Capítulo 31

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Alguien golpeó a su puerta y sintió el corazón acelerársele. Dio un respiro profundo y se levantó de la silla acomodando su ropa. —Adelante. —Gritó.

La puerta se abrió y uno de los hombres de seguridad entró a la habitación. —Joven, lo buscan.

—Sí, está bien, que pase y por favor que nadie nos moleste. —El hombre asintió con la cabeza y le dio espacio a Louis para que pudiera pasar.

—Gracias. —Le dijo el mayor amablemente antes de mirar al rizado por primera vez.

—No hay de qué, joven. —Salió de la oficina cerrando la puerta.

Harry miró a Louis y no sintió las más mínimas ganas de sonreír. Sintió un nudo formarse en su garganta, y el pecho comprimírsele, estaba ansioso por verlo, pero ahora que lo tenía enfrente sólo quería gritarle y reclamarle por haber desaparecido de esa manera. —¿Hola? —Dijo irónicamente levando las cejas.

Mirar a Louis con expresión cansada era común, sin embargo ese día su  mirada se notaba más agotada que nunca. Las ojeras bajo sus ojos eran demasiado grandes, y hacía demasiado tiempo que su piel no mostraba vida. Él de igual manera no parecía muy feliz por ver al rizado, había pedido la licencia para salir durante algunos días de la ciudad y poder pensar claramente las cosas que haría con Harry, y sin embargo el viaje no le había servido en lo más mínimo.

—Hola. —Mencionó  secamente y caminó hasta el escritorio para tomar asiento. Harry lo observó molesto y terminó haciendo lo mismo—. ¿Cómo te has sentido últimamente? ¿Te has tomado todas tus medicinas? —La situación de la infección en la cicatriz de Harry continuaba siendo muy reciente.

No quería hablar de su maldita salud, ni mucho menos fingir que todo estaba de puta madre. Había mantenido su cordura con Louis durante mucho tiempo, incluso cuando se había enterado de que el corazón que llevaba adentro le pertenecía a la novia muerta de éste. —¿Dónde mierda estabas? —Preguntó con rabia en la mirada—. ¿Quién te sientes para largarte así, sin decir nada?

—¿Tengo que pedirte permiso cada que quiera mover un pie o qué? —Le dijo tranquilamente, sabía que él era quien tenía todo el derecho a estar enojado, no Harry.

—¡No, imbécil! ¡Pero al menos tomate el maldito tiempo de avisarme! —Dio un golpe contra la mesa y posteriormente respiró hondo para tranquilizarse—. Maldita sea, Louis, no sé por qué mierda te empeñas en destruir todo esto.

Las palabras de Harry fueron suficientes para sacarlo de sus casillas. Se había propuesto a sí mismo que no discutiría, había esperado 3 días para tranquilizarse y poder tener una charla madura con el rizado, sin embargo era imposible, apenas lo había mirado ya sentía tremendas ganas de molerlo a golpes por lo que le había hecho a Niall. —¿¡Soy yo quien se empeña a destruir todo!?

—¡Sí! Eres tú quien no se cansa de pelear, tú eres el que siempre comienza los problemas, no puedes mantener tu maldita boca de mojigato cerrada.

—¿Crees que el problema de nuestra relación son las malditas discusiones que tenemos? —Dejó salir una risa irónica—. Mierda, estás muy mal. Ojalá ese fuera el problema y NO QUE ERES UN MALDITO ENFERMO. ¿¡Te parece muy normal mandar a matar a una persona que no te había hecho el menor daño?!

Rodó los ojos y se levantó de la silla sin responder. Ese era un tema que Louis nunca podría comprender porque su mente no había sido diseñada para los negocios verdaderos. —¿Entonces te fuiste por eso? ¿Porque mandé a matar a ese oficial de cuarta?

—¡Contéstame la pregunta! ¿¡Te parece muy normal!?

—¡En mi mundo es normal! ¡Y se supone que en el tuyo también! ¡La muerte es algo común, nacimos para morir, yo sólo adelanto el trabajo! —Entonó una sonrisa sarcástica—. Entonces ahora tú contéstame a mí, ¿te fuiste por eso?

Poisonous Rose (Larry Stylinson)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt