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—¿Que es eso?
—No se. Parece una especie de estatua de oro.
Sin decir nada me agache a lado de Lucy para ambas tratar de admirar lo que había en ese pequeña laguna.
Edmund arrancó un tronco para meterlo en el agua, al sacarlo comenzó a tornarse de oro. Los cuatro nos miramos sorprendidos tratando de entender.
—Se debe haber caído.
—Pobre hombre.
—Será pobre lord, el escudo de lord Restimar.
—¡Y su espada!—señale una parte de la laguna.
—La necesitamos.—dijo Caspian antes de ayudar a Edmund a sacar la espada.
—Ten cuidado.
—Tu espada no se ha vuelto oro.
—Las dos espadas son mágicas.— aclaró Caspian tomando la espada que había sacado Edmund.
—No supo que le pegó.
—Quizá o quizá había descubierto algo.—dijo Edmund sumergiendo un caracol, Caspian lo miró con desconfianza y supe que algo malo pasaría.
—¿De qué hablas?—preguntó observando cada movimiento de mi hermano, al sacar el caracol debo admitir que la cara de Edmund me dio miedo. Ese no era mi hermano.
—¿Que miras?—dijo Lucy algo confundida.
—Quienquiera qué tenga acceso a esta laguna... Podría volverse la persona más poderosa del mundo.—dijo admirando aquel caracol de oro, Caspian nos dio una mirada preocupada, antes de que alguien dijera algo Edmund volvió a hablar.—Lucy, ______, seríamos muy ricos. Nadie nos diría que hacer, ni con quien vivir.
Mire a Lucy caminar hacia atrás ocultándose de alguna forma detrás de mí en modo de protección.
—No puedes sacar nada de Narnia, Edmund.—afirmó Caspian mirando a mi hermano.
—¿Quien dice?
—Lo digo yo.
—Yo no soy tu súbdito.
—Has estado esperando este momento. Para retarme, dudas de mi liderazgo.
