━━ capítulo veintiuno ¡dios, conviértelo en elvis!
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( sexto año )
—Colagusano, ¿por qué Dios no pudo convertirme en Elvis?
La pequeña cara de Peter miró por encima de la silla en el dormitorio de los chicos a James, quien estaba sentado solo en el alféizar de la ventana, sosteniendo la guitarra que sus padres le habían regalado para Navidad. Trató de pensar en algo que decir porque había estado cantando la última hora (y había sido bastante molesto. No era que no fuera bueno, sino que simplemente era un compositor terrible. Si tuviera que escuchar otra canción sobre la chica de cabello castaño que nunca me amará Peter arrojaría esa guitarra por la ventana. No era estúpido. Sabe que se trata de Genny. James no era exactamente sutil). —Porque en cambio te hizo un mago.
James tocó un sombrío acorde Dm. —Entonces, ¿por qué no podría ser John Lennon?
—¿John quién?
Peter sintió que debería saber exactamente quién era solo por la expresión del rostro de James. Lo miró boquiabierto, aturdido. —¡Colagusano! ¡Es el brillante cantautor de la banda The Beatles!
Frunció el ceño. —¿No se separaron?
James frunció los labios. —Eso es... esos son detalles menores. Todavía están juntos en mi corazón.
—Sirius dijo algo sobre su ruptura en el 71...
—Colagusano —James le dio una mirada suplicante—. Déjame soñar, ¿de acuerdo?
Comenzó a tocar su guitarra de nuevo, rasgueando un patrón de acordes claros y con el labio fruncido de Elvis, trató de gruñir y cantar Burning Love. Peter suspiró, frustrado, y se dejó caer en la silla, el mapa en el que estaban trabajando juntos cayó al suelo. Los pies resonaron por las escaleras, y pronto, Sirius entró al dormitorio, con una mirada de incredulidad en su rostro.
—¿Quién diablos está cantando esa mierda?
Peter no pudo contener las risitas que escaparon de sus labios ante la caída del rostro de James. Miró a Sirius, horrorizado. —Canuto...
Sirius se dio cuenta y se rio también. —¡Oh, Merlín, Cornamenta! Eres una gran alondra - ¡Estás actuando como si hubieras roto con ella!
—No, no lo estoy —argumentó James—. Solo estoy practicando mi talento secreto.
—Amigo, la guitarra está desafinada —Sirius se acercó y se la quitó de los dedos. James jadeó, tratando de alcanzarla, pero Sirius simplemente se la quitó, sentándose en su cama y afinándola casualmente, jugueteando con las perillas—. Tienes que saber cómo afinar una guitarra antes de tocarla, amigo.
