tenía más sentido ahora. Aquella vez… cuando los espió durante la sesión de psicología su padre reaccionó de una forma demasiado exagerada hasta para él. Quería a Jungkook, más de lo que un doctor debe querer a su cliente. Y el pintor no tenía ni la más remota idea acerca de eso, lo único que seguía sin tomar sentido era la cuestión homofóbica. Su padre odiaba a los homosexuales, se lo había dejado claro durante años.

—Sí Jungkook, la he comprado por eso. Más tarde te dejaré uno de mis relojes, apuesto a que te quedará bien con ese abrigo y camisa. - el señor Kim sonrió y se levantó de la silla. - Ten cuidado con el chico que manden, viene de una ciudad grande y solo Dios sabe las absurdas ideas que tendrá en su cabeza. Artistillas, no saben distinguir entre utopía y realidad.

—Lo tendré en cuenta señor, no se preocupe. - respondió el pintor, estaba entretenido con el temario por lo que probablemente ni siquiera sabía qué estaba aceptando mientras ojeaba cada una de las pinturas que se encontraban impresas sobre las páginas.

Jin esperó para levantarse hasta que su padre abandonó la estancia y dio un leve golpe sobre el brazo de Jungkook para captar su atención. No le importaba el rencor que este le guardaba, por mucho que le pesase admitirlo se preocupaba por el chico. Unos años menor que él y con una vida tan llena de dolor, ¿quién en su sano juicio no se preocuparía por alguien con el pasado de Kook?. Estaba cargado de cicatrices que necesitaban curarse.

—¿Qué mierda haces aceptando favores de mi padre? Se los cobrará con el doble de intereses imbécil, ¿no has notado cómo te mira y te toca?

—Para no quererme te preocupas demasiado. ¿No estarás celoso, Jin? - Jungkook lo tomó por la barbilla, con esos dedos que había estado escondiendo en un puño nervioso solo un mínuto atrás.


Seokjin lo observó por unos segundos antes de librarse de su toque con incomodidad. Estaba necesitado de la atención de Jungkook, desde aquella maldita noche no habían vuelto a mantener relaciones y aquello había ocurrido hace al menos dos semanas. Aún así, su objetivo era advertirlo. Lo había hecho incluso si el pintor no quería aceptar el peligro y abrir los ojos. El doctor Kim, su padre, era una persona impredecible que ahora veía a Jeon Jungkook como un bonito juguete.

—Jungkook, escúchame. Mi padre está tratando de comprarte, no se está preocupando por ti. - el pintor ignoró sus palabras y siguió mirando el temario tras separarse de Seokjin con una pequeña sonrisa recorriendo su boca. - Escúchame, maldita sea. Te pedirá sexo a cambio de cada cosa que aceptes, lo hacia con sus amantes.

—¿Tanto te molesta mi felicidad Jin? No puedes ser feliz por tí mismo, así que no quieres que los demás lo sean. Realmente estás podrido por dentro. Retiro lo dicho, no te preocupas por nadie. Eres mierda y jamás volveré a tocarte sin asco.

Seokjin tragó duro sin apartar sus ojos de los del pintor, ¿por qué le quemaban la garganta por esas palabras? ¿Y por qué mierda Jeon estaba actuando como si no pudiera ver todas las cosas que su padre hacia buscando algo a cambio? Nunca antes le había afectado lo que los demás pensaban pero la opinión de Jungkook era diferente, él sabía que le daba miedo no poder amar. Lo estaba usando en su contra sin siquiera parpadear.

Dolía, lo estaba destrozando. Y había algo que sorpresivamente lo estaba derrumbando, Jungkook sentía asco por él. El mismo chico que durante días lo abrazó, arropó y calmó en las noches. El mismo por el cual se estaba volviendo loco y ese que no volvería a tocarlo.

—Jungkook... - trató de hablar aguantando las lágrimas.

¿O tal vez se debía a la rabia que ese dolor desconocido provocaba en ambos? No habían podido parar de discutir durante toda la semana, porque después de todo cuando discutían al menos podían mirarse a los ojos y compartir palabras. Por muy feas que estas fuesen.

