𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭 𝐓𝐡𝐞 𝐎𝐫𝐢𝐠𝐢𝐧𝐚𝐥𝐬

𝒦𝓁𝒶𝓊𝓈 𝑀𝒾𝓀𝒶𝑒𝓁𝓈𝑜𝓃

𝓓𝓮𝓭𝓲𝓬𝓪𝓭𝓸 𝓪 NathaliaOquendo

1920, New York, Estados Unidos

Estaba en un bar junto a Elijah, Nicklaus y Rebecca Mikaelson. Los años veinte eran los mejores, la vestimenta de mujer era cada vez más sexys, amaba usar los vestidos cortos que mostraban más piel que tela

—es un idiota—dije bebiendo mi quinto shot de tequila, Rebecca observó a dónde estaba mirando negando con la cabeza viendo cómo los labios de Klaus estaban ocupados en los labios de una bailarina

—deberías de darle celos Nath—ella sonrió viendo a lo lejos a un muchacho que no le quitaba la vista de encima desde que llegamos hace una hora

—¿Celos? ¿Te volviste loca? Klaus sería capaz de volver este lugar en una..

—masacre—me interrumpió asintiendo.—lo sé pero vamos, siempre debes aguantar que él te de celos sabiendo que te daña. Dale una cucharada de su propia medicina nena.—dijo Becca antes de irse a dónde el muchacho desde aquí pude escuchar como su corazón latía con fuerza

<<Cucharada de su propia medicina>>

Pensé divertida, de todos los años que he soportado a Klaus jamás se me pasó por la mente coquetear con otros hombres. Todo aquel humano que se atrevía a hablarme para ligar conmigo terminaba muerto

—hola bella—un hombre de unos veinte años se sentó a mi lado, iba a rechazarlo pero por mi rabillo observé como Klaus estaba muy ocupado en los labios de la bailarina que ni cuenta se dió así que le sonreí al muchacho

—hola.

—me llamo John Shelby ¿Y tú hermosa?—el chico tenía pinta de gangster lo que sólo hacia que me excitara más y el plan de poner celoso a Klaus fuera mucho más atractivo

—Nathalia Anderson—le entregué mi mano y él beso la muñeca, una sonrisa y un leve sonrojo se formó en mis mejillas

<<Caballero con pinta de gangster tal vez si me vaya acostar con él después de todo>>

John me hizo reír sinceramente en toda la noche, hablamos como si nos hubiéramos conocido por toda la vida. Me contó que su mujer había muerto hace muchos años y él participó de la guerra, además de tener cuatro preciosos hijos. Tenía tres hermanos y un primo, no hablamos de sus trabajos turbios pero me dijo que en Londres su apellido era temer

—¿No me digas? Porque no te lo creo eres un chico dulce John—dije y él me observó haciendo una mueca mientras se bebía su último sorbo de ron y encendía un cigarrillo

—¿Fumas?—preguntó y asentí tomando el tabaco.—las apariencias engañan muñeca—dijo sonriéndome mientras sus labios se acercaban, normalmente me hubiera alejado pero mis ojos captaron a Klaus observando la escena así que sonreí acercándome a John

—o créeme Shelby lo sé—sonreí dando un suave mordisco a su labio inferior haciendo que él soltará un suave jadeo.—vamos a mi habitación—dije con excitación de verdad

<<Quisiera convertirlo pero tiene familia después convertiría a todos ellos y eso sería un problema>>

John me tomo de la mano para sacarnos del lugar, con risas y pequeños jadeos debido a los besos y lamidas de John en mi cuello chocabamos entre la pared a punto de hacerlo en el pasillo.

—John ya no aguanto hagámoslo aquí—dije mientras caminábamos por el callejón y él sonrió

—¿Aquí a la vista de todos? Chica atrevida me gusta—las manos de John recorrieron mi cuerpo pidiendo más y todo fue rápido. Al término de nuestro atrevimiento me subí los calzones y él abrochaba su pantalón

—gracias por eso Shelby—sonreí antes de dejarlo al callejón pero me detuve cuando escuché su llamado

—oye ve a verme a Londres te esperaré—dijo dandome un último beso antes de irse a su hotel y yo al mío

—¿Dónde estabas?—pregunto Klaus sentado en el sillón con un ron en su mano, él noto los chupones en mi cuello y yo sonreí con malicia

—tú sabes dónde y qué estuve haciendo o prefieres escucharlo de mis labios—me burlé y él vino hacia mi

—me engañaste Nathalia—me reclamo

—tú lo has hecho varias veces Nicklaus no te hagas la víctima ya era hora que te diera una cucharada de tu propia medicina ¿Y Becca?—pregunte al no verla por ningún lado

—fue su idea—dijo mientras me hacía señales de una estaca

—maldito—dije enojada al adivinar que la había echo dormir de nuevo

—no me reclames no tiene derecho, tú eres mía—Klaus me tomo de la muñeca para atraerme a él mientras mordía con fuerza en mi clavícula un jadeo fuerte y mi mano fue detrás de su nuca

—tú sabes cómo prenderme—susurre mientras él bebía de mi sangre, Klaus colocó sus manos en mi trasero para levantarme y poniéndome en la mesa para entrar en mí.