Capítulo 04: Como mi mejor amiga

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Los ojos azules de la androide se posaron en la chica peli naranja que estaba a unos metros de ella, era una de las investigadoras de la Dra. Haruko que trabajaba en su laboratorio junto a ella. Ya había pasado una semana y media desde que llego a la Gran Capital, y desde entonces solía acompañar a la mujer castaña a su trabajo, donde veía como ella y los demás investigadores realizaban su trabajo, aunque al final terminaba aburriéndose y salía a pasear por las calles rumbo al departamento, no sin detenerse a contemplar los locales en el camino, pues una ciudad tan grande le resultaba muy curiosa, sobre todo por lo que veía al rededor era tan distinto a lo que estaba acostumbrada a ver en su pequeña Aldea Pinguino, que para sus ojos era extraño, aunque no era su primera vez en dicha ciudad, pues había ido con Senbei un par de veces, nunca le presto atención a como era el ambiente, quizás porque era por el hecho de que ahora estaba viviendo en esa ciudad que le prestaba tanta atención a los detalles del lugar. Sin embargo, entre todos los investigadores había una que le llamaba especialmente su atención desde que fue a ese laboratorio por primera vez, su nombre era Junko, una chica que se graduo de la universidad hace dos años y al poco tiempo entro a trabajar en la empresa de Haruko Ayame, pero para la oji azul lo que más resaltaba en ella era que su cabello, sus ojos, su color de piel y casi todo en ella le recordaba a su mejor amiga Akane, de hecho la primera vez que la había visto llego a pensar que era ella, pero tras verle mejor su cara se dio cuenta que no lo era, aunque si se parecían bastante, incluso solía bromear en laboratorio como Akane lo hacía, la androide en cierto momento llego a preguntarse si cuando se enojaba también se parecería a su amiga, le recordaba tanto a ella que aveces el solo mirarla la hacía extrañar a Akane. Recordaba que ni siquiera se pudo despedir de ella, no se pudo despedir de nadie, pues nunca imagino que pelearía con uno de los robots del Dr. Mashirito Jr. y que terminaría perdiendo su cuerpo en dicha batalla, claro que tenía la opción de volver a la aldea después de que le construyeron su nuevo cuerpo, pero no podía, después de lo que le había dicho Senbei no se sentía capaz de ver a sus seres queridos de nuevo, ahora que sabía que su destino era verlos envejecer y morir a cada uno de ellos hasta quedarse completamente sola, no podía sacarse esa idea de su cabeza y eso la llenaba de una tristeza tan grande que ni siquiera sabía que podía sentir, quería creer todo era una mentira, aunque sabía perfectamente que no lo era, ese era el yunque había provocado que dejara de ser la niña alegre e inocente que siempre había sido, por mucho que quisiera ya no podía ver las cosas de la misma forma que antes, todo era diferente ahora, como si hubiera dejado de ser una niña.

—Amm, ¿te encuentras bien?

—¿Ah?

—Me estado mirando por un rato bastante largo —informo la peli naranja— ¿Que pasa?, ¿tengo algo en la cara?

—Eh... no, no, no es eso —decía mientras sacudía las manos enfrente suyo— Solo... no me hagas caso, yo iré a beber agua.

Y tras dicha información procedió a avanzar hacía el dispenser de agua que se encontraba en el pasillo que daba laboratorio. Lleno un baso, y acto seguido le dedico una corta mirada a Junko.

—¿Todo en orden?

—Dra. Haruko, si, es solo que... —la peli morada no supo poner en palabras lo que le pasaba así que paro en seco— No, no importa.

—Bueno, yo tengo que seguir trabajando —comunico la mujer mientras procedía a agarrar la perilla de la puerta que conducía al laboratorio— ¿No te molesta quedarte un rato más o prefieres regresar al departamento?

—No, estoy bien.

—Como digas —acto seguido la mujer abrió la puerta para introducirse a su sitio de trabajo

La androide camino cabizbaja hacía una ventana que estaba al final del pasillo, donde se recostó en el umbral quedándose contemplando la vista del cielo de aquella ciudad mientras su mente procedía a perderse en sus pensamientos.

—Me pregunto como estarán Akane y los demás.

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—Achu... achuu —estornudo una chica de cabellos naranja

—¿Estas bien, Akane?

—Si, estoy bien Tsukutsun.

—¿No te estarás resfriando? —le pregunto con algo de preocupación

—No, alguien debe estar hablando de mi —respondió— seguramente es por eso.

—Ah, ya veo —se relajo un poco dando un sorbo a su bebida— ¿no crees que podría tratar de Arale?

—No lo se, quizás si jeje —alzo su mirada para ver la cafetería— desde que ella desapareció este lugar a estado demasiado tranquilo, de hecho hasta me aburre.

—Si, a mi también —agrego su novio— las calles de la aldea Pingüino nunca se sintieron tan vacías, y ahora nadie destruye la patrulla de la policía.

—Jajaja si, en realidad era bastante gracioso cuando hacía eso —puso un dedo en cara recordando más momentos de ella— Y siempre llegaba aquí gritando mi nombre, y salía con algunas de sus locuras.

—Si, era bastante infantil pero siempre era divertido estar con ella.

—Si, y siempre me acompañaba a jugarle bromas pesadas a los demás —agrego la chica— era muy ingenua, se creía todo lo que le decía, pero aun así siempre fue una buena amiga.

—Si, y era una niña alegre, siempre tenía esa sonrisa en su rostro —tras decir esto el chico chino agacho un poco la cabeza— siéndote sincero, extraño eso.

—Si, yo también... Ahh...—la peli naranja dio un profundo suspiro mientras se recostaba en la mesa, perdida entre sus pensamientos— Me pregunto como estará ella ahora.

Continuara...

Un Nuevo Comienzo | Arale Norimaki (En Edición)Where stories live. Discover now