ᴏᴄʜᴏ

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Minho ya había sido obligado por Jisung, después de su ducha, tomar un descanso. Jisung tomo una manta suavemente y tapo al castaño. Los dos se miraron por constantes segundos y después de aquello Jisung quiso marcharse, no antes ser tomado de una de las mangas de su pijama.

—Gracias —Minho dijo en voz alta y Jisung sonrió.

—No es nada, Minho—Le contesto —Dormiré en el cuarto de Taemin esta noche, esperó no sea...molestia.

Tragó en seco y tomo de una vez las mangas del pijama de Jisung, se aferro a ellas —Esta es tu casa desde un principio Jisung —Sus ojos gatunos se pusieron acuosos de un momento a otro, y el mareo provocado por la fiebre, vino de nuevo— D-duerme c-conmigo...

Jisung se quedo estático por un momento. Cuando iba a negar fue halado salvajemente hacia la cama y tomado por los brazos de su 'Esposo'. Minho lo tomo como si no hubiera un mañana, olisqueando su olor, en donde yacía su marca y después de aquello no lo dejo, sus manos seguían en la cintura de su omega.

Jisung inhalo el olor del alfa, su naricita se movió en picazón y se dio cuenta que realmente lo que Minho tenía no era una 'Fiebre'...

Era su celo.

Pero aun así, él lobo de Minho trasmitía una disculpa tan grande al omega. No lo tocaba con dobles intensiones y estaba dispuesto a respetar las decisiones de este.

Jisung sonrió y poso una mano en los cabellos negros de Minho. La mantuvo por un rato, hasta que logro conciliar el sueño en los brazos de su alfa.

Aun después de todo, lo seguía amando como nunca.

La mañana se hizo presente

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La mañana se hizo presente. Él niño de apenas dos años bostezo y sus ojitos acuosos empezaron a enfocar la que era su habitación. Sonrió en grande al encontrarse en aquel lugar, y una idea se le había venido a la cabeza.

"Mis papis están juntos de nuevo"

Con felicidad, tiro de la cobija y salió de un brinco de su cama. Puso sus pequeñas pantuflas de dinosaurio y se dirigió hacia la puerta. Trato de abrirla, pero era imposible, él era muy pequeño aun y los genes de sus padres no ayudaban.

Pensó un poco y luego recordó su banquito personal para así alcanzar el lavabo de su baño. En un dos por tres lo trajo hacia la puerta, dificultosamente y se subió a él, logrando así su cometido.

Ya fuera de su cuarto, se dio cuenta que nadie estaba, ni en la sala, ni en la cocina, menos en el despacho de su padre, que estaba cerrado con llave.

Divorcio ➸ Minsung Where stories live. Discover now