iii. The boat

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  Jonh B la miró, descolocado. ¿Cómo iba a venirse con él? ¿Qué diría el grupo? Pero... Sabía dos secretos, y no podía dejar que los sacase a la luz. Dándose por vencido, comenzó a avanzar hacia delante, con la esperanza de que esa chica no hiciese más comentarios. Escuchó cómo la chica daba un brinco de alegría y seguidamente le seguía mientras corría.
Llegaron a una vieja cabaña, donde estaban caras conocidas. En primer lugar estaba Kiara, la chica simpática de ayer. Y después, estaba el psicópata y el que quería drogarla.

—Oh, no sabía que el psicópata y el chico que intentó drogarme vendrían —murmuró una vez que llegaron.

—¿Cómo que psicópata?

—¿Pope intentó drogarte? —el chico comenzó a reírse, llamando la atención de sus amigos y haciendo que la chica frunciese le ceño—. Pope, no sabía que eras así tío.

Brina se cruzó de brazos y sacó la lengua al castaño, que seguía riéndose de ella.

—¿Qué? ¿Qué he hecho?

—Parece que ayer intentaste drogar a esta kook de aquí.

—Qué pesados con el kook, enserio.

Los tres que se encontraban sentados en el porche miraron a la chica que estaba al lado de Jonh B. Pope enseguida la reconoció, era la chica a la que ayer ofreció una cerveza. No la intentó drogar... ¿Por qué pensaría eso?

—Te ofrecí una cerveza —aclaró, dirigiéndose directamente a la chica—. ¿Por qué iba a drogarte?

—Insististe demasiado, ¿vale? —se quejó ella, intentando dejar todo en el olvido.

—Bueno, sintiéndolo mucho ella vendrá con nosotros... Aparentemente sabe lo del barco.

—¿Qué? No, no puede venir, Jonh B —espetó el rubio psicópata.

—Un placer a todos, soy Brina Steinfeld.

Todos rodaron los ojos, y la chica se quedó descolocada. ¿Acaso había hecho algo mal? Sólo intentaba ser simpática. Pero al parecer estos pogues no parecían querer hacer lo mismo.
Buscó con la mirada a la chica que conoció en la fiesta de ayer, Kiara. Ésta simplemente le dedicó una débil sonrisa, haciendo que ella bufase.

—Bueno, ¿vamos donde ese barco o no? No planeo meterme en vuestros planes... Sólo quiero dar una vuelta pasando desapercibida, ¿se puede?

—No se hable más, vamos chicos decretó Jonh B, y todos los chicos se subieron en una mini lancha.

Brina se quitó la parte de arriba, quedando en bañador, y se sentó con una sonrisa en la lancha mientras la  brisa chocaba con su frente.
Pope y JJ tenían su mirada fija en ella. No lo iban a negar, la chica era preciosa. Pero, ¿por qué se había acoplado de la nada en sus planes? Según Kiara, la chica se mudó simplemente ayer.

—Sacarme una foto si queréis —bromeó la morena.

JJ rodó los ojos y después se inclinó para coger el ancla. Lo llevó hasta el fondo del mar y Kiara empezó a sacar los equipos de buceo.

—Esta está vacía. ¿Has traído botellas vacías? —se quejó. Jonh B suspiró, sentándose a su lado—. Bueno a esta le queda un cuarto, suficiente para uno.

—Me encanta que los planes salgan bien —vaciló el chico de color, ¿Pope?

—¿Alguien sabe de buceo? —preguntó Kiara, y los tres chicos miraron a la morena, quien rodó los ojos.

—No tengo ni idea, a mí no me miréis. Siempre lo hago con mi madre.

—¿Nadie? —bramó Kiara de nuevo.

love takes two| jj maybanksWhere stories live. Discover now