Capítulo 128

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La copa

Podía escuchar un rugido lejano, sentir como alguien la maniobraba y como el viento golpeaba su rostro. Sus parpados dejaron de sentirse como bloques pero logro abrirlos, para encontrar alas blancas batiéndose.

-Nev...-

-Tranquila, cariño. Estamos bien.- dijo la voz de Neville  detrás de ella. 

Harriet se dio cuenta que era sostenida por dos cuerpos, delante el cabello platinado de Draco fue lo que sus ojos alcanzo a ver.

-¿Qué paso?-

-NO PODEMOS DIRIGIRLO.- exclamó Draco y Harriet pudo ver que tenia razón.- ¡Longbottom! ¡¿Qué hacemos ahora?!.-

 ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que Voldemort se enterara de que habían irrumpido en la bóveda de los Lestrange? ¿Cuánto tardarían los duendes de Gringotts en notificar a Bellatrix? ¿Con cuánta rapidez descubrirían qué era lo que se habían llevado? Entonces, cuándo descubrieran que la copa dorada no estaba... Tom sabría, finalmente, que estaban buscando los Horrocruxes...

-Esperar, debemos saltar en la primera oportunidad.- grito Neville por encima del ruido del viento contra sus oídos.

-¡Estas loco!.-

El dragón parecía tener ganas de aire más fresco y limpio, subió sin parar hasta que estuvieron volando entre volutas de nubes frías, y Harriet no pudo seguir observando los puntos de colores, que eran coches que fluían hacia dentro y hacia fuera de la capital. Siguieron volando sobre la campiña dividida en parches verdes y marrones, sobre caminos y ríos que serpenteaban a través del paisaje como haces de cintas satinadas

El sol se deslizó mas abajo en el cielo, que estaba volviéndose de color índigo, y el dragón siguió volando, ciudades y pueblos desaparecían de vista bajo de ellos, su enorme sombra se deslizaba sobre la tierra como si fuera una gran nube oscura. 

-ESTÁ DESCENDIENDO.-

Harriet miro hacia abajo y vio montañas verde profundo y lagos cobrizos por el atardecer. El paisaje parecía hacerse más grande y detallado mientras miraba por encima del costado del dragón, y se preguntaba si éste habría adivinado la presencia de agua fresca por los destellos de la luz del sol reflejándose en ella. El dragón voló más y más bajo, en grandes círculos en espiral, sobre lo que al parecer era uno de los lagos más pequeños.


—¡Saltemos cuando baje lo suficiente! –gritó Harriet -. ¡Directos al agua antes de que se de cuenta de que estamos aquí!.-


Ambos chicos se prepararon entonces, fue difícil moverse encima del lomo escamoso pero cuando el dragón bajo lo suficiente, se deslizaron directo al agua fría.

El dragón no parecía haber notado nada. Estaba ya cincuenta pies mas allá, descendiendo en picado sobre el lago para tomar agua por su terrorífico morro. Mientras  emergían del fondo del lago jadeando y escupiendo, el dragón remontó el vuelo, batiendo sus alas con fuerza, y aterrizó finalmente en un montículo distante.

Se dirigieron hacia la orilla opuesta. El lago no parecía profundo. Pronto fue mas una cuestión de buscar la salida a través de juncos y fango, que de nadar, y finalmente se desplomaron, empapados, resoplando, y exhaustos sobre la hierba resbaladiza.

Cuando estuvieron del otro lado del lago, en la orilla, empapados por completo, Harriet recordó su visión.

-¡Papá!.- dijo la chica intentando ponerse en pie y dándose cuenta de las ampollas en su cuerpo.- El va tras papá.-

Harry Is HarrietМесто, где живут истории. Откройте их для себя