Morgana [Saul Silva]

11.-

Alcanzó a Sky justo cuando este ya salía del edificio completamente cambiado. Se detuvo frente a él, provocando que torciera el gesto en una mueca de disgusto.

- Escúchame – el rubio alzó una mano – Sé lo que me vas a pedir, y la respuesta es no – avanzó en su dirección para pasar por su lado – No voy a quedarme de brazos cruzados viendo como Silva se muere.

- Me parece muy bien – con una rapidez pasmosa la morena se había vuelto a poner frente a él, provocando que diera un par de pasos hacia atrás, sorprendido – Pero no voy a dejar que vayas solo. Voy contigo – sentenció con una corta sonrisa.

Sky se dedicó a mirarla durante unos segundos, tratando de analizar si estaba hablando en serio o no y, cuando finalmente decidió que el hada estaba dispuesta a ayudarle, asintió.

- ¿Qué opina Silva? – preguntó cuando volvió a ponerse en marcha, esta vez con Morgana a su lado.

- No le di la oportunidad de que me diera su opinión – respondió la chica – Cuando se despierte probablemente esté muy enfadado.

- ¿Cuándo se despierte? – el especialista la miró con una ceja encarnada.

- Si – Morgana sacudió una mano restándole importancia – Pero eso es lo de menos – negó – No tenemos tiempo que perder.

Aumentaron el ritmo y no se detuvieron hasta que se adentraron en el bosque, donde a Morgana le apreció ver una fuerte llamarada procedente del círculo de piedra. Frunció ligeramente el ceño y no dudó en acercarse hasta allí, seguida por Sky.

Su sorpresa fue mayúscula cuando se encontró con una alterada Bloom que parecía estar a punto de perder el control. Pensó en intervenir, pero la chica no tardó en dejarse caer, con los ojos anegados en lágrimas. Morgana fue la primera en acercarse.

- ¿Bloom? – la llamó con suavidad. La pelirroja se giró sobresaltada, pero su cuerpo se relajó al ver que tras Morgana se encontraba Sky - ¿Qué haces aquí?

- Yo... - el hada sacudió la cabeza – No lo sé – suspiró, llevándose la mano a los ojos, con frustración – Sólo quiero respuestas y... - no terminó la frase.

Morgana fue consciente de que la cabeza de aquel hada pelirroja estaba completamente hecha un lío. Sonrio tristemente al entenderla, pues ya sabía perfectamente lo que se sentía cuando te ocultaban cosas.

- No creo que las vayas a encontrar aquí – respondió el especialista en su lugar – Pero te entiendo.

La mayor de las hadas se obligó a levantar la barrera que le impedía sentir las emociones de los demás pues, en ese momento, las emociones que el cuerpo de Sky y Bloom emitían eran demasiado intensas como para soportarlas.

- Es como sea, Bloom - habló ella entonces - Creo que tú y yo podríamos tener una charla muy interesante. Puedo darte respuesta a alguna de tus preguntas.

Y era verdad. Sabía perfectamente que Farah estaría completamente en contra, pero ella, que no era muy dada a obedecer, haría lo que considerara necesario.

- ¿Lo dices en serio? - los ojos de Bloom se iluminaron ante la posibilidad de obtener respuestas, aunque no pudo evitar fruncir ligeramente el ceño, pues no sabía hasta que punto aquel hada podría saber algo de su pasado.

- Lo digo en serio - replicó Morgana.

La pelirroja asintió agradecida, y fue entonces cuando se fijó en el modo en el que Sky iba vestido. Inclinó ligeramente la cabeza antes de mirarle con una ceja encarnada.

- ¿Qué haces con la armadura?

- Silva se está muriendo.

"Directo al grano", pensó Morgana antes de cerrar los ojos durante unos segundos. Sabía que lo que Sky había dicho era la pura verdad, pero decirlo tan directamente le resultaba doloroso.