Lee Felix es un chico bastante tímido, su tranquila y dulce personalidad lo hace pasar desapercibido. Sus sentimientos por el atractivo y amable Bang Chan lo llevan a comenzar a escribirle pequeñas notas a este, quien a pesar de no saber su identida...
Su garganta ardía como nunca, el aire que entraba violentamente por su nariz y boca hacían más intensa aquella sensación. Intentaba tragar saliva pero era imposible, estaba seca, intento calmar su respiración mientras se dirigía hacia las bancas para beber agua. El frío líquido humedecio su garganta y provocó un pequeño pinchazo haciendo que una mueca de dolor se formará en su rostro. El entrenamiento era cada vez más intenso.
Decidió descansar unos minutos y relajar sus piernas mientras se acomodaba en la banca; sobo sus ojos y tiró su cabello hacia atrás. Podía sentir su cuerpo algo pesado por el cansancio, juraría que sus pies estaban rojos ante las vueltas corridas, al igual que sus mejillas.
Su hoodie extra grande de color rojo y sus pantalones grises abrigaban su pequeño cuerpo. ¿Sudaba? Por supuesto que si, pero hacia frío y sabía que al estar expuesto de esa manera enfermaria, así que decidía soportar el calor.
Prendió su celular chequeando los mensajes y alguna que otra cosa.
Abrió la app de mensajería y entró al chat agendado como "Lino🐈" para escuchar la nota de voz.
— Hey pecas, hoy a las 6pm nos reuniremos para hacer tarea. —Una voz al fondo lo interrumpió. — Eso no lo crees ni tu. —Reconoció la voz de Chan y la risa característica de HyunJin. — Cierra el pico... Como te decía, nos vemos a las 6pm, ¡Adiós!
Sonrió apenas el audio acabo, para luego enviar un breve 'Claro, nos vemos.' Fijo su vista en la hora y decidió que ya era suficiente entrenamiento por hoy.
Al salir a la calle sintió un escalofrío recorrer por todo su cuerpo, aún tenía su cabello algo húmedo por la ducha. Se colocó la capucha de su gran abrigo para evitar que la fría brisa chocara en el haciéndolo temblar; metió sus pequeñas manos algo frías en los bolsillos y camino hacia la casa de HyunJin. Las calles estaban con mucho movimiento, ni siquiera el fuerte invierno paraba las actividades en Corea, por lo que era normal ver a todos con grandes sacos y bufandas para mantenerse calentitos.
La nariz del australiano estaba helada, y teñida de rosa a la par de su carita y sus nudillos. Soplaba sus manos intentando transmitirles calor para volver a meterlas en sus bolsillos. La casa de el pelinegro quedaba a unas cuantas calles, sólo tomaba unos 10 minutos llegar a pie.
Toco el timbre y la señora Hwang abrió la puerta dándole una dulce sonrisa de bienvenida.
— Hola Felix, pasa que hace frío. —Se movió a un lado dándole paso para después cerrae la puerta. — ¿Como estas, pequeño?
— Muy bien, ¿Como ha estado usted?
— Me alegra oir eso, yo estoy bien, gracias por preguntar. —Felix se quita sus zapatos y la mujer mayor vuelve a hablar. — Jinnie está esperándote arriba junto a Chan y MinHo.
— Oh, de acuerdo. Gracias señora Hwang. —Se inclina dando una reverencia y se dirige escaleras arriba hacia la última habitación del corredor.
La escandalosa voz de MinHo se oye y abre la puerta captando la atención de los tres.
— Hey.
— Hey, Lix.
— ¿Tienes frío? —El rubio se acerca y toma las manos del menor. — Están heladas.
— Descuide hyung. Tome una ducha antes de venir, solo es eso. —El corazón del pecoso se acelero al sentir las cálidas manos de Chan abrigar las suyas. Mordió su lengua intentando no ponerse más nervioso, agarró una bocanada de aire y siguió hablando. — Estoy bien, gracias por preocuparse por mí.
El contrario sonríe aliviado. — No es nada.
— Bueno, ¿Empezamos? —MinHo saca su libro de matemáticas de su mochila mientras come una paleta.
— No creí que hablabas en serio con hacer tarea. —HyunJin levanta una ceja.
— Podré ser perezoso, pero jamás un mal estudiante.
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— Muero de sueño. —El alto se lanza a su cama. — Lix, traeme a Kkami, es hora de nuestra siesta.
—Creí que tenías hambre. —El pecoso acaricia la cabecita de Kkami quien se encontraba en su regazo.
— Eso también.
— Muero de sueño hermano. —El pelinegro se recuesta a su lado. — ¿Te hago compañía?
— Claro.
Ambos se acomodan en la cama y cierran sus ojos listos para caer en los brazos de Morfeo. Felix sonríe sin mostrar los dientes por la confianza de aquellos a la vez que acariciaba la cabeza de Kkami, miro de reojo a Chan sentado en el escritorio guardando sus cuadernos. En su mente pensaba como reaccionaria el rubio al descubrir todo. La idea de que el mayor supiera que era el dueño de las notas lo asustaba, quizás él no aceptaría aquello, ¿Se sentiría decepcionado? No lo sabía.
Aún si, con temor y todo, no se arrepentiria. Con pasitos de tortuga, como migajas de pan, Lee le daría pistas para saberlo.
HyunJin llamo a su mascota algo somnoliento, haciendo que salte del regazo del pecoso y corriera hacia la cama de su dueño. Volteo completamente su vista a Bang y este lo observaba de forma tierna; llevo su dedo índice a sus labios y luego señaló la puerta. Los chicos estaban dormidos, se notaban cansados y no querían despertarlos. Viendo a un punto muerto en el medio del silencio, el pequeño australiano tomó su mochila y salió tras el rubio. Bajaron las escaleras y se despidieron de la señora Hwang, advirtiendole que HyunJin y MinHo seguían arriba durmiendo.
— Me siento culpable por dejarlos, pero no podía quedarme y verlos dormir. —Fue lo primero que soltó estando a unos metros lejos de la casa, sonreía como solía hacerlo cuando sentía pena. — ¿Te molesta?
— No. En realidad no iba a quedarme. —Le devuelve la sonrisa. Relame sus labios y parpadea antes de soltar lo que tenía pensado. — ¿Vamos a un café, Hyung? Si es que está libre.
El mayor asiente con un brillo en sus ojos. — Sería genial.
El corazón de Felix volvió a latir fuerte. Aún no comprendía el efecto que tenía Chan en él, era como si solo bastará con verlo sonreír para sentirse entero. Quería abrazarlo y decirle lo perfecto que era ante sus ojos, lo feliz que lo hacía a la distancia y cuanto deseaba poder estar a su lado. Expresar lo que su corazón sentía, gritar cuán enamorado lo tenía, pero debía contenerse. No podía actuar como un psicópata enfermo de amor. Miro los brillosos ojos de Bang una vez más y esbozó una sonrisa.
— Bien.
▪ ❄ ▪
Para terminar de escribir este capítulo escuche Moon y Really Really. Esas canciones me ponen muy sensible.
