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°•André•°

- Venga papá, ¡ayúdame!, papá, papá, papá- le dije mientras lo seguía por toda la casa- ¡Papá!- tiré de su camisa pero no me miró, estaba leyendo resultados de análisis que le habían hecho a mi tío Leo- Papá...

- No entiendo nada, llamaré a Aron- dijo sin prestarme atención, pues no me voy a rendir, tomé su mano y tire de ella, pero obviamente él tiene el triple de fuerza que yo, siguió caminando como si nada, llegamos a la habitación de él, mamá estaba en la cama, con el portátil en sus piernas viendo no se que cosa- Cariño, ¿sabes donde esta mi celular?

- Encima del cajón donde tienes los relojes- dijo y me miró confusa.

- Papá, hazme caso- tiré de su camisa nuevamente.

- Aryan, ¿qué tiene tu hijo?- dijo mamá.

- Que esta insoportable con el mismo tema, ya le he dicho que no- dijo mi padre.

- ¿Que te cuesta ayudarme? Es mi novia y es su padre- me puse frente a él y no tuvo más remedio que mirarme.

- Pareces niño pequeño, así como te estás comportando, eras tú de pequeño siempre que quieras algo- dijo y yo fruncí el ceño.

- ¡Eso no es verdad!- dije.

- Si que lo es- respondió mamá y yo la mire mal- ¿Que? Es que eras muy caprichoso- se acercó a nosotros- a ver, ¿Que quieres ahora?

- Que mi padre me ayude a buscar al papá de mi novia osea mi suegro, siempre ayuda y ahora no quiere.

- ¿Por qué?- preguntó mamá.

- Vale ya esta, me cansé, André ven conmigo y tú Sarah no quiero que salgas de aquí- mi padre me hizo seguirlo.

- ¿A dónde iremos?

- Te enseñaré la razón por la cual no pienso ayudarte a buscar a ese señor- atravesamos casi todo el jardín.

- Se supone que no debo estar aquí.

- Estás conmigo, no sucederá nada- abrió una puerta- baja- bajamos las escaleras, era un sótano, tenía escoltas por todas partes los cuales empezaron a saludar a mi papá.

- ¿Que hacemos aquí?- pregunté y me guió a una habitación, encendió las luces y quede sorprendido- No puede ser...- el padre de mi novia, atado a una silla y golpeado, tenía sangre por todo el rostro, estaba empapado y temblando- Te has pasado, ella no me lo perdonará jamás.

- Esque Ashley no se enterará- dijo papá y se acercó al señor- ¿verdad?

- No, no diré nada pero ya... Ya basta por favor.

- ¿Por qué está aquí? ¿Que hizo para estar así?- le pregunté a mi padre mientras me acercaba a él.

- Insultó a mi hijo- papá me miró- André, este idiota, te dijo la palabra que más odio en esta vida, insignificante, no sabes el daño que tu abuela me causó con esa simple palabra.

- Por eso tu reacción el día que te lo dije- él asintió.

- Pensaba traerte igual, pero no ahora, solo que tu insistencia sobrepasa algunos limites- me dijo papá y volvió a mirar al padre de Ashley- Tú, le vas a pedir perdón a mi hijo y jamás te acercaras a él en tu vida- yo baje la mirada, no me gusta esto y si mi novia se entera, se termina todo- Míralo- lo miré.

- Lo siento, no volveré a insultarte de ninguna manera, lo prometo pero ya déjame ir.

- Esta bien, esta bien- miré a mi padre- Ya déjalo papá.

- Ni una sola palabra a tu hija porque te juro que no dudaré en acabarte- le dijo mi padre y él asintió- Vale ya, deja que se vaya- le dijo a uno de los escoltas.

- Papá, ¿y si le dice algo a Ashley?- le pregunté mientras salíamos del lugar.

- No lo hará, créeme, ya no le des tantas vueltas al asunto y vamos a dormir, mañana es día de instituto- entramos a la casa de nuevo y yo sigo sorprendido.

- ¿No crees que eso estuvo de más?- le dije.

- No hijo, no lo estuvo.

- ¡Aryan!- Gritó mi madre desde la habitación- ¡Vean aquí! - Los dos subimos las escaleras corriendo, entramos a la habitación y mi tío Leo estaba inconsciente en el suelo.

- Madre mía- dije, nos pusimos.ps a su altura y mi padre lo empezó a mover- ¿Que le pasó?

- Venía a buscar a tu padre y se desmayó, llamaré a alguien, Aron- mamá buscó su celular.

- Leandro vamos reacciona- papá lo movía de un lado al otro- ¡Maldición! Sabía que algo no estaba bien con él.

- Ya viene tu hermano, ojalá no sea nada grave.

- Claro que lo es... En unos años ya no sabrá ni quin soy Sarah- dijo mi padre.

- ¿Que?- dije- esta joven papá, ¿cómo es posible que empiece a olvidar las cosas?

- ¡Porque así es!- Gritó papá ya desesperado.