Capítulo 03: En la Gran Capital

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Todas y cada una de la paredes de la aldea estaban siendo cubiertas por afiches que informaban la desaparición de cierta niña de cabellos morados con lentes.

—¡Atención a todos los habitantes de la aldea Pingüino!— habla uno de los policías mediante la radio de su patrulla— la niña con anteojos que siempre anda corriendo por las calles, conocida como Arale Norimaki, ha desaparecido inexplicablemente, si alguien la ha visto en algún sitio o sabe dónde puede estar se le pide que lo reporte a su familia lo antes posible, su familia está muy preocupada.

—Fui yo quien tuvo la culpa— dijo Midori con una expresión triste en su rostro— ¿Por qué no fui a buscarla cuando ví que no llego a casa?

—No se desespere señora— le respondió el jefe de la policía— vamos a encontrarla cueste lo que cueste.

—Pobre Arale, no puedo creer que una de mis ex-alumnas más queridas ha desaparecido— dijo el profesor Cabezón Castañeda.

—La última vez que la ví fue cuando la dejé en la puerta de su casa ayer— hablo Akane ante uno de los interogatorios— no sé que pudo haber pasado después de eso.

—!Oh no¡, ¿Que es lo que he hecho?— decía Senbei para si mismo en una esquina de comisaría— esto se está saliendo de control, tengo que encontrar a Arale lo antes posible.

Acto seguido el hombre se dirigió a la puerta y la abrió para posteriormente salir

—¿Que le pudo haber pasado a mi hermana?— pregunto Turbo sentado en una de las sillas del pasillo junto con los Gatchans

—Cupuu.
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—Arale, mira por tu ventana.

—¡Ah!— exclamó la androide contemplado la vista

—Bienvenida a la Gran Capital.

El helicóptero iba volando por los altos edificios de la Gran Capital, la ojiazul no despegaba su mirada de la ventana, todavía le costaba creer que a partir de ahora viviría en esa enorme ciudad. Finalmente el helicóptero aterrizo en un helipuerto en la cima de un edificio.

—Bien Arale, baja.

—¿Hoyoyo?, !uy!— la peli morada tapo su boca al notar que volvió a hacer uno de sus gestos infantiles— ¿Que es este lugar?

—Es el helipuerto de la compañía— respondió la científica— aquí es donde se quedará el helicóptero.

—!Oh!

—Nunca has viajado en un helicóptero, ¿Verdad?

—No, pero he viajado mucho en las naves que construía el científico— respondió con una sonrisa en su rostro— pero nunca he estado en un helipuerto.

—Ya veo, ven sígueme.

Tras salir del helipuerto las dos mujeres fueron a un garaje, dónde la científica recogió su auto y abrió el baúl para guardar sus maletas en ese lugar

—Bien— dijo mientras cerraba el baúl del auto— sube Arale.

—Este auto es más grande que el del científico— la peli morada contemplaba el auto de su compañera, el cual era un Ecosport de color gris

—Pues espero que eso sea bueno.

—Si, es solo que no suelo ver autos así.

—Bueno— dijo la castaña— ¿Y que espera? Sube.

La androide abre la puerta y entra en el vehículo sorprendiendose de como era ese auto en el interior —esta bien padre.

La doctora arranco el auto para así emprender camino. Durante dicho viaje la peli morada tenía el vidrio abajo para poder ver mejor como era la ciudad en la que estaba, se sorprendió al ver tantos edificios, tiendas, letreros, y personas que parecían, bueno, normales, no había animales antrópromorficos como en la aldea Pingüino, ni campesinos. En cierta esquina había un grupo de muchachos, los cuales le tiraron silbidos a la chica con lentes cuando la vieron pasar en el auto.

Un Nuevo Comienzo | Arale Norimaki (En Edición)Onde histórias criam vida. Descubra agora