17. El heredero de Slytherin.

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── Ginny, Ginny... por favor, despierta. Vamos, no puedes... no puedes estar muerta ──susurró Alessia, su cuerpo temblaba. Sin embargo, la cabeza de Ginny se movió, inanimada, de un lado a otro.

── No despertará ──dijo una voz suave.

Alessia y Harry se enderezaron de un saltó.

Un muchacho alto, de pelo negro, estaba apoyado contra la columna más cercana, mirándolos. Tenía los contornos borrosos, como si Alessia lo estuviera mirando a través de un cristal empañado. Pero no había dudas sobre quién era.

── Tom... ¿Tom Riddle?

Riddle asintió con la cabeza, sin apartar sus ojos de los dos menores.

── ¿Qué quieres decir? ¿Por qué no despertará? ──dijo Harry desesperado──. ¿Ella no está... no está...?

── Todavía está viva ──contestó Riddle──, pero por muy poco tiempo.

Alessia lo miró detenidamente. Tom Riddle había estudiado en Hogwats hacía cincuenta años, y sin embargo allí, bajo aquella luz rara, neblinosa y brillante, aparentaba tener dieciséis años, ni un día más.

── ¿Eres un fantasma? ──preguntó Alessia, dudativa.

── Soy un recuerdo ──respondió Riddle tranquilamente── guardado en un diario durante cincuenta años.

Riddle señaló hacia los gigantescos dedos de los pies de la estatua. Allí se encontraba, abierto, el pequeño diario negro que, ella y Harry junto a Ron, habían hallado en los aseos de Myrtle la Llorona. Durante un segundo, Alessia se preguntó como habría llegado hasta allí. Pero tenía asuntos más importantes en los que pensar.

── Tienes que ayudarnos, Tom ──dijo Harry, volviendo a levantar la cabeza de Ginny──. Tenemos que sacarla de aquí. Hay un basilisco... No sabemos dónde está, pero podría llegar en cualquier momento. Por favor, ayudanos...

Riddle no se movió. Alessia se acercó a Harry, ayudándolo a levantar a medias a Ginny del suelo, cuando éste se inclinó a recoger su varita.

Pero la varita ya no estaba.

── ¿Has visto...?

Alessia buscó a tientas su varita, dándose cuenta de que tampoco estaba.

Levantó los ojos. Riddle seguía mirándolos... y jugueteaba con la varita de Harry y la de ella.

── Gracias ──dijo Harry, tendiendo la mano para que el muchacho se las devolviera.

Una sonrisa curvó las comisuras de la boca de Riddle. Siguió mirándolos, jugando indolente con la varita. Alessia tragó saliva, bajo su vista a su colgante, notando que éste brillaba.

Tenía un mal presentimiento.

── Escucha ──dijo Alessia con impaciencia. Las rodillas se le doblaban bajo el peso muerto de Ginny. Ni ella ni Harry tenían mucha fuerza──. ¡Tenemos que huir! Si aparece el basilisco...

── No vendrá si no es llamado ──dijo Riddle con toda tranquilidad.

Alessia y Harry volvieron a posar a Ginny en el suelo, incapaces de sostenerla por más tiempo.

── ¿Qué quieres decir? ──preguntó la Benedette──. Mira, danos las varitas, podríamos necesitarlas.

La sonrisa de Riddle se hizo más evidente.

── No las necesitarán ──repuso.

Ambos lo miraron.

── ¿A qué te refieres, nosotros no...?

²Alessia y la Cámara de los SecretosTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang