Capítulo 7: Conociendo Argentina

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Me reí.

-(Que linda risa tiene...) Y, ¿cómo vamos tio?, (¿de verdad acabo de pensar eso?).-

-Pues... ¿alguna vez viajaron en colectivo?-

-Muy pocas veces, pero si.-

-Si.-. Respondió Mangel seguro.

-Bueno, pues entonces irémos en colectivo.-

Caminamos unas cuantas cuadras hasta la parada, el en camino seguíamos hablando y muriéndonos de risa.

Esperamos muy poco, fueron apenas un par de minutos. Cuando llegó el bus, subimos y apenas pisamos un escalón el colectivero los reconoció enseguida: tambien era Criaturita :3

Los saludó, les pidió un autógrafo a los dos, cuando se lo terminaron de dar, yo estaba por pagar el viaje, cuando el conductor puso su mano entre la tarjeta y la máquina. Me dijo que no hacía falta, insistí, pero de nada sirvió. No tuve más remedio que asentir e ir a donde estaban Rubius y Mangel, en el fondo.

El viaje era bastante largo, así que en mitad del camino me dormí sobre el hombro derecho de Rubius por accidente. Como yo no me "duermo", si no que me quedo con los ojos cerrados, pero escucho y siento, a los pocos minutos de "dormirme" sentí como una mano me acariciaba suavemente el pelo, quería ver quien era, pero no me pensaba mover... estaba muy cómoda.

Pasó una hora aproximadamente, y ya estábamos cerca del obelisco, me empiezo a mover, me había dormido, (si, esta vez de verdad :v) y estaba tratando de despertarme. La mano que estaba sobre mi cabeza se retira rápidamente apenas me muevo.

Sentí que toda la gente del bus me estaba mirando.

Me siento, me desperezo y me refriego los ojos, miro a la gente y estaba en lo cierto: todos me estaban mirando. Pero de una manera distinta a como suele mirar la gente, me estaban mirando con ternura.

No sé que habré hecho para que la gente me observe de esa manera.

Me di vuelta y miré a los chicos: Rubius estaba mirando por la ventana tranquilamente, cuando al parecer se percata de que lo estoy mirando y me mira a los ojos. Ahí estaba devuelta, ese brillo verdoso, podía ver mi reflejo en aquellos ojos.

No sabía si apartar la mirada o quedarnos así un momento, pero elegí la primera (cagando el momento).

Mangel estaba mirando a... no sé a que, se me ocurre mirar por la ventana de Rubius, estábamos cerca de nuestro destino, el obelisco se podía ver desde aquí. Tenía calor, no me daba cuenta de que eran las mejillas de Rubius.

-En la próxima bajamos.-. Me paro, doy un paso hacia la puerta, toco el timbre y espero a que el bus se detenga. Bajamos de un salto.

Nos encotrábamos frente al obelisco, un monmento de más de sesenta metros de alto, (68 para ser exáctos) nos paramos en frente y comenzamos a sacarnos fotos.

Nos sacamos sonriendo, haciendo caras raras, yo les saque una a los chicos saltando, los agarré justo en el aire, nos turnábamos para la foto. Nos gustó tanto que íbamos sacando de a pares, primero Mangel y Rubius, la foto la sacaba yo, luego Rubius y yo, la foto la sacaba Mangel, y así susesivamente hasta que decidimos sacarnos una foto los tres juntos y le tuvimos que pedir a alguien que nos sacara la foto. Pasó una mujer caminando, se lo pedimos, nos sacó la foto perfectamente y seguimos recorriendo la cuadra del obelisco.

Como ya era cerca del mediodía, el sol comenzaba a dar más fuerte. Miré hacia arriba para ver si era necesario ponerme los lentes de sol, al parecer si, me los estaba por poner cuando Rubius me mira de reojo, me vuelve a mirar, pero esta vez sorprendido. Y esta vez si se notaba.

Mi vida con RubiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora