𝘁𝘄𝗲𝗹𝘃𝗲 ; 𝗳𝗶𝘅 𝗲𝘃𝗲𝗿𝘆𝘁𝗵𝗶𝗻𝗴.

Magsimula sa umpisa
                                    

:—Tienes a Melissa, que aunque es solo madre de Scott, nos quiere a todos, como si fuéramos también sus hijos, y tu estás incluida desde el día que le salvaste la vida a su hijo. Aunque no quieras o lo creas aún, eres parte de la manada, eres mi amiga, y nadie podrá cambiarlo

Ni siquiera me di cuenta, cuando mis ojos se empezaron a poner llorosos tanto que ardían. Trataba de no derramar ninguna lágrima, pero era imposible.

—Gra-gracias, yo... –tragué saliva, —Maldita sea Lydia ya me hiciste llorar

Reí limpiando mis lágrimas.

—No creas yo también me hice llorar, –alcé la mirada y miré sus ojos llorosos.

—Ahora que lo pienso de esa manera...tal vez lo que pasó fue por algo, no sé el porqué, pero en algún sentido me ayudó, ¿sabes?

—¿Cómo en que sentido?

—No lo sé...como, verle lo bueno a la vida tal vez. Digo después de la muerte de mis padres y mi hermana, y la "muerte" de Theo, de alguna manera logro verle el lado bueno a la vida, aunque siempre está el malo, y esta claro que no podemos dejarlo de lado, pero, después de la tormenta viene el sol, ¿no?

Sonreí un poco y Lydia hizo lo mismo.

—Te admiro demasiado Julls, eres tan fuerte, que aveces ni siquiera sé cómo es que sigues mostrando esa sonrisa

La miré unos segundos. No esperé más y me lancé a los brazos de Lydia para abrazarla.

Ella correspondió enseguida, acariciando mi espalda suavemente, mientras yo solo liberaba lágrimas acumuladas.

Lydia, de alguna manera siempre encontraba las mejores palabras para hacer sentir bien a las personas, aconsejarlas etc, y por eso la admiraba.

Después de unos minutos así, nos separamos y seque mis mejillas por las lágrimas que cayeron en ellas.

Lydia sonrió mientras me miraba.

—¿Qué te parece si recompensamos el tiempo perdido yendo de compras?

—Me vendría bien ir de compras, –reí.

—Entonces andando

***

Esa misma tarde, luego de una tarde llena de compras con Lydia, era hora de la despedida con Stiles.

Como él le dejó su Jeep a Scott, el Sheriff y yo nos encargamos de llevarlo hasta su universidad para dejarlo ahí.

No era tan buena con las despedidas, menos si era Stiles, ya que él era como mi mejor amigo.

—Bien, recuerden que iré los fines de semana a verificar que la casa aún no haya sido destruida, –habló poniéndose su mochila.

—Hijo, estaremos bien, –le aseguró su padre.

—Oh no, hablo por ella, –me señaló, y rodé los ojos divertida.

—Intentaré no destrozar nada

—¿Lo prometes?, no quiero que mi padre se arrepienta de haberse hecho cargo de ti

—Stiles, –le regañó Stilinski.

Reí, —Lo prometo y no, no se arrepentirá

El pelinegro suspiró, —Bueno, creo que ya llegó el momento de entrar

Ahí fue donde sentí mi corazón encogerse ante el hecho de que se irá.

—Llama cada que puedas hijo, no quiero perder el contacto, —Stiles y el Sheriff se abrazaron.

—No lo harás, –respondió él, —Claro ustedes tienen que llamarme si algo pasa en Beacon, ¿si?

Noah asintió.

Era una linda escena. El atardecer nos pegaba completamente, mientras Stiles y el Sheriff se abrazaban. Un lindo abrazo de padre e hijo.

Luego de unos minutos así se separaron. Stiles se dirigió a mi y me abrazó con fuerza, correspondí enseguida sintiendo mis ojos arder.

—Tienes derecho de entrar a mi habitación cuando quieras, –dijo sin romper el abrazo, —Y si me entero que llevaste a Liam para hacer otra cosa que no sea estudiar, voy a matarlo a él primero y luego a ti

Golpeé levemente su espalda por sus ocurrencias, —¿Quién me crees?

—Una adolescente hormonal, –se separó de mi, —También cuida que ningún muchacho hormonal se le acerque a Lydia

Solté una risita, —Veré que puedo hacer

Suspiró y miró a su padre para luego mirarme a mi.

—Bien es hora de entrar

Stilinski palmeó el hombro de su hijo y dejó que se fuera, al igual que yo.

Stiles nos sonrió una última vez y agarró sus cosas para así ir caminando a la entrada de la universidad.

Pero antes de que entrara totalmente se detuvo y se giró hacia nosotros.

—¡Los quiero, cuídense!, –gritó, y se despidió con su mano, acción que Stilinski y yo imitamos.

Sin más Stiles entró a la universidad del FBI, y las puertas se cerraron. Dejándonos a mi y a Noah en medio de la acera, viendo a Stiles irse.

—Bueno ahora que nos decisimos de él, ¿quieres ir a comer algo?, –propuso Stilinski con humor.

Reí, —Me encantaría

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