Día 7: Tier List

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Free day

-¿Puedo hacerte una pregunta indiscreta? -le susurró Trish a Bucciarati.

El día había sido largo y los turnos de guardia no paraban. Ambos estaban en el comedor mientras Abbacchio dormía en el sofá. Había insistido en que estaba bien, pero tras la misión y un largo turno de vigilancia no había aguantado mucho despierto; los demás estaban o descansando en las habitaciones o patrullando fuera.

-¿Si te digo que no dejarías de hacerla? -la chica negó efusivamente- Adelante pues.

-¿Eres gay?

-Realmente indiscreta -le sonrió quitándole importancia- Pero sí, lo soy, ¿es algún problema?

-Para nada, realmente lo agradezco con tantos hombres a mi alrededor mirando de manera rara -le respondió con sinceridad.

Ambos lanzaron una risita al escuchar a Abbacchio murmurar algo en sueños sobre no vestirse de amarillo desde el sofá en el que se encontraba tirado. No tenía pinta de estar muy cómodo durmiendo con pantalones de cuero y en ese sofá que le quedaba a todas luces corto con sus extremidades colgando por todas partes.

-Me aburro, voy a hacer una tier list y tu vas a ser mi asistente -como Bruno se aburría también no se negó al capricho de la adolescente- Tema: los hombres más sexys del grupo.

-¡Trish! -al escuchar a Abbacchio protestar en sueños bajó el volumen, le susurró en tono de regaño- No puedes hacer eso, está mal. Además, la mayoría son como mis hijos prácticamente, es raro.

-No es para ti. Es para mi. Tu solamente dame tu opinión. No es para tanto.. -como no lo vio más protestar, siguió- Bien, empecemos por los ojos. Narancia y Giorno tienen unos ojos bonitos, pero creo que en singularidad gana Giorno -vio a Bruno alzar una ceja con una expresión claramente disconforme- ¿Qué?

-¿De verdad? -señaló al durmiente y siguió con el tono de susurros- Dime a alguien que hayas visto con los ojos de ese color. No son lentillas, son de verdad. ¿Alguna vez has visto como se pone el sol en el mar al volver hacia la costa? A veces por la luz de la ciudad el cielo se vuelve purpura mientras el sol va cayendo y es la mezcla de colores más hermosa del mundo. Es como un enorme lilo brillando en el sol.

Trish lo miró con una sonrisa ligera en el rostro, en parte encantada realmente con la descripción poética. Quizás tenía solamente quince años y no había salido mucho y se había dedicado a consumir masivamente literatura romántica, pero un plan empezó a forjarse en su cabeza.

-Bueno, lo del cuerpo es fácil, es más alto es Mista, el resto del equipo es más bien... ¿Qué? Ya, vale, supongo que Abbacchio es el más grande. Te compro eso. Y también se ven buenos pectorales con la ropa que suele llevar, aunque con esa gabardina puede engañar.

-Ya te digo yo que no lo hace. Le he ayudado alguna vez a curarse y... -Bruno se sonrojó, hasta en su bronceada tez se notaba, por lo que cambió el rumbo- Lo he visto levantar a Mista como si fuese un fardo que no pesa a penas nada a la vez que a Narancia. A veces entrenamos con él y se dedica a humillarnos. 

Esta vez no hubo descripción poética del durmiente. Se notaba que es capo estaba perdido en su mundo de ensoñaciones, en concreto en el de los recuerdos de cuando estuvieron haciendo pesas juntos, ese día casi acabó estrellándose contra todos los muebles del gimnasio. Claro, podía haber sido peor si llega a entrar en el vestuario cuando estaba terminando ya de vestirse, aun así dando las gracias porque el agua de la ducha le cayese encima de golpe. 

-En el pelo me tienes que dar la razón, la cosa está entre Fugo y Giorno. Vale, sí, es bonito, pero el rubio clásico me gusta más, antes de que digas nada, que te veo venir. Y Mista no sé si tiene pelo, tampoco importa porque viendo su higiene... -carraspeó para poner la voz más ronca en un intento pobre de imitar al capo- Pero las hebras plateadas de Abbacchio son como luz de luna cayendo por su rostro, un ser de la noche, un vampiro sexy al que pedirle que te muerda...

Bruabba week 2021Where stories live. Discover now