—No vas a estropearme esto Jin. No me quieres ni un poco, lo sé pero hay límites que no deberías cruzar. Tu padre es la única persona que se ha preocupado por mí en mucho tiempo… Sé que hay algo detrás de lo que está haciendo pero he soñado con poder estudiar sobre arte desde hace demasiado tiempo como para que sus intenciones me interesen demasiado.

—¡No está preocupado, es todo falso! - gritó el hijo del doctor, explotando en lágrimas.

—Que buen actor eres, mirate, incluso sueltas lágrimas. Eres patético tratando de quitarme algo tan importante, sabes que el arte lo es todo para mí. - la rabia en las palabras del pintor era totalmente notable. Lo era porque Jeon Jungkook estaba más asustado que nunca de la forma en la que su corazón siempre parecía latir con intensidad cuando la preocupación de Jin aparecía para recoger los pedazos de su interior roto y destartalado.

Seokjin tragó saliva y salió rápidamente del salón respirando agitado. Le dolía, todo lo que ese muchacho había dicho resonaba en sus oídos pulsando cada una de sus inseguridades.

Jungkook miró al muchacho ante sus ojos, era realmente guapo y eso lo estaba poniendo nervioso

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Jungkook miró al muchacho ante sus ojos, era realmente guapo y eso lo estaba poniendo nervioso. No se podía comparar con Jin pero al menos este era más similar a lo que siempre había deseado en una posible pareja. Alto, estilizado y artista. No podía apartar la mirada de él y todavía no habían comenzado a trabajar.

—Siéntete cómodo conmigo, me tomo mi trabajo en serio pero la presión no es buena para los artistas.

Oh Sehun había atraído toda su atención desde el instante en el que el doctor entró con él por la puerta. Verlo tomar los pinceles con adoración y realizar mezclas para obtener sin dificultad alguna los más preciosos paisajes a través de simples pinceladas, eso estaba ayudándole a alejar su mente de Seokjin y todo lo que este implicaba con su indecisión, confusa preocupación o mal carácter.

—Creo que nos llevaremos bien. Desde hace mucho tiempo no puedo compartir el arte con alguien que de veras la aprecie. - confesó mirando a su maestro.


El muchacho lo miró a los ojos y asintió sin dejar de atender momentáneamente a su pintura.

—Sé cómo te sientes, cada vez menos personas disfrutan de la paz que ofrece el dibujo. ¿Tienes algún pintor predilecto, Jungkook?

El pintor se quedó quieto por unos segundos y negó, sonriendo por la ironía.

—Sé que es inesperado, pero me gusta como Monet combina todos los colores creando una obra del hecho más simple.

Sehun sonrió, si bien la paleta de Jungkook tan sólo tenía marcas de colores oscuros, sus manos estaban repletas de amarillos, naranjas y rojos. Se preguntó por un segundo si tal vez su razón de escoger a Monet era también la misma por la que mantenía esa gama cromática cálida en secreto, algo más íntimo que las pinturas que le había enseñado debía esconderse tras la prueba.

—Todos los pintores tienen cuadros para ellos mismos y cuadros para el público. Supongo que esos que disfrutas sólo son coloridos mientras que los que muestras son oscuros.

—Algo así. - dijo Jungkook pensando en el erotismo que su última pintura escondía. Seguía pintando a Jin y él jamás volvería a ser negro o gris. No ahora que sabía que el hijo del doctor era una completa gama de colores de diferentes tonalidades.

Seokjin estaba repleto de color, incluso con sus defectos latentes o el enfado que ahora se situaba entre ambos.

Y él no pensaba que ese chico diese asco, no… En realidad lo único que daba asco era que ninguno de los dos encontrase la manera para expresar sus sentimientos sin miedo a lo que pudiese suceder en el futuro.

 Y él no pensaba que ese chico diese asco, no… En realidad lo único que daba asco era que ninguno de los dos encontrase la manera para expresar sus sentimientos sin miedo a lo que pudiese suceder en el futuro

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Hiii!!!

Bueno, por aquí os dejo un nuevo capítulo de Agorafobia. Para mi está siendo realmente entretenido convertir una de mis fics a JinKook después de haberla escrito hace años para el Namjin. Hay muchas escenas que estoy cambiando en esta nueva versión y en cierta manera me ayuda a ver cómo mi enfoque de lo que escribo ha cambiado con el paso del tiempo.

Un beso,
os amo
Mel
💜

Agorafobia (JinKook Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora