El Principio de un final

14.

Miro a mí alrededor, todo está totalmente empapado por la fuerte lluvia.

Me encuentro en un lugar extraño, no tengo ni idea donde estoy. Camino desorientado por todo el lugar. Hasta que veo una enorme casa, la cual se me hace familiar, pero mi mente está nublada. Entró a la casa sin importarme estar mojado. Puedo ver como hay mucha gente dentro. Lo más extraño es que todos están vestidos de negro. Rosas blancas adornan el lugar. El ambiente está impregnado por la tristeza.

A lo lejos distingo a mis amigos, sin pensarlo dos veces caminó hacia ellos. En el camino veo a varias personas llorando, no entiendo nada.

—Chicos— Les llamó una vez estoy cerca de ellos— No entiendo, ¿Me explican que pasa? — digo, rascándome la nuca mientras miro a todos alrededor.

Al ver que no me responden llevo mi mirada hacia ellos.

—Chicos— Insisto y nada.

Miro a Carlos directamente a los ojos, pero este no se inmuta.

Frunzo el ceño al verle los ojos hinchados y rojos. ¿Ha estado llorando? También me doy cuenta que mira a un lugar específico de la sala, sigo su mira.

Espera... eso es un... ¿Ataúd? ¿Quien murió?

Dios, me siento tan desorientado. Quiero salir de este lugar, pero mi curiosidad es más grande. Sin darme cuenta mis pies me llevan hasta el lugar donde se encuentra la persona fallecida.

A mitad de camino giró para mirar hacia atrás, para ver a los chicos en el mismo lugar y para mi mayor sorpresa ver como mis padres y mi hermano se introduce a la casa.

Abro los ojos sorprendido- me volteo rápidamente y comienzo a caminar de nuevo a gran velocidad, quiero pasar desapercibido. Siento que mi respiración se empieza a contraer, como cada vez me cuesta respirar más.

Sigo mi camino hasta el ataúd sin importar nada.

Una vez cerca de este, me acerco lentamente para ver la imagen de la persona que se encuentra dentro.

Cierro los ojos por un momento-Suspiro pesadamente- Al abrirlos, no puedo creer lo que estoy viendo.

—No... Esto no puede ser cierto, claro que no—Exclamo aturdido.

No, esto tiene que ser una broma como...como voy a estar muerto. No puedo ser yo dentro de esa caja, pálido, con los labios morados y sin vida.

— ¡Oigan, yo estoy vivo! —Grito pero nadie dice nada, ni siquiera me miran — ¡Hey, estoy aquí véanme!

Muevo los brazos de arriba abajo.

Corro hasta donde están los chicos.

—¡Chicos!...¡Chicos! —Grito con fuerza.

Pero nada, nadie me ve. Nadie se da cuenta de mi existencia.

No puede ser- pasó las manos por mi cara frustrado.-necesito salir de aquí, estoy hiperventilando. Mi respiración se vuelve cada vez más pesada. Corro como puedo hasta la salida.

Una vez afuera, sigo corriendo por las calles mojadas. Hasta que no puedo más y caigo de rodillas al pavimento.

Todo tiene que ser una mentira, si eso es, una broma de mal gusto, Siento como lágrimas caen por mis mejillas mezclándose con el agua.

—-¡AAAAAHHH! —Doy un grito desgarrador.

Me despierto sobresaltado, uff todo fue un sueño.

Vuelvo a la realidad cuando escucho un fuerte pitido proveniente de las máquinas.

—No... No, no, Emma no— me levanto rápidamente. — ¡Por favor un doctor! —Pido desde la puerta— Emma aguanta, no te me vayas

En un abrir y cerrar de ojos ya se encontraban varias personas en la pequeña habitación.

—Por favor salga

Me pide una enfermera.

Niego—No, no la puedo dejar sola.

—¡Se nos va, se nos va!

Escucho de fondo como grita el doctor.

—Por favor joven salga—insiste empujándome hasta la salida

—No, déjame entrar necesito estar con ella.

—Lo siento, tiene que quedarse afuera

—No, emma me necesita.

—No puede pasar— Termina empujando y se adentra a la habitación.

—Rápido, la chica se nos va

Es lo último que escuchó antes de que la puerta sea cerrada.

—Emma... No me dejes, aguanta por favor. —Susurro entre lágrimas.