𝑲𝒊𝒍𝒍 𝑱𝒂𝒄𝒌 |Intenabo|

12H

Conway y el resto caminaban con mucha cautela por los numerosos pasillos de aquel lugar. Greco conocía el edificio, así que había conseguido hacerse un mapa mental para guiarles hasta su objetivo.

—Ahí hay dos— murmuró el barbudo pegándose a la pared.

Dos de aquellos uniformados se paseaban por el pasillo que hacía esquina, custodiándolo.

—Nada de usar las armas si no es necesario— habló Conway— No queremos llamar la atención del resto.

Tanto él como Volkov se acercaron sigilosamente a aquellos dos hombres mientras les daban la espalda, y, en cuanto estuvieron lo suficientemente cerca, sacaron sus cuchillos y se los clavaron en la garganta para que no pudieran gritar.

—Bien hecho— dijo Conway hacia su compañero.

Sin embargo, en cuanto se giraron, ambos se quedaron petrificados.

—Pasillo noroeste, sección 7— habló Brown por una radio que se había sacado del pantalón mientras apuntaba a Greco con su arma.

Comenzó a caminar sin apartar la pistola de la cabeza del alfa, manteniendo una sonrisa victoriosa mientras observaba a Conway.

—¿Qué cojones estás haciendo?— preguntó Greco confuso y con las manos en alto.

—Cállate de una puta vez, me he cansado de fingir ser tu amiguito.

Conway rió de forma seca.

—Así que eres uno de ellos.

—Los años no te han hecho perder inteligencia, ¿eh?— se burló— Pistolas al suelo y manos arriba.

Volkov dirigió su mirada a su ex-jefe, preguntándole con esta sus órdenes.

—Hazle caso— sentenció mientras dejaba el arma en el suelo.

—Brownie eres un auténtico mamonazo— soltó Greco.

A punto estuvo el alfa de perder los estribos y abrirle la cabeza de un culatazo, pero, en su lugar, se contuvo y presionó más su pistola contra la sien del barbudo.

—¿Por qué lo haces?— preguntó Conway.

—Esta gente paga bien— se encogió de hombros— Y después de todo la Purga me beneficia, así que...

—Eres un hijo de puta.

—Puede ser— rió Brown— A vosotros dos os voy a llevar con Smith, seréis su purga personal, pero a ti— le habló esta vez a Greco— De ti me voy a encargar yo— dijo mientras le quitaba el seguro al arma.

—¡Cabrón!— gritó Greco tratando de zafarse.

—No te molestes, los guardias están llegando ya. Siempre me molestó tu actitud tan positiva, eres vomitivo.

Y sin pensárselo más, apretó el gatillo.

—¿Que...?— murmuró al ver que no había disparado.

—¿De verdad te pensabas que era tan ingenuo como para no darme cuenta?— habló Conway mientras sonreía— ¿Que, con toda la seguridad que tenían este año por mi culpa, iba a ser tan fácil llegar hasta aquí? ¿Que no mandaran a nadie a buscar el camión cuando nos hicimos con él, o que nos dejarían entrar en el edificio sin ni siquiera revisar?

Entonces Greco aprovechó la incredulidad del alfa para soltarle un cabezazo y alejarse de él, levantando su arma y apuntándole de inmediato.

—Hijo de puta, traidor— murmuró enfurecido sin apartar la vista de Brown, quien mantenía sus brazos en alto.