5 - Confusión

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Catrin Stockwell llevó a los pocos presentes de la mansión Ellyllon a la comisaría, para interrogarlos. Sin embargo, allí habían muchas más personas que se habían enterado de la noticia. Luego de su charla con Alisse, la detective llamó a Vibie. Con lágrimas en los ojos, la chica entró a la oficina.

–Querida Vibeke, comprendo completamente tu dolor... y sé que brindarme la mayor ayuda posible te puede ayudar a tí también. ¿Sabes quién pudo haber tenido algo en contra de tu padre, como para hacerle lo que le hicieron?

–No tengo idea. Mi padre es el tipo de persona que no tendría problema con nadie. A excepción de, claro, la mujer que le contagió VIH.

La detective puso los ojos en blanco.

–Por favor, fue hace años, y como ves mi estado de salud es casi perfecto, al igual que...– se detuvo al recordar la situación del señor Ellyllon, mirando a Vibie a los ojos.– No estamos aquí para hablar de eso.

–Supongo que no.

Catrin carraspeó.

–Tu hermana sospecha de Lady Nathalie. ¿Podrías decirme algo sobre ella?

–Lady Nathalie se mudó a nuestra mansión hace unas semanas, ya que hubo un incendio en su casa. Mi padre le ofreció refugio hasta que pudiera solucionar la situación.

–Tu madre y tu hermana no estaban felices con eso. ¿Eso tuvo influencia en la relación familiar?

–Bueno, no. La realidad es que siempre fuimos una familia más bien fría. Además, mis padres conocen a Lady Nathalie desde su adolescencia, iban juntos al colegio. Yo nunca sospecharía de ella.

–Y eso es lo que la vuelve tan peligrosa.– dijo Catrin, intentando ocultar una sonrisa.– Muchas veces, la persona en la que más confiamos termina siendo el enemigo. Eres aún muy joven para entender que alguien que te importa puede ser el peor traidor.

Vibie sintió un escalofrío. La detective tenía razón, cualquiera podía ser el culpable. Empezó a armar mentalmente una lista de sospechosos, pero ésta seguía sin incluir a Lady Nathalie.

–Bueno, Vibeke, esto es todo por hoy. Intuyo que no me serás de tanta ayuda como esperaba, pero volveré a verte en estos días. Ahora debo interrogar a Lady Nathalie.

La joven salió, sin decir nada. Afuera se encontró a Lady Nathalie. La mujer, de la edad de los padres de Vibie, era regordeta y muy pálida, y su cabello castaño rojizo estaba atado en un rodete. Las lágrimas rodaban por sus mejillas, lo que hacía que se le corriera el maquillaje.

–Querida niña, no te imaginas cómo me siento en estos momentos. Pero sé que tu padre va a lograr salir adelante.

A Vibie le costaba creer que su hermana sospechara de ella. La conocía desde toda la vida, ya que ella y su hija visitaban la casa de los Ellyllon prácticamente todos los días en la infancia de las hermanas. Esa mujer irradiaba bondad, y Vibie creía que incluso Alisse debía admitir que fue casi como una madre para los tres hermanos.

–Ojalá que sí.– dijo Vibie, con una débil sonrisa.

–Nathalie Shoemaker, adelante.– llamó Stockwell desde la puerta.

En cuanto la mujer entró a la sala, Vibie fue de inmediato a encontrarse con su madre y hermana.

–¿Se puede saber qué le dijiste a Stockwell?- casi le gritó a Alisse.

–Ella me preguntó si sospechaba de alguien, y yo le respondí.

–¡Pero acusaste a Lady Nathalie! ¿Qué te hace pensar que ella sería capaz de algo así?

–Piénsalo, tonta. Convenientemente, su casa se incendia y debe mudarse con nosotros, y al poco tiempo alguien intenta asesinar a nuestro padre.

–¿Pero por qué motivo? Nuestro padre no le haría nada a nadie para que le hagan algo así, menos aún a alguien como ella. Además, Lady Nathalie es casi un miembro más de la familia...

