El Primer Día Del Resto De Su Vida

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Amo los días previos al inicio de la primavera, las razones van desde lo más insignificante hasta lo más significativo, me gustan esos días porque el frío del invierno empieza a disiparse pero aun las mañanas son frescas, me gusta que cada vez amanece más temprano y que de alguna manera nuestro cuerpo y nuestra alma saben que se encuentran en un momento en que todo está a punto de florecer, luego de meses oscuros, como si nuestras células guardaran los recuerdos ancestrales de condiciones invernales más duras y cada que la primavera se avecina despiertan del letargo, se puede sentir en todos los aspectos de la vida, ya sé que muchos me dirán que prefieren el invierno, que gustan más del frio que del calor, y creo que por eso amo tanto el inicio de la primavera, es como si todo estuviera en equilibrio y la anticipación del florecimiento vibrara en todos nosotros. 

Supongo que ese es el motivo por el que Juliana y Valentina se vieron por primera vez un 13 de marzo, como dije, días previos al inicio de la primavera, y a pesar de los difíciles momentos que Valentina había pasado, incluso ella sentía en su cuerpo la vibrante anticipación de momentos mejores en la búsqueda de su felicidad, aunque es muy probable que no fuera consciente de eso, si le hubiéramos preguntado a ella como se sentía en ese momento, segundos antes de que sus miradas se encontraran, seguramente la respuesta sería completamente desalentadora, afortunadamente desde ese día, desde el instante en que sus miradas se cruzaron por primera vez en aquel café, todo fue evolucionando para bien, hubo baches en el camino, por supuesto que sí, porque las cosas perfectas no existen, pero si algo he aprendido en esta vida, es que para apreciar la brillantes de la luz, con todo el arcoíris de colores desplegándose frente a nosotros, primero es necesario conocer la oscuridad y la total ausencia de color.

Y si alguien conocía la oscuridad, esa era Valentina, antes de conocer a la joven chef sus días solo eran una sucesión de horas sin sentido ni propósito, sentía todos los sucesos de su vida como un lastre que tenía que llevar a cuestas mientras se movía por la vida como un fantasma, era como si la hermosa pintora  solo empezara a existir realmente hasta el instante mismo en que Juliana le sonrió de aquella forma tan radiante y contagiosa. Es por eso por lo que ahora  Valentina está convencida de que lo importante es voltear atrás solo para agradecer las lecciones aprendidas y las oportunidades aprovechadas, no tiene caso darle mil vueltas al asunto, ni tratar de desenredar la madeja de los hilos que formaron su destino, las cosas fueron de la forma en que se dieron porque así tenían que ser y nada más, tal vez si se hubieran visto unos días antes, nuestra hermosa pintora ni siquiera hubiera podido apreciarla, lo único que queda es agradecer a la vida, al destino, al ser superior o a quien quiera que sea responsable de que la morena llagara a su vida de aquella forma y justo cuando más la necesitaba.

Según pensaba Valentina, no le alcanzaría la vida para retribuirle a Juliana la forma como había llegado para teñirlo todo de colores vibrantes y todas las maravillosas formas en que le demostraba su amor cada día con pequeños actos, además de con palabras dulces, con miradas de adoración y con sonrisas cómplices. Qué diferentes eran ahora sus amaneceres, ya nada quedaba de aquellos días cuando sentía que cada vez se iba perdiendo más y más en la desesperanza, cuando sentía que estaba a punto de perderse en la abrumadora certeza de que ya nada tenía sentido. Haber conocido a Juliana era simplemente lo mejor que le había pasado en la vida, despertar cada mañana con el cálido peso de Juliana sobre ella, con esa forma tan suya de amarla, le llenaba el corazón de maneras insospechadas, la pintora no tenía nada más que pedirle a la vida.

Y para Juliana las cosas no eran muy diferentes, tal vez al momento de conocer a Valentina su vida estaba atravesando por un buen momento, con todo su prometedor futuro desplegándose frente a sus ojos, porque se había esforzado por ello, porque había trabajado muy duro para forjarse una mejor vida de la que había vivido, pero haber sufrido antes tantas carencias y tanto abandono, le dejaban un pequeño vacío en su vida, vacío que ni siquiera sabía que tenía, la hermosas pintora había llegado para ponerle a su existencia el toque inesperado de ilusión, de apoyo y amor que todos necesitamos para sentirnos plenos, esa es la palabra que define lo que la llegada de la castaña significaba para Juliana, plenitud. Las circunstancias de cada una eran diferentes, sus gustos, sus personalidades, sus respectivas formas de hacer las cosas y de afrontar la vida a veces eran opuestas y aun así, estando juntas se convertían en el complemento perfecto, en la mejor definición de AMOR sano y constructivo; y ambas estaban muy conscientes de eso, amores como estos se encuentran una vez en la vida y habrá quien nunca lo encuentre, por eso dedicaban cada día a cuidarlo, cultivarlo y enriquecerlo con toda su voluntad, querían perpetuarlo en el tiempo, por el resto de su vida y más allá de esta si eso fuera posible, yo estoy segura de que así será. 

El Color De Tus BesosWhere stories live. Discover now