"Sonrisa intrepida"

341K 11.6K 5.4K
                                    

Capítulo 2

Van apenas tres días y medio en los que estoy en sociedad de alumnos. No es la gran cosa. No, en serio, ni siquiera podría decir que sociedad de alumnos es poca cosa. Solo nos inscribimos seis chicharitos, y los demás a parte sólo están para perder clases de vez en cuando.

— Entonces, Emma, ¿Cuál es la respuesta? — Mis ojos se agrandaron y vi a la maestra contemplarme como si tuviera yo una enfermedad contagiosa. — Supongo que estas poniendo atención.

— S-sí maestra. Sí. — Dije al instante, por supuesto que no estaba poniendo atención.

— Entonces... ¿Avogadro? ¿Número? — No entendí de qué hablaba, sólo podía ver el colorete rojo marcado en uno de sus dientes e impaciencia en sus ojos. Esa clase siempre me ha gustado, y la materia nunca se me ha dificultado, pero es cierto eso que dicen sobre mucho del aprendizaje tiene que ver con quién lo enseña. Hace dos meses cambiaron a nuestro profesor de la materia por algún motivo, y ahora ésta señora malhumorada da su clase como si nos pagara ella por hacerlo.

— La señorita Emma Lacosku — Escuché en la puerta. Oh demonios, no interesa para que sea, sólo sé que quien quiera que sea, ha salvado mi pellejo de ser humillado por esa maestra.

— Está un poco ocupada — Se cruzó en brazos la pelirroja de colorete en el diente y mirada impaciente.

— Es importante — Dijo el tipo en la puerta. Nunca antes lo había visto. Tiene el cabello peinado hacia arriba cejas gruesas y ojos claros. — Es de sociedad de alumnos, tengo entendido.

— ¡Rápido! — Gritó la maestra y salí como un cohete disparada hacia la puerta.

— Gracias a todos los cielos. — Susurré para mí misma luego de haberme librado de un problema, al que, de haberle puesto atención habría respondido. Ni siquiera puse atención al muchacho que me salvó sino hasta que carraspeó y él mismo se presentó.

— Soy Nicolás — Dijo el muchacho que me salvó, seriamente — Pero tú, si quieres, dime Nick.-Sugirió viéndome de pies a cabeza con una calma casi inquietante. Por mi parte le sonreí de forma amable.

— Bueno, Nick, soy Emma... — Él me miró casi burlándose en mi rostro - ¿Es gracioso mi nombre?

— ¿Crees que no te conozco? — Bufó en tono beligerante. Alcé mis cejas al cielo, comprendiendo poco la manera agresiva de su timbre de voz.

— No sé ¿Deberías? —Pregunté en voz más a la defensiva. Me crucé en brazos, una vez más la vida me demuestra que si eres amable consigues un acosador o un enemigo.

— No. —Respondió secamente — Pero eres la chica valiente. ¡La brava! Ridículo, ¿No? — Podría admirar un poco de falsa devoción. –Te dicen valiente por perder la memoria, yo más bien te diría cobarde.

— Bueno, Nicolás, fue un placer conocerte y más porque ahora tengo por seguro que no te quiero, ni te volveré a ver en mi vida. — Afirmé frunciendo el ceño con una sonrisa muy amable, muy falsa. –Nos vemos en el carajo. –Intenté caminar lejos de él cuando Nick me tomó del brazo. — ¿Qué haces?

— Tú me complicas tanto las cosas. Podría estar haciendo algo mucho más importante, y sin embargo... — Se acercó a mí para tomarme, a la par de que dijo eso en voz baja y gélida.

— Juro por Dios que gritaré si no me quitas las manos de encima — Nos quedamos inmóviles unos momentos.

— No se te ocurra gritar, dramática, tampoco estoy golpeándote — Musitó soltándome finalmente. Solté un suspiro sintiéndome en calma. –No estoy haciéndote daño si no te pego.

AcosadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora