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A/N: Patrocinado por: varias noches de insomnio, todas las pastillas que el dentista me ha tenido tomando, y la última actualización de Experimentation.

Ah, ya sabéis cómo va esto. No lo leáis en público.

***

No hay nada de dulce en la forma en que besan: es todo aliento entremezclado, bocas abiertas, labios ansiosos y lenguas inquietas.

Tampoco hay nada de sutil, ni de controlado, en el hambre que sienten la una por la otra, el deseo casi febril que empuja sus cuerpos cada vez más cerca. Es puro instinto básico, la parte más animal del ser humano.

Y Beca, sinceramente, lo agradece, porque no sabe si sería capaz de camuflarlo. No, después de por fin haber admitido ante Chloe —y ante sí misma, si es honesta— que no había sido capaz de dejar de pensar en el beso que se dieron anoche.

No, después de haber escuchado la propia admisión de Chloe de que ella tampoco.

El disimulo es ridículo a estas alturas.

Han dejado muy atrás la necesidad de disimular. No es más que un malgasto de sus fuerzas, sus energías, y su tiempo, que podrían —y están, de hecho— emplear en cosas mucho más mutuamente beneficiosas y placenteras.

Por eso el suave roce de los dedos de Chloe en la mejilla de Beca, delineando la curva de su pómulo izquierdo, resulta tan delicado en contraste. Es tan inesperado que Beca tiene que sofocar el impulso instintivo de dar un respingo, apartarse de un salto.

Pronto, sin embargo, queda claro que la caricia ha sido un error, una consecuencia en lugar de una causa. Ha sido el resultado inevitable del movimiento de la mano de Chloe, que pasa de sujetar la mandíbula de Beca en su palma a caer sobre su hombro.

Va dejando un rastro de fuego allá donde pasa, atrayendo irremediablemente la atención de Beca, cuyos besos de vuelven un poco más distraídos. El incendio se extiende por su cuello, su hombro, su bíceps, donde parece concentrarse en un foco activo.

La mano de Chloe se curva alrededor de su bíceps y le da un suave apretón, comunicando sus intenciones sin necesidad de usar palabras.

Beca capta el mensaje.

Mueve sus brazos para enroscarlos alrededor del cuello de Chloe, fusionando sus cuerpos, hundiendo una mano en sus mechones cobrizos. El puño que forma en su nuca le gana un suave gemido por parte de la pelirroja y Beca se estremece entera de pura satisfacción.

La nueva posición de sus brazos causa que la tela de su camisa se tense y alce. Si antes el corte crop top descansaba por encima de sus caderas, ahora descubre una franja de su espalda sobre el borde de sus vaqueros altos.

El fuego que despierta Chloe con su roce cae desde sus hombros como una cascada, y solo se intensifica más todavía cuando cuela sus manos por debajo de la camisa de franela.

El contacto de piel sobre piel es como un shock eléctrico cuya corriente estremece a Beca de pies a cabeza. Todo su cuerpo se eriza, se levanta, como suplicando por recibir hasta la más mínima dosis de la atención de Chloe.

Los dedos de la pelirroja trepan por los valles y montañas de su columna vertebral. Se enganchan en el delicado encaje blanco de su sujetador y por un exhilarante momento Beca está convencida de que Chloe va a quitárselo.

Solo la idea, el pensamiento fugaz y a medio formar que cruza por su mente a la velocidad del rayo y desaparece tan rápido como apareció, llena el pecho de Beca de un hambre feroz.

You've ruined my life (by not being mine)Where stories live. Discover now