Alisse le dio una cachetada, y Vibie soltó un gritito. Hacía mucho que no la golpeaba así.

–Nunca vuelvas a decir eso.– dijo Alisse, furiosa.

–¡Niñas!– gritó su madre.– Ya basta. No toleraré peleas en un momento así.

Ambas se quedaron en silencio.

–Llamé a Cassiel para que pase unos días con nosotras.– anunció.– Probablemente llegará entre mañana y pasado mañana. Y su tía Annis vendrá a cenar esta noche.

–¿Se supone que eso nos tiene que hacer sentir mejor?– dijo Alisse, con tono de fastidio.

–Tómalo como quieras. Debo ir a ser interrogada. Vayan directo a casa.

Las hermanas se abrieron paso entre la gente, y vieron como empezaba a amanecer. A la salida se encontraron a Line. Tenía los ojos rojos, por lo que se dieron cuenta de que había estado llorando, y al parecer mucho. Alisse siguió de largo, pero Vibie se detuvo a ver qué le pasaba.

–¿Qué sucedió?

–Nada de lo que quiera hablar ahora.– dijo, volviendo a llorar.

Vibie la abrazó y la acompañó afuera. Luego de que se calmó, empezó a contarle todo.

–¿Flynn te cortó?– dijo Vibie, incrédula.

–Me llamó tóxica.

–¿Por qué diría algo así?

–Dijo que debíamos tomarnos un tiempo porque últimamente yo estaba siendo invasiva... Ví la motocicleta de Monica y no pude evitar ponerme celosa.

–Tan típico de la señorita.– dijo una voz familiar.

Alisse había estado escuchando toda la conversación desde detrás de un árbol, por lo que ninguna de las dos la vio.

–Imagino que sabes que, por desgracia, Monica y tu ex son mis compañeros en el colegio, ¿verdad? Te puedo asegurar que ni siquiera se dirigen la palabra. Pero claro, no puedo esperar que tú y tu paranoia crean eso.

Vibie quiso interrumpirla, pero Alisse siguió hablando.

–No fue tu primer novio, ni eres la única que ha sufrido por amor. Pero esto se está convirtiendo en una obsesión. Deja tranquilo al pobre Flynn. ¿La tintura te está afectando mucho el cerebro?

Las mejillas de Line volvían a mojarse por las lágrimas.

–Alisse, deja de ser tan dura. ¿No ves que está pasando un mal momento? Podrías tener más empatía.– le reprochó Vibie.

–Por favor, sólo la dejó su novio, y por razones más que justificadas. En cambio, alguien intentó asesinar a nuestro padre, y sigue suelto. ¿Quién sabe si no irá al hospital a terminar su trabajo? Y aunque no fuera así, los médicos ni siquiera pueden asegurar que sobreviva a ésta noche. ¿Te parece que eso no es un "mal momento" en comparación a lo que le pasa a ella?– su voz sonaba cada vez más fuerte.

Vibie no supo responderle. Tenía un buen punto.

–¿Me podrías dejar un segundo sola con mi amiga?

Alisse no respondió, sólo se dió la vuelta y marchó hacia su casa.

–Mira, te pido perdón por lo que dijo mi hermana. Es un mal tiempo para todos. Pero yo te diría que intentes calmarte y entender los motivos de Flynn. Quizás tomarse un tiempo los ayude a aclarar sus mentes.

Line no respondía.

–¿Sabes qué? Intentaré hablar con él.– dijo Vibie para animarla.

–¿Sobre qué?– preguntó Line, desganada.

–Sólo déjamelo a mí, ya veré qué hago... Nos vemos.

Vibie la saludó y fue hacia su casa. Casi no había dormido y estaba cansada, pero el cielo ya estaba claro. Debía retomar la rutina y dejar el descanso para más tarde. Al igual que muchas otras cosas.

~ ILUSIONES EVANESCENTES ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora