𝘁𝗲𝗻 ; 𝗶𝘀 𝗴𝗼𝗼𝗱 𝘁𝗼 𝗯𝗲 𝗯𝗮𝗰𝗸.

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Milagrosamente logré derribar a todos, y lanzarlos lejos de nosotros con un rayo.

Noté como varios acorralaban a Malia. Así que corrí hacia ella y creé una pequeña bola de electricidad para luego golpear el suelo con mi mano.

Varios rayos le quitaron de encima a los jinetes.

Amo poder controlar mis poderes.

Me di la vuelta, y uno golpeó mi estómago con fuerza. Traté de devolverle el golpe con mi rodilla, pero me golpeó de nuevo y caí al suelo de espaldas.

Agarré impulso y logré levantarme de golpe, liberando algunos rayos que golpearon a los que corrían hacia mi.

Me encontré con Malia, y ambas nos pusimos a espalda contra espalda.

—Son demasiados.

—¿De casualidad no tienes alguna otra habilidad que quieras enseñar?, acepto sugerencias.

—No tengo muchas opciones, –dije estirando mi mano para golpear a un jinete que corría a nosotras.

—Okey, yo cubro la izquierda y tu la derecha, –ordenó.

—Bien, –empecé a golpear más jinetes.

Di una vuelta en aire, lanzando más rayos, y caí justo en la vías recuperando el equilibrio.

En ese momento escuché al tren acercarse, sumado de una luz amarilla que iluminaba la oscuridad de la noche.

Me corrí enseguida chocando con un árbol. Scott logró sujetar la palanca, y desvíar el tren, desconcertando por completo a Douglas.

Malia se acercó a nosotros, —Perdiste tu tren.

Scott nos miró y empezó a rugir con fuerza. Dándole la señal a Liam de que había funcionado.

Cuando el rugido cesó, los jinetes empezaron a acorralarnos y nos apuntaron con sus armas.

Pero sin embargo, no dispararon.

El cielo se empezó a iluminar de varios truenos, y todos nos mirábamos confundidos. Luego los jinetes bajaron sus armas para así empezar a irse del lugar.

Douglas los miró confundidos.

—¿Que hacen?, ¿a donde van?, –habló entre dientes, —¡Regresen!, ¡matenlos!, –ordenó, pero los jinetes no se detuvieron. Solo lo ignoraron.

—Llama a tu ejército, –dije y él se giró hacia mi, —¿O no te obedecen?

Sonreí.

—¡Soy su líder!, ¡obedezcanme!

Douglas les gritó algo en otro idioma, y los jinetes se detuvieron, para luego girarse hacia nosotros.

Con una sincronización escalofriante.

—Matenlos, a todos, –preocupantemente, los jinetes volvieron a caminar hacia nosotros.

Mientras Douglas les decía algo que creo, obedecían. Pero en vez de ir hacia nosotros, fueron hacia Douglas, acorralándolo.

—Los jinetes no tienen líder, –dijo Peter, —Ellos no se doblegan.

Poco a poco el rostro de Douglas empezó a cambiar. Sus ojos se volvieron negros y su piel empezó a cambiar a la misma que de los jinetes.

Cuando los jinetes se alejaron de él, nos dejaron ver como Douglas fue convertido en un jinete; con una bandana del signo nazi en su hombro.

Luego, todos los jinetes desaparecieron
en un rayo, y todas la nubes grises se fueron junto con ellos.

Lo hicimos, de verdad logramos detenerlos.

***

Me dirigía al hospital. Asombrada por ver a toda la gente de vuelta en el pueblo, siguiendo con sus vidas.

Logramos salvar a todos, era una felicidad increíble.

Entré al hospital, y admiré a toda la gente haciendo su trabajo en la recepción.

Y al final del pasillo, lo vi.

Con una sonrisa trazada en sus labios, el cabello desordenado y su camisa negra un poco rasgada y sucia.

Hasta en estas condiciones se seguía viendo como todo un Dios Griego.

Sin que pudiera evitarlo mi corazón latió desenfrenadamente. Liam lo notó, ya que sonrió aún más.

No esperé más y empecé a correr hacia él. Salté a sus brazos mientras envolvía mis piernas alrededor de su cintura.

Él correspondió el abrazo riendo.

—¿Estás bien?, ¿te sucedió algo?, –dijo el rubio a mi oído.

Luego me apoyó sobre el suelo para mirarme con una sonrisa.

—Si...si estoy bien, –sonreí mirándolo.

—Tu mejilla sangrando no dice lo mismo, –pasó su dedo pulgar por mi mejilla. Esta ardió enseguida, —Lo siento.

Limpié la sangre con la manga de mi suéter, —Estaré bien.

Sonrió mostrando sus dientes. Acomodó un mechón de cabello tras mi oreja, y besó mi frente con suavidad.

Lo cual me sorprendió pero no lo demostré. Simplemente sentí un cálido sentimiento evadirme. Pude notar como sus orbes celestes se iluminaron con un hermoso brillo.

—Los jinetes lastimaron a Corey, él está ingresado en el hospital y-

—¿Él está bien?, –lo interrumpi sin poder evitarlo.

Asintió, —Bueno, eso creo, está con Mason, iba a ir a verlo, cuando te vi.

—¿Aún planeas ir a verlo?

—Si...

—¿Puedo ir contigo? –el rubio soltó una risita.

—Claro, vamos.

El resto de la noche, la pasamos con Mason y Corey, cuidando a éste último, hasta que despertara.

Nos la pasamos hablando, y poniéndonos al tanto de todo lo que había pasado mientras no estuve.

No pasó de mucho. Pero me alegraba que ahora estaba aquí, me alegraba tenerlos de vuelta en mi vida, me alegraba que Liam me hubiera traído de vuelta.

Confiando siempre en mi.

Me alegraba que mi consciencia no tuviera sed de venganza, o remordimiento. Porque la verdad, no me veía hiriendo a esta manada, mucho menos traicionarlos.

Después de todo, era bueno estar de vuelta.

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