Día Treinta Y Siete De Encierro

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~ Joel - susurra el muchacho intentando  levantarse.

Estos 7 días el mayor se había quedado a dormír con Colón, supuestamente hasta que se "mejore". Algo que ya había hecho el chico de ojos verdes, sin embargo no lo había dicho nada para que éste último se quedara más tiempo en su cama.

Desde la primera mañana, supo que le gustaba ver a Joel en su cama al levantar. Su nariz, sus ojitos cerrados y su linda boquita entreabierta era una bella imagen para comenzar el día. Erick se estaba asustando al sentir afecto por el muchacho de cuerpo marcado. Porqué en el fondo sabía que el virus tarde o temprano iba a acabar.

Pero ¿Qué carajos se supone que haga?

¡Es Joel! Es un semidiós hermoso.

La única manera de que se le pasará las "ganas" por culpa de sus hormonas era hacer que Pimentón lo coga. Seguro así, él se olvidaría  del chico y si tiene suerte, el rizado podría ser precoz.

~ ¡Joel! - exclama el muchacho preocupado al darse cuenta que el moreno no había respondido a su llamado anterior.

~ Aquí estoy - aparece el nombrado con una bandeja de comida a su lado - ¿Te asustaste?

El ojiverde niega con la cabeza y hace espacio para que el chico de rulos se siente encima de la cama con lo que había traído.

Era su comida favorita.

~ Gracias - el menor le regala una sincera sonrisa mientras comenzaba a deleitarse con lo que había traído.

Aparte de estar mamadisimo sabía cocinar, este hombre valía oro. Cada cabello de él lo hacía - se dijo así mismo Erick.

El chico de ojos verdes termina rápido su alimento y vuelve a dar las gracias por tan exquisita comida, sujeta las manos del mayor y lo mira directamente a los ojos color café que tenía. Joel por inercia muerde su labio inferior y comienza a sentir nervios por lo que iba a suceder.

~ Joel yo..... Bueno.... Em.....

~ Ya sé - suelte e interrumpe el chico de rulos - Sé lo que quieres decirme y te pido disculpas.

El menor expresa en su rostro un gesto de confusión a lo que Joel prosigue.

~ No debi quedarme más tiempo de lo usual cuando sabía que ya estabas mejorando.

Erick no pudo pronunciar ni una palabra más cuando escucho lo que salió de la boca de Joel.

¿Cuando se había dado cuenta de su mejora?

Erick Brian Colón era un completo pendejo actuando.

~ ¿Perdoname si?

El ruloso hace un leve puchero y Colón se derrite de ternura al verlo. Era un bebé en cuerpo de adulto.

~ Sí - expresa el menor, así mismo brindándole un pequeño abrazo.

En ese lapso de tiempo, se da cuenta que en breves minutos comenzarían sus clases y él estaba hecho un desastre. Por ende se suelta rápido del agarre del ojimiel y desesperado comienza a arreglarse.

Joel frunce el ceño y cuestiona la actitud desesperada de Colón.

~ Porque me quedan menos de 10 minutos para poder entrar, he faltado estos días pero ya no puedo seguir haciendo lo.

Erick busca su peinilla debajo de su cama y felizmente la encuentra a lado de su calcetín.

Porque sí, el "mocoso" era un descuidado.

~ ¡ay no! voy a llegar tarde - el quejido del menor llega hasta los oídos de Pimentel quien amablemente se acerca al muchacho y lo ayuda - ¿Qué haces? - cuestiona el chico de ojos verdes al ver que esté había tomado su peine de su mano.

~ Voy a ayudarte - contesta sonriente el muchacho, comenzando a peinarlo - ve a cepillar te mientras lo hago.

Ambos muchachos se van hacia allá y entre ellos se forja una tierna escena romántica.

El ojiverde estaba inseguro de lo que estaba pasando entre ambos, le gustaba, o bueno le atraía, pero ¿sería lo mismo de Joel a él?

~ Gracias Joel, voy a acomodar mis cuadernos para iniciar el zoom - el menor corta el momento de ambos y le regla nuevamente una tierna sonrisa.

Se posiciona encima de su catre y con su lapto prende la sala para dar inicio a sus clases.

A la vez que el moreno se recuesta en el marco de la puerta para mirarlo. Erick era muy bonito y Joel si quería cumplir la promesa que le hizo de pequeño al menor.

Ser su esposo.

😷

~ Y en otras noticias, el virus cada vez está más fuerte. Sin embargo el estado autorizo los viajes a lugares cerca por ende las familias que estén a escasos kilómetros podrán viajar, eso si, con las medidas de seguridad necesarias.

El menor sonríe al escuchar aquella noticia, debido a que sus padres ya podían regresar. Sus abuelos no vivían tan lejos y al fin los vería de nuevo. Sin esperar más, toma su celular y marca al número de su progenitora para contarle la buena nueva.

No le agarra el teléfono.

Erick hace un leve puchero y se vuelve a recostar en el sofá. Mirando directamente el techo de su casa,cuestionando se porqué Dios permitió aquello.

¿Acaso la humanidad necesitaba un castigo?

Al cabo de unos minutos su vista se ve obstruida por una figura que se le estaba siendo familiar al muchacho de ojos verdes.

Joel estaba mirando lo extrañado.

~ ¿Qué tienes mocoso?

~ Que soy Erick, Ay, me tienes hasta acá - el ojiverde se toco la cabeza - con ese apodo - se quejo el niño levantandose.

~ Perdón, pero es que si lo eres para mi - se escuso el chico de rulos.

~ ¿Entonces si tú y yo estamos juntos, serías mi sugar daddy?

La pregunta que hizo el Ojiverde fue incomodo para ambos porque, no se había puesto a pensar que Joel era mayor de edad y por ende se convertiría en un "asalta cunas"

¡Ay no!

~ Eso no te importó cuando me pediste para dormír juntos.

~ Perdón, es que... Es estresante la situación en la que estamos y me la estoy agarrando contigo.

El ojiverde baja la mirada por un breve momento y la levanta al instante al oír su celular vibrar.

Era su madre.

~ ¿Aló?

~ Erick - habló entre sollozos la matriarca de los Colón.

































~Tu abuelo está mal.

Feliz jueves :'3

¿Qué les gusta hacer en sus ratos libres?

Me quieren?

Esta obra trataré de hacerlo corta

Gracias por las 300 vistas y puesto número #106


Niñero En Cuarentena ☣️🧡Joerick Where stories live. Discover now