"Una pequeña niña orgullosa"

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Capítulo 1

—Emma, ¿Qué sucedió? —Las lágrimas salieron por sí mismas en mis ojos intentando liberar tensión acumulada dentro de todo mi cuerpo, mis manos no dejaron de temblar, y mis ojos se posaron fijos en la mesa metálica frente a mí.

—No lo sé. —Susurré y volví a negar con la cabeza, como ya lo he hecho antes. —No hay nada claro.

—Solo intenta calmarte. —Me pidió el oficial Alex, un hombre caucásico y de cabellera corta a camisa blanca y pantalón negro.

Me fue increíblemente difícil  respirar, sentí miedo y me sentí de pronto totalmente aturdida, mis ojos apenas pudieron distinguir las cuatro paredes color blanco, y fui vagamente consciente de que estaba en una sala de interrogaciones.

Fueron dos oficiales los que vi frente a mí, los mismos que me sacaron de la casa; El pelirrojo, quien había permanecido pálido y silencioso durante todo este tiempo, y el moreno, quien había intentado hacerme hablar y calmarme, las dos cosas al mismo tiempo. Pero no pude. No había nada que decir.

—Eso hago —Afirmé desesperada fijando mi vista al espejo de doble vista detrás de los oficiales. Supe inmediatamente que mamá y papá estaban detrás, pero me negué a aceptar que algo tan terrible sucedió como para que yo estuviese ahí.

— ¿Viste a alguien entrar cuando te duchabas? —Lo miré fijo. Mi cabeza recordó a una persona diciendo "Escóndete" "Ven conmigo Emma" una persona tomándome del brazo con fuerza alejándome del infierno. Haciéndome dejar a mi hermana sola.

—No. —Respondí fríamente. El par de oficiales intercambiaron miradas, dudosos de mi respuesta. Finalmente el moreno, Alex, cerró una carpeta que tenía en manos y me dio una sonrisa que no llegó a sus ojos.

—Bien Emma, hablaremos con tus padres un minuto y podrás irte. —Me tomó suavemente del brazo sacándome finalmente de ese lugar asfixiante; miré alrededor aun temblando. Se sentía como cuando despiertas de una borrachera y todo duele, principalmente la cabeza.

—Todo está bien. —Afirmó Alex con una sonrisa sombría, había algo detrás de él, de sus ojos y su forma de actuar, pero decidí ignorar en ese momento cualquier cosa que pudiese perturbarme más.

—Sí. —Susurré deseando que alguien me dijese realmente que sucedía. Salimos de la habitación en la que estábamos. Mi madre lloraba como niña y mi padre la intentaba calmar.

—Hola linda —Dijo mamá, con voz cortada. Sus ojos grandes y asustados se fijaron en mí un poco más, buscando algo. — ¿Sabes dónde estamos? —Pero, ¿Qué clase de pregunta?

— ¿Qué es lo que está sucediendo? —Pregunté firmemente al instante, urgiendo una respuesta de una buena vez. Por más que intentaba recordar, todo era borroso.

—Quédate aquí hija —Me pidió mi madre y el oficial Alex jaló a mis padres a unos metros de distancia.

—Necesitara terapia —Escuché, en lo que para mí fue un susurro —Ella no tuvo nada que ver con lo sucedido. Está asustada y posiblemente tiene estrés postraumático, por lo que su mente bloqueó todo.

— ¿Y Sofía? —Susurró mamá. ¿Qué con Sofía? ¿Qué con mi hermana?

—Sofía está mal. No voy a mentirles. —Susurró Alex con un tono silencioso y discreto —No tengo manera de decir esto con tacto...Así que solamente se los diré...Ella está en coma, según tengo entendido.

El silencio duró tanto que no me importó, necesitaba saber que sucedía, y lo necesitaba a en ese momento. En un par de pasos firmes me acerqué y mamá, papá y los oficiales clavaron sus ojos en mí.

AcosadorWhere stories live. Discover now