Aldo lo miró por algunos segundos, su mirada provocaba al menor sentirse sucio, como si se tratara de un simple pedazo de carne, simple y sin derecho de oponerse. El chico se dio la vuelta y en cuanto salió de la oficina Harry comenzó a limpiar su boca con las mangas de su camisa. Dio un suspiro y se lanzó de nuevo contra el sofá, eso no podía seguir así.

Salió de la oficina del rizado y lo primero que hizo fue buscar al resto de sus hombres, que se encontraban rodeando el lugar simplemente por protección al chico. —Necesito que dos de ustedes se queden aquí. —Mencionó en cuanto todos estuvieron reunidos, llevaba 4 guardaespaldas en total—. Van a seguir a Harry lo más discretamente posible que puedan, estoy seguro de que se va a encontrar con el hombre que tiene como pareja, cuando lo localicen a éste van a encargarse de seguirlo a todos lados. Quiero saber qué es lo que hace, con quién y cómo. Necesito que me consigan toda la información de ese chico antes de mañana a esta hora.  —Parecía molesto y hablaba demasiado autoritario.

—¿Sabe su nombre? Sería bueno comenzar a buscarlo en la base de datos del gobierno. —Preguntó uno de los hombres, la organización para la que Aldo trabajaba había logrado tener tratos con algunos funcionarios del país.

Negó con la cabeza. —Estoy seguro de que cuando me lo presentaron me dieron un nombre falso. Necesito absolutamente todo, sobre todo su apellido, ¿de acuerdo? —Los hombres asintieron rápidamente—. Ese chico tiene algo que me da desconfianza… y entre más rápido lo sepamos, más rápido tengo los motivos para deshacerme de él.

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Entró a su departamento azotando la puerta de un golpe y recargó su cabeza contra ésta, respirando profundamente. Todo ahí estaba exactamente igual a como lo había dejado el día que se fue tras enterarse que el rizado estaba relacionado con la muerte del oficial Horan. Los cajones abiertos, los platos sucios en el lavabo, la carta que él mismo había arrugado se encontraba en el mismo lugar, todo.

No entendía por qué se sentía así, no entendía qué era eso que quemaba su estómago con tanta intensidad, como si algo dentro de él estuviera explotando después de haber escuchado la manera en la que ese chico le hablaba a su novio. 

Porque Harry era su novio. Harry era la persona con la que quería compartir su vida a pesar de todo, y eso le hacía mal. Se sentía enfermo, desde el primer día que lo había conocido, sentía como si su alma estuviera pudriéndose poco a poco, amenazando con convertirlo en la misma mierda de persona que Harry era.

De pronto un millón de malos pensamientos habían aparecido en su mente cuando notó la manera en la que el chico rubio miraba al menor, era obvio que lo deseaba, y Louis sentía rabia con el solo hecho de pensar que Harry cediera a éste.

Era consciente de lo mucho que su vida se estaba yendo a la mierda desde el primer día en el que Harry Styles había aparecido, y sin embargo no recordaba el momento exacto en donde se había convertido en ese ser tan patético que ahora era.

Dio un golpe contra la puerta por pura frustración. Quería volver a la discoteca y alejar a ese rubio de Harry, no permitiría que nadie le quitara ese único trozo de felicidad que tenía su vida, que en realidad más que hacerlo feliz, lo estaba volviendo loco.

Volvió a suspirar e intentó recuperar su postura, no podía permitir que le siguiera afectando tanto las palabras que ese chico, pues decenas de pensamientos sobre lo que podrían estar haciendo en esos momentos le mataban, estaba muriendo por la sensación que los celos le traían.

Tenía que regresar al mundo real y hacerse cargos de sus asuntos profesionales. Caminó hacia el teléfono y apretó un botón en la contestadora para escuchar los mensajes que habían dejado durante los días que había esto ausente.

Poisonous Rose (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now