"En la vida muchas veces se sufren y otras no"
Esa frase puede llegar a tener mucho significado; ya que son muchas la veces que no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. En un abrir y cerrar de ojos todo se pierde y todo se acaba...
—Estoy muy orgullosa de ti— Exclama contenta_ Sabía que podías salir adelante, vas muy bien en la rehabilitación.
Nos encontramos caminando, por las hermosas calles de New York. En estos meses se me ha hecho muy difícil, pero con la ayuda de ella todo se está siendo posible. Amo verla con esa hermosa sonrisa, aun mas sabiendo que la ocasionó yo.
—Es muy importante para mí que pienses eso.
Me tomó de la mano— Siempre estaré orgullosa de ti, mírame— Pide, y Le hago caso— Eres fuerte, no dejes que nadie haga que pienses lo contrario.
Le regalo una sonrisa y seguimos caminando.
Sus palabras me conmueven, sin ella saberlo son las mismas palabras que mi hermano usaba para darme fuerza.
Más tarde nos encontrábamos, a unas cuadras de nuestras casas. La diferencia es que vamos a caminos opuestos.
—Te voy acompañar— Insisto.
Bufa —Te dije que no, ve a ver qué pasa con lo de Tom, Carlos sonaba muy angustiado.
—No Emma... — Me interrumpe.
—Jey, ya te dije que no— Reprende
Después de discutir por un rato. Ella salió triunfadora.
Nos despedimos, pero me quedo viendo como ella comienza a cruzar la calle. No sé que hice para merecerme a una persona así. Es lo mejor que me ha pasada, estoy decidido a pasar el resto de mi vida con ella.
Me encontraba con una gran sonrisa viendo como se aleja de mí, la cual se borra rápidamente.
—¡EMMA! —Ella voltea a verme— ¡NOOO! —doy un grito desgarrador.
Trate de correr, pero fue muy tarde. El auto había impactado contra ella.
—¡Emma por favor! —Grito, mientras la tomo entre mis manos— Emma no me dejes, por favor. Tu no lo hagas—Suplico—Emma tu no, despierta, mírame con esos hermosos ojos verdes. Por favor— Digo entre llanto—Llamen a una ambulancia
Les grito a las personas que se encontraban en un círculo alrededor de ambos.
—Hagan algo, no se queden ahí parados— Suplico, mi voz sale rasposa. Pero no me importa, solo me importaba esa persona que tenía entre mis brazos, la cual se estaba formando un enorme charco de sangre a su alrededor.
Siento que un pedazo de mi se está yendo con ella. No me pude abandonar, ella no. No sé qué podría hacer sin ella en mi vida.
Por favor dios, no me la quites.
No sabría sobrevivir sin su presencia. Sin sus regaños, sin su apoyo cada día.
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