Capítulo 2

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La azabache comía tranquilamente de su barra de granola, sentada en una de las bancas del patio de la escuela, justo debajo de un árbol. La hora del almuerzo era prácticamente la misma rutina, comía, revisaba su teléfono y esperaba a que sonara la campana para regresar a clases. Todo estaba dentro de los parámetros de normalidad, hasta un balón de futbol estallo contra su cara.

-¡Lo siento!-grito un chico rubio corriendo hacia ella. 

El balón cayo, dejando las marcas de las costuras sobre la piel de la chica, su cara sin ninguna expresión era confuso para el chico, eso debió haber dolido. 

-Auch-fue lo único que dijo antes de que comenzara a brotarle sangre de la nariz. 

-¡Oh por Dios!-grito el muchacho asustado-¡Vamos a la enfermería!

Aizawa estaba por contestar que no era necesario, pero fue básicamente arrastrada hasta llegar a ella. El chico abrió la puerta con mucha fuerza, llamando la atención de un muchacho que estaba ahí sentado en la camilla, reposando su tobillo. 

-¡Necesitamos ayuda!-grito. 

-No es necesario gritar-dijo la chica adentrándose al lugar, la sangre seguía brotando, e incluso su suéter ya estaba manchado, eso la irritaba, porque si no hubiera sido jalada tal vez, hubiera podido para la hemorragia. 

El chico respingo que estaba en la camilla, esa era mucha sangre. 

-¿En donde esta la enfermera?-el rubio busco con la mirada, pero al no encontrar nada-. Iré a buscarla, quédate aquí. 

Giro sobre sus talones y se fue corriendo. Sayuri soltó un bufido, llevo ambas manos hacia su nariz y alzo la cabeza un poco, debía buscar gazas para poder limpiarse la sangre. 

-He visto que hay gazas en el primer cajón del escritorio-hablo el moreno. 

La azabache llevo su mirada hacia el chico, ni siquiera se había percatado que había alguien más. 

-Gracias. 

Con cuidado fue y tomo algunas gazas, la primera la utilizaría para limpiar la sangre, también agua esterilizada, aunque era difícil cuando la hemorragia no había cedido. El muchacho al ver las complicaciones de la chica, a muy pesar de él, no podía dejarla así. 

-Te ayudo, ven. 

Aizawa lo dudo un poco, pero no tenía otra opción, de aquí a que llegara la enfermera, el desastre sería peor. Así que fue hasta él, sentándose en una silla al lado de la camilla, como pudo Oikawa se incorporo, hizo una mueca ante el dolor de su tobillo. 

-¿Qué te paso?-pregunto la chica. 

-Yo debería preguntarte eso-contesto Oikawa-, vamos acércate más. 

La chica obedeció, Oikawa tomo algunas gazas y primero retiro la sangre fresca, otra la mantuvo en los orifico de la chica para que dejara de sangrar, esperaría un poco. Aizawa miraba el techo, no se hubiera imaginado terminar en la enfermería ese día, mucho menos por algo que no tuviera relación con el voleibol. 

Oikawa se sentía incomodo, pero el hecho de que la chica no le importase en lo absoluto su presencia, se podía sobrellevar mejor. 

-¿Y me dirás que paso?-pregunto el chico, no quería quedarse ahí en silencio. 

-Solo quería regresar a mi salón, y un balón estampo contra mi cara.

Oikawa apretó fuertemente los labios, lo que le había pasado debía ser doloroso, pero el hecho de que hablara con esa voz por tener su nariz tapada, era muy graciosa. Adorable sobre todo. Aizawa bajo la mirada, apenas podía ver al chica, tenía una cara curiosa. 

Setter [Oikawa Tooru x Oc]Where stories live. Discover now