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Ví a Jean ser perseguido por Tessa cuando salí de auto y me dirigía hacia todos que observaban la persecución esperando a que acabe.

—Lo va atrapar... Uy casi. —comentó Kim quién era el único que miraba la escena con diversión.

Escuché un suspiro de Remi y caminó hacia sus amigos y sin decir nada atrapó los brazos de Tessa mientras ella pedía que la soltara para matar a Jean. Por mi lado, me acerqué a mi hermana para preguntarle:

—¿Estás bien? —había recordado como apenas había despertado, el auto estaba acelerando a toda velocidad, eso hasta a mi me asustaría.

—Sí... La próxima vez por lo menos tienen que avisar. —se cruzó de brazos, sin despegar su vista de aquél trío.

—¡Con que tenga un rayón Jean Pierre! —amenazó Tessa.

—No creo que haya una próxima vez. —expresé al ver lo enojada que estaba la amiga de mi hermana.

—¡Todo está bien, Tess no matará a nadie por hoy! —exclamó Jean, extendiendo los brazos aliviado.

Observé como Tessa hablaba entre dientes a la vez que se cruzaba de brazos y miraba a Jean con recelo. No es para menos, pudimos haber tenido un accidente por su imprudencia y nadie aquí parecía importarle más que a Tessa.

—Ahora Remi me debe todos los malvaviscos que trajo. —siguió el castaño.

—Espera, nunca acordamos eso. —objetó Remi, frunciendo su entrecejo al oír tal declaración.

—Oh no, yo recuerdo que sí.

—No empiecen a discutir por esa estupidez. —saltó Tessa a calmarlos, pero su acción que causó lo contrario haciendo que los tres empiecen a discutir entre ellos.

—Se nota que se quieren. —dijo Nino con ironía para el grupo de nosotros los espectadores.

—Oigan chicos. —llamó Alya al ver que su discusión no paraba.

—¡Pero es que siempre te pones de su lado!

—¡¿Te importa eso ahora?! ¡¿Cuándo pudiste haber destrozado mi auto?!

—Chicos. —siguió llamando la de lentes.

—¡Fue idea de Remi no mía!

—Pero tú me seguiste. —acusó el mencionado.

—¡CHICOS! —gritó Rose, llamando la atención de los tres y, en parte asustándome— Se hace tarde, no queremos llegar de noche al bosque. —volvió a su típico tono dulce.

Que miedo.

Todos comenzamos a caminar hacia los autos, pero ni siquiera habíamos dado tres pasos cuando escuchamos como los tres discutían otra vez.

—¡Yo conduzco! —exclamó Jean.

—¡Ni se te ocurra, no dejaré que conduzcas después de esto! —negó Tessa.

Me di la vuelta para verlos discutir, claro que no fui el único que esperaba impaciente para seguir con nuestro camino.

—Déjalo conducir Tess y si se nos ocurre hacer otra carrera, solo ponte el cinturón. —aconsejó Remi con despreocupación.

—¿Se supone que eso me tranquilice? —preguntó ella incrédula.

—¡Por favor Tess, te lo pido como hermano! —rogó Jean juntando las manos.

—Ni siquiera eres mi hermano. —exclamó la chica para, otra vez, cruzarse de brazos.

—Tess, solo di que sí para poder irnos. —dijo Nino quién ahora abrazaba a su novia por los hombros.

TRY HARD | Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora