18.

44 10 2
                                    

Carlo, me voy. Nos vemos en la noche Informó cogiendo mis cosas.

Me mira sonriente

Se que tienes la esperanza de que Emma escuche todo lo que dices, así que dile que le mando saludos y que la quiero mucho.Dice mientras limpia los vasos que están en la barra.

Nos encontramos en el Bar, por las mañanas nos encargamos de limpiar para dejar todo listo para la noche.

Eso ni que lo dudes.

Esa chica sin darte cuenta te trae loquito.

Más de lo que tú te imaginas. Desde el momento que la conocí supe que todo en mi vida iba a cambiar, lo que no sabía si era para bien o para mal. Pero ahora no tengo ninguna duda, todo ha sido para bien.

Asiente emocionado, no entiendo porque anda tan sonriente, hace unos minutos recibió una llamada, y después me sugirió que me marchara que él se encargaba del resto.

Carlos ¿estás bien?

Claro, porque me tendría que pasar algo.Responde sonriente.

Lo miro con los ojos entrecerrados.

Cuando vuelva vamos a hablarDemando.

Si si, lo que tú quierasLe resta importanciaAhora vete que se te hace tarde.Dice apuntando la hora en su reloj.

Extrañado doy vuelta y me dispongo a salir del lugar.

No entiendo qué le pasa. O sea no es que el siempre esté triste, pero tampoco tan sonriente. Como me explico...Lo normal.

Una vez fuera del Bar. Miró para todos lados en busca de un taxi. Unos minutos después consigo uno y emprendo camino al hospital.

(***)

Más tarde me encontraba entrando por las enormes puertas de cristal de la entrada.

Al entrar me consigo con la recepcionista, como todos los días.

Hola Michell Saludo amable.

Hola Jey.

En su cara se le notaba que me quería decir otra cosa, pero prefirió callarse. Me encojo de hombros y sigo mi camino hasta la habitación donde esta Emma. Una vez en frente de esta colocó una enorme sonrisa.

Abro la puerta, y entró.

Solecito...

Comienzo a decir mientras me volteo. La bolsa que llevaba en la mano resbaló de ella derramándose por el piso todo lo que había en ella.

Mi sonrisa se borra automáticamente al ver la camilla vacía, sin rastro de ella. No hay nada. La máquina que mostraba las pulsaciones tiene una delgada línea. Que mostraban que no había nada.

No puede ser...Digo en susurro.

Mis ojos rápidamente se llenan de lágrimas, las cuales no tardan en empapar mi rostro. El pecho me comienza a doler. Ella no puede estar muerta. No me pudo haber dejado, Me abandono.

No, no, no y no... Me niego a aceptar esto. paso mis manos por mi cabello frustrado.

Corriendo salgo de la habitación, necesito que alguien me dé una respuesta. Corro... corro y corro, todas las personas que había en los pasillos me miraban con lastima. A lo lejos pude ver al médico que se encargaba de ella.

Doctor...le llamó.

Este voltea a verme sorprendiéndose al ver mi estado.

Jey ¿qué pasa?.

Dígame dónde está Emma.Suplico.

Su mirada cambia a una de ¿Arrepentimiento?.

Lo siento Jey, quería llamarte en cuanto sucedió pero...

Ya para ese momento deje de escuchar lo que decía. Me di media vuelta y comencé a caminar. Las lágrimas se apoderaron de mí. Todo a mí alrededor se volvió borroso. Todos los recuerdos que tuve con ellos pasaron en mi mente como un vídeo. El día que la conocí, sus sonrisas, sus hermosos ojos. No puede ser, me niego a no volverla a ver. A no volver a escuchar su risa. El ver su carita llena de ilusión.

¡NO! Grito con dolor

Mis piernas perdieron su fuerza, haciendo que caiga de rodillas al piso. Me sigo lamentando. Sollozo, no me importo que me vean. Me importa es ella.

Emma... Musito.

 — Musito

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El Principio de un finalWhere stories live. Discover now