-amor esto es asombroso-dije con una sonrisa viendo las calles de New Orleans, mi recién esposo estaba en su celular perdiéndose las majestuosas vistas
-si bueno, hubiera preferido Miami pero tuve que hacerte caso-su comentario me hizo fruncir el ceño
<<y yo tuve que casarme contigo>>
Mis padres me habían obligado a casarme con Roy Wills, hijo y heredero de una gran fortuna. Su padre es un empresario con dinero, quién al verme me escogió como futura yerna, ninguno de los dos tuvo elección
-escucha la música-las calles de Nueva Orleans eran llenadas por las risas de las personas y el jazz
-música es música ya deja de actuar como una niña al ver un dulce-su comentario basto para que mi sonrisa se desvaneciera, el chofer me observó por el espejo
-un dato señorita, aquí fue donde se creó el jazz tiene un buen oído. Esta es la ciudad donde la fiesta jamás se detiene y si le interesa hay un barrio francés donde la cultura es exquisita-me informó, abrí la boca para pedir más información pero Roy me detuvo
-¿además de chofer eres guía de turismo?.
-no señor.
-entonces cierre la boca y dedíquese a conducir, no le llene la cabeza a mi mujer con tonterías-los comentarios de Roy eran suficientes como para cortar y tensar los momentos
-lo lamento señor.
El viaje al hotel fue incómodo, aburrido y en silencio. Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro deseando ser felices como todas las personas parecían estarlo, pude observar a varias mujeres hermosas pasar, rápidamente borré esos pensamientos sucios e inapropiados como dice mi madre, quién al enterarse de mi confusión me dejó sin comer por varios días quemándome varias partes de mi espalda. Según palabras de un sacerdote que me fue a ver había sido poseída y por eso tenía esos pensamientos inapropiados.
-llegamos señores Wills-el chofer anunció mientras abría mi muerta para bajar nuestras maletas, Roy fue a pedir la llave de nuestra habitación a recepción mientras yo buscaba el momento para pedir más información
-disculpe ¿Dónde queda el Barrio Francés?-pregunté al chofer quién me sonrió entregándome una pequeña tarjeta con una dirección
-subirán las maletas, nuestra habitación en la 202 vamos quiero dormir-Roy me tomó de la muñeca, escondí la tarjeta despidiéndome del chofer. Nos dirigimos al ascensor con un personal detrás nuestro que llevaba nuestras maletas
Suspire cuando salí de la ducha viendo como Roy roncaba en la cama, caminé al pequeño balcón observando como varios músicos nos deleitaban con su música. Personas bailaban alrededor suyo, los bares repletos de personas divirtiéndose. Mientras yo me quedaba encerrada
<<debo de salir de aquí>>
Con ese pensamiento me vestí tratando de no despertar a Roy sino me detendría, me coloque un vestido algo corto con los tacones en mano tome mi cartera y salí de la habitación en silencio. Salude al personal que pasaba por allí saliendo del hotel, calcule más o menos el tiempo en que Roy estaría dormido debido a sus pastillas calculando un tiempo de cuatro horas. Suficientes para conocer este hermoso lugar, tomé un taxi dirigiéndome al Barrio Francés
El barrio contaba con clubes de jazz, restaurantes y bares era realmente espectacular. Me acerque a una persona que parecía ser un guía, pagué una entrada nos llevaría a conocer este hermoso barrio y su historia.
-en este barrio se practica lo que es el vudú, una magia poderosa pero que tiene precios muy altos, también algunas personas son conocidas por ser brujas pero tranquilas son personas buenas-la historia de las brujas y el vudú me intereso.
El guía nos llevó a un cementerio explicando que las brujas tomaban el poder de sus muertos, de sus ancestros, además nos dejó ser libres por unos veinte minutos donde podríamos recorrer el barrio a nuestro gusto encontrándonos en la plaza central
-buenas noches señorita ¿necesita algo?-un hombre me saludo apenas la campana de su tienda sonó cuando entré
-no nada, estoy viendo si no le molesta-sonreí recorriendo la pequeña tienda, hice un gesto de asco y horror al reconocer partes de animales. La campana avisando que otra persona había entrado hizo eco en la sala
-Freya ¿Qué haces aquí? tu apellido no es bienvenida aquí y lo sabes-dijo el señor, su diferencia de trato al cliente me llamó la atención
-lo sé Edward buscó algo y se encuentra aquí-la voz dulce de una mujer hizo que volteara disimuladamente, parada en la entrada se encontraba la mujer más hermosa que mis hijos pudieran ver, era alta, de cabello rubio, tez blanca y ojos cafés. Su mirada encontró la mía y ella caminó hacia mí.-Hola me llamó Freya Mikaelson ¿Cómo te llamas?.
-Bea Gómez.
-eres hermosa Bea ¿Qué haces en este barrio? para alguien como tú puede ser peligroso sin la compañía correcta.
-¿y tú eres esa compañía?-mi pregunta la tomó por sorpresa pero se recompuso y sonrió
-claro que sí.
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