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—Espero que esta vez sí se cuide señor Fridman

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—Espero que esta vez sí se cuide señor Fridman. Arthur se quedara con usted y le apoyara unos días solo para verificar que todo marcha bien. Le tomara la presión tres veces al día, le recordara sus pastillas y cuidara que no ingiera alcohol. Sea consciente de que usted se ha ganado esto. ¿Cierto Joon?

—Así es doctor. No se preocupe que él hará todo lo que usted ordene al pie de la letra.

— ¡No me estoy muriendo mierda!—intervengo en vista de que se empeñan en tratarme como a un niño de dos años. —Solo ha sido un puto desmayo. Nada que no se controle con descanso. ¡¿Y quién demonios es Arthur?!—dirijo mi vista al doctor que recoge sus cosas de la cama.

—Su enfermero que cuidara de usted. Joon me autorizo contratarle, enseguida le digo que suba. Cuídese y nos vemos en una semana señor Fridman. Recuerde que ya no tiene los puntos, que no debe hacer ningún tipo de esfuerzo físico y mantenga el ritmo del tic-tac de su corazón o mi bisturí lo pondrá en línea—responde Smith cerrando su maletín. Se retira y Joon lo acompaña abajo.

Han armado tremendo alboroto solo porque me he desmayado en el baño justo cuando salía de bañarme. Sebastián dice que estaba como muerto y que se asustó mucho y que por eso han llamado a Smith.  De lo sucedido anoche recuerdo solo algunas cosas pero entre ellas, a mi Henry follando duro y salvaje a Fabricio. ¡Joder, eso fue increíble! Por cierto, ese demonio donde estará que no se ha preocupado por venir a verme. ¡Soy su macho y debería estar al pie de mi cama!

—Hola, buenos días. ¿Se puede pasar?

Una muy suave y dulce vocecita me hace levantar la cabeza de mi cómoda almohada. Mis ojos reciben en la puerta abierta a un nene de piel blanca, cabellos rubios y ojos miel. Boquita roja, pequitas re monas en los cachetitos. Un lindo angelito en la puerta de mi habitación. Me reacomodo sobre las almohadas y me aliso el cabello. Me descubro el pecho bajando la sabana a mi cintura. Es bien bonita la criatura. Parece un lindo principito salido de un cuento.

—Adelante. ¿Tú quién eres dulzura?

—Arthur. Seré su enfermero. Soy sobrino del doctor Smith.

— ¿Arthur como el rey Arthur?—se ríe con lo dicho y se pone rojo como un tomatito. —No sabía que ese sinvergüenza tuviese un sobrino tan lindo. ¿Cuántos años tienes?

—Gracias. Tengo 21 pero estudio para enfermero y ahora que estoy en vacaciones ayudo a mi tío. Si necesita a alguien con más experiencia entenderé.

—Para nada. No creo que se necesite de mucha experiencia para tomarme la presión y darme las pastillas en la boca, arrullarme para dormir y levantarme con mimos. ¿O sí?

Baja la cabeza y no me mira pero puedo ver su bonita cara hecha un poema. Justo entra Joon.

—Arthur, ve...ve a la cocina y dile a Sebastián que suba el...el desayuno del señor Fridman. Luego vas a tu habitación y si el señor Fridman te necesita yo...yo te llamo. ¿Entendiste?

𝓜𝓪𝓽𝓱 𝓕𝓻𝓲𝓭𝓶𝓪𝓷 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora