Capítulo V

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Al despertar aquella mañana se halló sola en esa cama, tomo asiento mientras refregaba sus ojos y se estiraba, hizo una revisión del lugar y no vio signos de compañía en el, al levantarse notó que seguía desnuda, camino pesadamente al baño y tomo una ducha, el agua estaba fría puesto que para eso tenía que llamar a la servidumbre con antelación, cosa que no era de su agrado y que por el momento era mejor que nadie a parte de Emile, entrará en esa habitación.

El agua le caló en la piel como astillas de vidrio, a los segundos su cuerpo pareció adaptarse e incluso se logró relajar en aquella antigua bañera

No pregunto si quieres compañía, porque aunque me lo pidieras de rodillas no entraría en esa agua tan fría

La voz de la pelirroja le saco de sus pensamientos, abrió los ojos y la miro parada frente a ella en el otro extremo de la tina

Veo que te encanta disfrutar de la vista y aún así me reclamas cuando yo hago eso

Una débil sonrisa se dibujo como respuesta al comentario de la rubia

Aunque me encantaría provocarte y que salieras de ahí y repitiéramos seis veces más lo de anoche –la sonrisa picara de su interlocutora la desconcentro de aquel breve monologo- temo decirte que no es la razón que me trae hasta aquí

¡Vaya! Eres buena para romper momentos mágicos

Estamos en problemas

¿De nuevo? ¿Y ahora que paso?

Su cara se transformo en una expresión de fastidio

Termine de leer el diario de Anna Arendelle

Emile no otra vez, por favor

Elsa estaba enamorada de Anna

Abrió sus ojos al máximo, y se levanto sin ser consciente de que nada la cubría en ese momento

¿Qué?

Comenzó a dar vueltas por todo el sitio mientras buscaba las palabras adecuadas para trasmitir toda la información que le había proporcionado aquella vieja libreta

Anna conoció al duque Kristoff en un viaje que hicieron sus padres a Escocia, al compromiso fallido de una prima lejana llamada Mérida, la cabaña de Oaken se llamaba el lugar

Cómo en el cuento

¡Si! Pero no, porque no era un lugar de ventas, era un hotel

Y se enamoro del duque, luego se lo presenta a Elsa para pedir su bendición, está se lo niega, congela el reino…

¡No!

Salió de su lugar de baño y con el girar de sus palmas se vistió

¿Te parece normal hacer eso? Le replico la pelirroja interrumpiendo el rumbo de su charla

¡Es un sueño!

Torció los ojos en desacuerdo, ya empezaban a pesarle los actos que vivían en las últimas horas

Anna creyó haber encontrado al hombre perfecto, lo describe como un príncipe fornido y apuesto que la salvaría de las cuatro paredes que la encerraban en esté reino

¿No era feliz?

Elsa no se crio con ella –detuvo sus pasos para verle a los ojos- según lo que ella misma escribió, apareció en el castillo cuando tenía trece años, tiene muy pocos recuerdos de su infancia, cree que Elsa estuvo hasta que Anna cumplió cinco años y ella tendría unos ocho, luego algo paso que no sabía que era… pasaron años, cinco para ser exacta hasta que la volvió a ver

Cuentos que ya no son cuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora