Capítulo 28

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Su cuerpo no se detenía por temblar, sentía frío y su piel no paraba de arder. Agitado, intentó sentarse pero le era imposible, tenía que irse de ahí ahora. Para su mayor suerte, la puerta fue rota de una patada y el mayor país ingresó al cuarto, se veía como si hubiera corrido una maratón.

-Hola.- exclamó con su tipica fría voz.-

-Hola.- la voz de Alemania se escuchaba débil y cansada.-

-Te sacaré de aquí pero debes poner de tu parte, tienes que vencer a la droga, es algo psicológico. Ignora el dolor de tu cuerpo y ven conmigo.- extendió su mano derecha y lo ayudó como pudo a levantarse.-

-Lo intentaré, gracias.- su voz realmente estaba apagada.- ¿Qué haremos?.

-Solo sígueme, te daré las instrucciones en el camino.

-Ni siquiera me conoces y ya me ayudas...te debo un gran favor.

-No, de hecho... debí sacarte la primera vez que te ví Alemania.

-¿Desde cuándo estás aquí?.

-Desde hace mucho tiempo, ya ni siquiera recuerdo cómo era el sol.

-Necesito que me digas tu nombre, ¿Conociste a mi padre aquí?.

-Hay muchas cosas que te e ocultado, supongo que quieres saber la verdad.

-¿A qué te refieres?.- el más bajo lo observó extrañamente.-

-Mi nombre es Second Reich, soy tu abuelo Alemania.- al terminar de hablar, jaló del brazo del alemán y comenzaron a correr por el lugar.-

Cuando ambos alemanes salieron, el sonido de la alarma se hizo presente, el más jóven ya hacía en shock, aún no procesaba la información, ¿su abuelo?, quién supuestamente no alcanzó a conocer porque falleció?.

-Mierda, cerraron la entrada trasera.- maldijo el de más edad.-

-¿Cómo vamos a salir?.

-Hay otra salida, pero necesitamos de alguien más, es por la ventana.

-¿Alguien más?.

-Exacto, robé este teléfono pero todos mis contactos ya murieron con anterioridad.

El tricolor sin pensarlo mucho le arrebató el artefacto de las manos del mayor y con cierta dificultad, marcó el número que por casualidad había memorizado.

-Vamos, contestame.

-¿Diga?.

-¡Rusia!, ¡Necesito de tu ayuda, ahora!.

-¿Alemania?.

-¡Te enviaré mi ubicación!, por favor, ven pronto...te necesito.- Alemania no tuvo más opción que cortar debido a que se escucharon pasos dirigiéndose hacia ellos.-

-Escondamonos por aquí.- ambos silenciosamente posible se agacharon y se pusieron detrás del mueble.-

Efectivamente, unos guardias habían ido a revisar la zona.

-Rusia llegaría en unas horas, ¿Cómo nos esconderemos en ese tiempo?.- susurró preocupado.-

-Tal vez no tenga ningún contacto pero no estoy solo, nenita. Solo espera un momento.

El menor arrugó su nariz al ver cómo el mayor le hacía burla y así fue, esperaron unos segundos hasta que una gran explosión retumbó todo el lugar.

-¿Qué mierda fue eso?.

-Te dije que no estaba solo.- sonrío orgulloso.- ahora ven, tenemos que ir por ese conducto. ¿Aún puedes moverte?.

-No tanto, pero creo que podré hacerlo.

-Bien.- como él tenía más fuerza, tomó en brazos a su nieto y lo levantó para que pudiera alcanzar la puerta del conducto, la cuál ya estaba suelta por un intento de fuga anteriormente, cosa que no le resultó debido a que necesitaban a alguien más.

Ambos subieron, Second procuró vigilar al contrario antes de que se desmayara. Cerró el conducto y le dió las indicaciones. Dos veces a la derecha y luego a la izquierda.

Con mucho cuidado, bajaron y efectivamente había una ventana abierta, cuando Alemania miró hacia abajo, sintió algo de vértigo y efectivamente, era muy peligroso saltar así nomás, ahora entendía porque necesitaban a alguien.

El teléfono sonó pero está vez second contestó, Alemania se estaba desmayando, ya no le quedaba mucho tiempo.

-¿Tienes un jardín o algo?, necesito que consigas estos ingredientes y le hagas una sopa.- su voz sonó demandante y cortó.- perfecto, fue un gusto conocerte.

-¿Q-ué?

Rapidamente Second empujó por la ventana al tricolor, quién totalmente sorprendido quiso gritar pero fue atrapado por unos cálidos brazos. Subió su mirada encontrándose con Rusia.

-S-i vi-niste.- dijo antes de desmayarse. 

-¿Usted no vendrá?.- el de ushanka cuestionó a Second, quién seguía mirando a través de la ventana.

-Llevatelo y más vale que lo cuides y hagas lo que te dije, yo tengo que ir a salvar a mi princesa.- exclamó refiriéndose a Imperio Austrohúngaro, se dió la media vuelta y regresó por dónde había venido.-

Rusia volvió a observar al alemán inconsciente y frunció el seño al ver su estado. Sus ropas estaban rotas y tenía vários moretones en su cuello, además de un bozal de metal que estaba ubicado en la boca, sus cabellos que usualmente estaban bien arreglados y en orden parecían como si no se hubieran peinado hace días e impregnada un olor desagradable, supuso que era por la falta de higiene. Todo el cuerpo del alemán sudaba y ardía en fiebre, además. Pudo notar como había bajado de peso, sus brazos estaban totalmente desnutrido y sus costillas eran notorias en su pecho. Lo guío a su camioneta y lo recostó en el asiento delantero, afortunadamente tenía una caja de herramientas, de está sacó un alicate y rompió las esposas que poseían las pequeñas manos del tricolor, manos que estaban moradas y rotas por el mismo aparato. Hizo lo mismo con el bozal, que al sacarlo, una hilera de sangre brotó de los labios de Alemania.

¿Igual a el? RusGerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora