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En el cumpleaños de Sabrina, estuvieron toda la noche juntas. Parecía que sus manos estaban cosidas porque una no podía despegarse de la otra. A Nina le sorprendió que en ningún momento quiso dejar sola a Blanca para irse con sus amigas. Estaba aprovechando al máximo el último día que tenía con ella, aunque su relación era falsa.

Cuando no mucha gente les prestaba atención, se besaban por un largo rato. Nina creía que su corazón se derretiría ahí mismo.

—Todo el mundo se fue, ¿por qué me seguís besando? —le preguntó Blanca separándose de Nina en uno de sus prolongados besos. Todos los invitados se habían ido de la casa de Sabrina y la cumpleañera se quedó dormida en el sillón del living.

—Porque no creo que pueda parar —contestó Nina mientras tenía el rostro de Blanca entre sus manos.

Blanca tomó las muñecas de Nina y suspiró.

—¿Qué significa eso? —le preguntó. Nina no respondió porque no sabía qué decirle—. Nina, decime la verdad —Blanca movió las manos de Nina, bajándolas de su rostro. Sintió como si la estuviera rechazando abiertamente—: ¿cuánto de esto fue falso?

—Yo... —estaba luchando contra sí misma para no explicarle nada.

Gran parte de su vida, se había acostumbrado a no expresar sus sentimientos porque ¿a quién le importaba? Pero la realidad era que había tirado una gran bomba en la cara de Blanca y tenía que hacerse cargo.

—Hace bastante que... me pasan cosas con vos —esperó que eso haya sido suficiente, pero Blanca la seguía mirando con intenciones de que Nina se explayara—. Me gustas y no con intenciones de amigas, sino como algo más —tragó saliva—. Creo que me estoy enamorando —dijo en voz baja, deseando que Blanca no hubiera oído esa última parte, aunque supo que no fue así y que probablemente oyó cada palabra, examinándola, como siempre lo hacía.

—Así que todas esas veces que me dijiste que me querías... ¿en realidad iban en serio? ¿No era parte de la relación falsa? —Nina asintió—. Nunca pensé que te vería así.

Se quedaron un momento calladas. Nina creyó que la tensión podría matarla.

—Tengo... mucho para pensar. Últimamente estuve pensando en cuándo terminaría esto para ser "libre" —dijo mientras hacía las comillas con sus manos—. No lo digo porque no me haya gustado el tiempo que compartí con vos, créeme que disfruté cada segundo —Nina quiso sonreír, aunque tenía la sensación que se acercaría algún pero que lo arruinaría todo—. Pero la realidad es que llevar una relación falsa, con vos... de alguna forma me lastimaba y ahora... no sé, estoy confundida.

—No tenés que tenerme lástima y decirme que tus sentimientos están confundidos —replicó Nina mientras se cruzaba de brazos. Su cara se tornó tan seria que parecería que le cortaría el rostro a cualquier persona.

—No lo digo por lástima.

—¿Sabés qué? Mejor dejémoslo acá. Vámonos.

Habían arreglado que se volverían juntas en el auto de Blanca. Estuvieron todo el viaje sin hablarse. Nina estaba en el asiento del acompañante con su brazo apoyado sobre la puerta y su cabeza mirando las calles por las que pasaban. No quería que sus ojos se encontraran con los de Blanca.

Cuando Blanca estacionó en la puerta de la casa de Nina, ella estaba por salir sin saludarla. Tenía pensado decirle un vago adiós. No sabía si seguirían hablando o dónde terminaría esto, pero Nina estaba segura que todo había terminado allí. Así lo habían pactado, ese sería el último día de Blanca antes de ser "libre". Odiaba esa palabra porque parecía que Blanca siempre fue víctima de una prisión cuando ella había accedido a colaborar.

Sentía que todo connotaba que Blanca no la quería de ninguna forma y que, todo lo que le dijo a Nina, era para hacerla sentir mejor. Sabía que detestaba hacer que la gente se sintiera mal y haría lo que sea por lástima.

Nina creyó que, en ese momento, su corazón podía romperse por cualquier cosa, aunque no estaba segura si era posible que se siguiera destrozando.

Antes de que Nina pudiera salir del auto, Blanca se acercó hacia donde estaba ella y la besó.

Eso la había tomado completamente de sorpresa. Cuando se dio cuenta de lo que estaban haciendo, Nina le devolvió los besos.

Eran diferentes porque, esta vez, estaban ellas solas y no había necesidad de que haya público. Podían ser igual de prolongados, pero eran totalmente íntimos. Nina siempre había soñado con hacer esto y, aunque podía predecir cada movimiento que la boca de Blanca hacía, se sentía como algo nuevo. Era como si estuvieran creando un lenguaje sólo para ellas.

Siguieron así por unos minutos y luego Blanca comenzó a besar el cuello de Nina, haciéndole sentir electricidad por todo su cuerpo. Su respiración estaba agitada y podía sentir que la de Blanca era igual.

Quería que este momento durara para siempre, deseaba poder detenerlo y vivir el resto de sus años allí. Pero sabía que aquello no podía ser posible, las palabras de Blanca le resonaban en su mente.

—Esperá —le dijo Nina. Blanca se separó de ella.

—¿Qué pasa? ¿Hice algo que te... molestara?

—No, es que... no puedo seguir con esto.

—¿Qué? ¿Por qué no?

—Porque yo que vas a romper mi corazón —contestó mientras sostenía las lágrimas que luchaban por salir de sus ojos—. ¡Mirá lo que pasó! Todo esto sobre nuestros... sentimientos era mi peor pesadilla. Estaba aterrada de... mostrarle quién soy a la otra persona y que me rechace.

—No te estoy rechazando, claramente.

—Pero dijiste que te gusta alguien y que querías invitarla a salir. Querías tu "libertad" —dijo mientras hacía las comillas con sus manos— como si todo esto... fuera una cárcel para vos. Si te pasa todo eso, si lo sentís, entonces me estás rechazando.

—No sé cómo explicarlo, pero no...

—Aclará tu mente —le dijo.

No le importó si Blanca le respondía, Nina se acomodó la ropa y salió del auto para irse a su casa.

Cuando llegó a su cama lloró hasta quedarse dormida.

Cómo ellas se conocieronNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