Lo que no te mata, te hace más fuerte.
Pensó Ruby.
Quizá podría estar en lo cierto, pero siempre va a estar alguien que demuestre lo contrario. Ruby aprenderá que no todo lo que planeó podría salir exactamente igual, pero los resultados podrían ser...
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¡NO! — gritó Edward al llegar a ellas y ver la escena, se abalanzó contra Victoria dejando caer el cuerpo de Ruby a la fría nieve.
De a paso sus labios iban perdiendo color y su piel se comenzaba a ver más pálida de lo usual. El vampiro comenzó a pelear con la pelirroja, una furia enorme se apoderó del chico, tomó a Victoria de la cabeza pero con las mismas la rojiza logró alejarse de Ed, rápidamente, este la tomó de los brazos, y con agilidad sobrehumana llevo sus colmillos a su cuello arrancandoselo de una mordida quedando el cuerpo de Victoria tirado al suelo junto a su cabeza.
Sin perder el tiempo el susodicho corrió hasta la menor tomando su cabeza entre sus manos.
— no, no por favor, no, resiste, tienes que resistir... tienes que resistir.— clavo sus colmillos en el mismo lugar en donde alguna vez Victoria lo hizo comenzando a succionar el veneno, pero tuvo que detenerse cuando se acordó que podríafrenarla por completo, al separarse, sentía que no era suficiente pero ya no haya más que hacer.
Los ojos de Edward se volvieron completamente negros, con su boca bañada en sangre torpemente tomó su encendedor aventandoselo al cuerpo de la pelirroja; ya no existía más.
Entre los árboles llegó Zeth gruñendo al vampiro, el lobo miró el cuerpo tirado de Ruby y se alarmó más cuando la boca de Ed estaba ensangrentada, estuvo a punto de atacarlo, pero logró detenerlo.
— dile a Carslie que vaya a casa de inmediato, lo veré allá! —
Edward tomó el cuerpo blando de Ruby y corrió fuera del bosque para llegar al destino acordado. Bajo de un salto la última colina que le quedaba y entró apresurado a su casa, subió las escaleras tirando las cosas que habían en la mesa de metal de Carslie y la colocó ahí moviéndose desesperado.
— ¡por que tardan tanto maldición! — gritó enojado checando el pulso de ella, cada vez se volvía más débil.
