Legados Futuros (SEGUNDA TEMPORADA)... Amores del pasado...

Doble Cara

Antes de comenzar aviso que este capítulo trata un tema sensible, se recomienda discreción :3

.

La noche tardó en llegar, y con ello el joven pelirrojo pudo volver a casa de los Todoroki, sin embargo, solo se encontró con la mala noticia de que Yuki pasaría toda la semana en la Yuei, día y noche sin excepción.

- Estúpidas reglas establecidas – maldecía el de orbes amarillos – bueno, al menos el idiota ese no se le acercará por nada en el mundo, lo odia con todas sus fuerzas – pensaba mientras se cepillaba el cabello – si el tal Seiyu se mantiene con esa barrera bien en alto, hará que Yuki venga a mi cada vez más, e inevitablemente acabará por aceptar mi propuesta – el pelirrojo sonrió con malicia – sí...seguro eso funciona...

Shun se recostó en la cama y comenzó a mirar el techo, se quedó inmerso en esos pensamientos, todos esos que llegaban iniciando la noche, sus recuerdos más profundos y lejanos...

Flashback

- ¡Papá! ¡Por favor que alguien lo salve! – gritaba un pequeño de ojos amarillos - ¡por favor! No puedo hacerlo solo – sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas rojas mientras que la gente pasaba de él, hasta que un hombre de negros cabellos se detuvo – U-usted... ¿puede ayudarme? – preguntó el pequeño ingenuo

- Claro que sí – dijo el hombre con una sonrisa lasciva – yo voy a ayudarte niño bonito...

Los días seguidos fueron un infierno, en una jaula que apenas podía albergarlo, sus pies se llenaban de sus propios desechos, la comida solo llegaba una vez al día, eso sí se portaba "bien"

- Ven aquí pequeño, es hora de jugar – decía el sujeto cada que llegaba de trabajar

- H-hoy...no quiero... - el pelirrojo fue callado con un golpe en seco en la mejilla

- Hoy no habrá comida – dijo el hombre con rabia, el pequeño comenzó a llorar, la verdad es que no comprendía muchas cosas, como el por qué debía vivir en esa jaula, porque ese hombre lo trataba con crueldad, porque después de ese día, no volvió a ver a su papá. No supo cuánto tiempo pasó, solo sabía que la jaula comenzó a encogerse.

- Por favor señor – decía el de orbes amarillos – me portaré bien, déjeme salir aunque sea un momento – sin embargo recibió una patada a la jaula y sus dedos quedaron cortados, pues estaban en la zona de impacto

- ¡Cállate mocoso! – gritó el hombre – solo cállate – el sujeto parecía ir perdiendo la cordura

Curiosamente, no recuerda muy bien ese día, el día en que todo cambió...

El invierno había llegado, lo sabía porque por la pequeña venta sobre él se veía caer la nieve, además, la habitación se sentía más fría de lo usual, no era su primer invierno ahí, pero si era su primer invierno castigado, esa vez había desobedecido una orden y eso le costó su comida y su manta, estaba seguro que moriría, pues ya no le quedaba aliento para seguir soportando aquello que ni él sabía que estaba pasando, su vitalidad se iba secando poco a poco, de pronto el hombre llegó a la habitación

- Hola pequeño – dijo el hombre con una sonrisa – espero hayas aprendido tu lección – el sujeto comenzó a buscar entre sus cajones – aquí están – dijo agitando unas llaves

- Por favor... - susurró el pequeño pelirrojo – por favor...ya no me haga daño... - el pelirrojo miró al atacante directamente a los ojos, y este cayó al suelo de rodillas