𝐋𝐈𝐄 𝐓𝐎 𝐌𝐄 - luke hemmings

meet you there

Tú seguiste tu camino, y yo seguí el mío.

— Así es como acaba la grabación del album "Yooungblood" — Nos vocearon desde cabina — ¡Felicidades, chicos!

Agotados, sonreímos, el viaje que empezamos hace meses por fin estaba culminado. Todos parecíamos querer decir algo, pero sabíamos que no iba a ser suficiente para el momento que estábamos viviendo. Calum se acercó a mí y me abrazó. A los segundos Michael y Ashton se unieron al abrazo. Era reconfortante.

Los cuatro sabíamos que esto tenía gran parte de mí, que mis sentimientos eran los que hablaban por nosotros, o mejor dicho, por mí.

— Sé que esta pregunta ha sido constante, y quizás ya estas harto — Empezó a hablar Michael —

— Solo nos preocupamos por ti — Finalizó Calum, y Ashton solo asintió —

— Estoy bien — Les respondí — Podría decir que el tiempo lo cura todo, pero, en realidad escribir sobre mis sentimientos fue lo que me ayudó. Olivia ahora es solo un buen recuerdo y vieja amiga.

— Entonces, ¿Qué planeas hacer ahora? — Cuestionó Ashton —

— Por meses me sentí perdido, no sabía que hacer, mucho menos sabía quien era yo. Lo único que supe con certeza era que tenía que dedicarle algo por última vez a Olivia. —Confesé — Ahora, sé que todo este albúm es la verdadera carta de despedida a mi pasado. Lo planeado, ahora, es la banda. Llevarla a otro nivel.

No sabía exactamente que haría, no tenía ningún plan para mí. Y extrañamente se sentía bien.

Los tres sonrieron, estaban orgullosos de que aquello que me entristecía finalmente se había ido. Mi corazón ya no latía desenfrenadamente cuando escuchaba el nombre de "Olivia Becket", mucho menos cuando alcanzaba a escuchar su risa cuando hablaba con Michael.

Saliendo del estudio, me dirigí a casa, y por primera vez en meses, me permití pensar en Olivia. Un sentimiento de culpa me invadía, porque aquellas cosas que tenía tan presentes de ella, que tanto me gustaban, no podía recordarlas. Momentos que pasé con ella, ahora sentía que no eran reales. Su rostro al despertar no lo recordaba, mucho menos las canciones que ponía por las mañanas para hacer el desayuno. Su mirada de enojo ya no existía en mi mente, y las veces en que lloró se veían borrosas.

Lo único que podía recordar con claridad era su risa, y hasta eso, me parecía totalmente extraña.

Estando en casa, busque aquella caja que me escondí a mi mismo. Al tenerla en mis manos nuevamente, la abrí, encontrando cada cosa intacta desde que la arrumbe en algún rincón de mi casa. Lo primero que observé fue su letra en la carta que escribió, y solté una pequeña risa. Viendo en retrospectiva, todo lo que pasamos había válido las lágrimas y los corazones rotos.

Olivia encontró su felicidad.
Yo encontré mi tranquilidad.

Admiré su letra por última vez, y mi vista se dirigió a una foto de nosotros dos en nuestra primera cita. Pensar que todo esto empezó porque solo quería verla una vez más.

Seguimos nuestros caminos.
Ella el suyo.
Yo el mío.