7.

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––Oh...JoySon... estoy tan nervioso.–– Dijo SeokJin al pequeño que movía en aquel portabebés. Este sólo rió haciendo que, ahora, ambos lo hicieran.

Ya era de mañana, SJ no tendría escuela este día y eso sólo le facilitaba la sorpresa que tenía para JungKook.

Jin se encontraba preparando lo que sería el pequeño buffet para este día. Obviamente que haría una pausa para poder ir a dejar al pequeño a la guardería y eso sería cuando JungKook llegara, más o menos en unos 15 minutos.

Al terminar de preparar aquel pastel de queso con chocolate, justo cuando lo llevaba al refrigerador, el timbre de la puerta sonó, 》JungKook《, pensó de inmediato el menor, se apresuró a abrir la puerta.

––Huele delicioso aquí.–– Dijo apenas unos de sus pies se adentraba.

––Y eso que acaba de hacer pupú el pequeño.

Ambos rieron y, claro, un tierno abrazo y un suave roce de labios estuvieron presentes.

––¿Junior está listo?

––No le digas así, ya te dije que no se parece a mí.–– Comentó un indignado SeokJin.

––Pero si duermen igual.–– Se defendió el mayor entre risas, ganándose una mirada asesina por parte del adverso.

––¡Yah, Jeon JungKook!

––Bueno...–– Abultó los labios mientras se acercaba a tomar la pañalera.

Ambos salieron del lugar donde sería cede de... bueno, lo que más adelante vendrá.

..

––Bajaré contigo.–– Avisó el mayor cuando Jin iba saliendo.

––No es necesario.

––Pero quiero hacerlo.

Y de esa forma emprendieron su camino hacia la estancia infantil, que no quedaba a más de 5 metros desde donde aparcaron.

––Jinnie, no entiendo...–– Confesó el mayor con el bebé entre sus brazos.

––¿Qué no entiendes?–– El menor volteó hacia JungKook para poder verle.

––Hoy no tienes clases... ¿Por qué lo traes?–– Aquella pregunta provocó un  evidente

sonrojo en las mejillas del menor.

––Por... E–eso luego lo sabrás.–– Murmuró un nervioso SeokJin

––Muy buenos días Señor Kim, Señor Jeon.–– Una mujer de algunos más de 30 años dejó ver una sonrisa acompañada de una amable voz, se trataba de la encarga de aquella estancia.

––Señora Lee, que gusto volver a verla.–– JungKook se acercó hasta ella y le abrazó por unos segundos. SeokJin sonrió mientras entregaba la pañalera a una de las empleadas del lugar y quien también era encargada de los cuidados del pequeño JoySon.

––Para mí también es todo un gusto.–– Comentó sonriente la mujer. ––He sabido que vosotros dos estáis saliendo.

Eso claramente les hizo sonrojar, Jin no hallaba donde esconderse pero por suerte JungKook lo acercó hacia él y eso lo tranquilizó.

––Sí, de hecho hoy cumplimos un mes.–– La mujer sonrió de una forma muy ¿pícara?

Como si el sonrojo de SJ no pudiera incrementarse, eso fue lo que sucedió.

––Menuda sorpresa, ¡Os felicito por ello! Espero que progresen más.–– Sin duda la Señora Lee era de cuidado, sin previo aviso les dio un abrazo. ––Bueno, les dejo, debo ir a supervisar más cosas. Hasta luego.

Se despidieron y volvieron a retomar sus antiguos caminos; la Señora Lee hacia una de las habitaciones de cuidado y kook, junto a Jin, fuera de la estancia.

––Pareces tomatito.–– Dijo Kook entre risas.

––Es tu culpa... que andas soltando esas cosas sin avisar.–– Subieron al auto y emprendieron el regreso a casa.

––Eres un dramático.–– Respondió el mayor.

––Y tú un hablador.–– Contraatacó SeokJin.

––Pero soy tu hablador.

––Y yo tu dramático.

Y con esas últimas oraciones les bastó para entender que estaban tan bien como siempre y que su amor era sincero.

Pasaron los minutos y llegaron a casa, subieron por el ascensor y al estar frente a la puerta, SJ se puso frente al mayor.

––Espera por favor.

––¿Por qué?–– Preguntó JungKook confundido.

––Debo hacer algo.

––Bien.

El menor entró a la casa. En cuanto lo hizo comenzó a preparar la mesa con la comida que había hecho por la mañana. Pasaron algunos 20 minutos, el menor se había cambiado de ropa por una más sensual a su ver; llevaba unos vaqueros de piel muy ajustados que le hacían resaltar su trasero y su hombría, llevaba una playera blanca transparentosa que dejaba ver sus tetillas, sin duda eso excitaría a cualquiera. Sus labios de un color rojo cereza y el ligero toque negro en el contorno de sus ojos.

Se sentó en el sofá haciendo una pose provocadora, sacaría provecho a sus clases de modelaje.

Tomó su móvil y le envió un texto al mayor.

Ya puedes entrar.

9:37.

Visto 9:37

Se escuchó el ruido de la puerta avisando que alguien se adentraba a la habitación.

––Oye, ¿por qué tardas...te...?–– Los labios de JungKook se entreabrieron pronunciado en un tono muy claro de sorpresa 》Wow《. Sus ojos se abrieron a tope.

––Feliz primer mes... JungKook.–– Murmuró lo más sensual que pudo.

––Jin...Jinnie...

––¿No te gusta?–– Cuestionó el menor tratando de no entrar en pánico.

––Me encanta...–– Sin esperar más, se hincó frente a Jin tomando su mejilla y una de sus manos para así unir sus labios en un dulce, pero también, necesitado beso como el que no se hubieran dado antes.

El menor se sentó en el sofá dando espacio a que JungKook lo hiciera también, el beso no se detenía, sólo se intensificaba más a cada segundo. En un sutil movimiento, Jin se colocó a horcadas de las piernas adversas para poder dar roces contra ambos miembros.

JungKook estaba tan sorprendido pero demasiado excitado por la sorpresa de su novio, sabía que era su primera vez pero lo estaba haciendo tan bien que no lo parecía.

––Jinnie...–– Susurró el mayor.

––Uhm...–– recibió como respuesta.

––Quiero hacerte mío...

––Quiero ser tuyo...

Con esa pequeña pero gran aprobación, JK se levantó con el menor abrazado a él como koala y así emprender su marcha directo a la habitación.

Lo colocó en la cama con delicadeza, el más pequeño ahora parecía una presa de algún cazador, JungKook podía notar el ligero miedo y nerviosismo de Jin, es por eso que dudaba ligeramente si en seguir. La camisa del mayor fue desabrochada, esta se deslizó por su amplia espalda dejándola al desnudo casi al instante, Jin no pudo evitar no lamerse los labios.

––¿Quieres hacerlo en verdad?

––Sí... es sólo que... es normal estar así la primera vez... ¿no?

JungKook asintió, iría lento y suave pues no quería dañarlo.

La mañana se pasó entre suaves, lentos y agitados movimientos, respiraciones agitadas, jadeos y gemidos altos, uno que otro bajo también; algún par de uñas enterradas en la espalda del más grande.

Eso bastó  para hacer una hermosa demostración de amor entre ambos cuerpos.

Tú, yo... Y ¿mi bebé?Where stories live. Discover now