Se nos da bien odiarnos | Supercorp (Kara G¡P)

Capítulo 27

—Nos vemos luego... —pasó por al lado de Lucy, no antes sin echarle una mirada asesina y luego se giró—. Por cierto, Kara. Creo que mi sujetador está debajo de tu cama —se despidió agitando la mano sin importancia.

A la rubia se le desencajó la mandíbula mirando como Lucy agachaba la cabeza. A ver, entendió un poco porque dijo esa diablura; para ver qué ella estaba perfectamente bien y lo sabía por el guiño juguetón que le había echado nada más irse. Sin embargo, no lo entendió del todo porque anoche le había dejado claro que las cosas que hacían y sucedían se quedarían ahí, entre ellas.

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—No tengo mucho tiempo, así que sé breve —gruñó cogiendo el café que le había preparado Lena, viendo cómo la morena jugueteaba con su perro, calmando su nerviosismo.

—Lo siento mucho... —susurró Lucy directamente mirándola a los ojos y la rubia resopló, mostrándose indignada—. Por favor, de verdad que lo siento mucho. He intentado venir antes, pero te di tu espacio para que las cosas se calmaran...

—Ya...

—Joder, Kara, lo siento de verdad. Jamás habría hecho nada eso. Me he dado cuenta de que estoy enamorada de ti, que haría lo que sea para que volvieras conmigo... Por favor...

—Sí, lo sientes tanto, estás tan enamorada de mí y jamás me habrías puesto los cuernos que lo hiciste desde que me conociste —escupió de mala gana, pensando de que no era una buena idea en haber aceptado hablar con ella.

—Kara, no lo entiendes... Conocía a James desde hace años porque es el mejor amigo del novio de mi hermana y, por tanto, también es mi amigo. Hemos tenido nuestros líos y...

—¿Y eso qué tiene que ver, Lucy? —rezongó enfadada, interrumpiendo y enfureciéndose más ante la mención del hombre, recordando la humillación que vivió.

—¡Pues que él me dijo que eras una zorra! —gritó exasperada sin poder controlar sus lágrimas y esta vez Kara cerró la boca, frunciendo el ceño ipso facto con un rostro confuso—. Me dijo que eras una de esas personas que jugaban con los sentimientos de la gente y como él era mi amigo, le creí y yo no quería ser menos —confesó mirando como su exnovia cambiaba su rostro a uno más enfurecido, pero Lucy prosiguió, siendo sincera—. No me tomé en serio nuestra relación e hice lo que me dio la gana, pero al verte ahí... Supe que él me había mentido, supe que estaba ciega y que estaba locamente enamorada de ti y te juro que estoy muy arrepentida. Incluso he cortado mi relación con él...

—Ya, claro. Y ahora, después de mentirme tanto tiempo, debo confiar nuevamente en ti —se echó a reír con ironía, sacudiendo la cabeza sin poder creérselo, como si aquello justificara el daño que causó y dejó la taza en el fregadero, intentando que no se rompiera.

—Por favor, Kara —se acercó a ella, cogiendo sus manos, pero la rubia las apartó de mala gana—. De verdad, haré lo que sea. Perdóname... Sé que todavía sientes algo por mí... —suplicó nuevamente haciendo que la rubia respirase hondo.

—Lucy... Ya has escuchado a Lena y no lo ha dicho como si fuera una mentira piadosa para sacarte de quicio... —susurró dándole a entender que la pelinegra y ella habían acabado en la cama, pero la morena sacudió la cabeza, insistiendo.

—Y estás en todo tu derecho de haber creado nuevos vínculos, de haber hecho lo que te ha dado la gana porque no estábamos juntas, pero eso no significa que hayas borrado tus sentimientos por mí en tan poco tiempo... ¿o sí? —volvió a coger sus manos esperanzada y esta vez Kara apretó los labios sin apartarlas. A punto de contestar, Lucy prosiguió porque no quería escuchar una respuesta, insistiendo en hacer lo que sea para volver con ella—. De verdad, no pasa nada. Tampoco soy estúpida, todos tenemos ojos. Es normal que te atraiga quien sea y que tú ligues con cualquier persona porque eres... increíble. Tanto interior como físicamente hablando. Quizá hayáis hecho lo que estoy pensando o quizá no hayáis hecho nada y me lo hayáis dicho para sacarme de encima, pero, de verdad, me da igual porque no me incumbe y no te culpo. Estás resentida y dolida; quieres rellenar ese hueco vacío que te dejé, lo entiendo.