27. Asalto inesperado

Magsimula sa umpisa
                                    

—No puede ser más grave que esto, así que puede esperar. Nuestra prioridad en este momento es evitar que Máximo quede libre.

Sin más, Mago terminó de cruzar el umbral. Ada quedó sola en la habitación y con una angustia lamentable y un enojo creciente. Solo encontró salida al empuñar su mano y golpearela con impaciencia contra su propia pierna.

Entonces una punzada inesperada en su mente la desestabilizó. Se prolongaba como un chillido agudo y distante que subía potentemente en intensidad. Ada tuvo que sostenerse del pedestal más cercano para no caer. Llevó una de sus manos a la cabeza mientras cerraba sus ojos con dolor.

—Maldita sea, James —murmuró con dificultad, la punzada la taladraba—, ¿por qué no me escuchas? Esto es igual de urgente.

De entrada a la biblioteca, Victoria, Bobbly y Adara se giraron para recibir a Mago Universal. Su caminar decidido y la expresión en su rostro les advirtió todo lo que necesitaban.

—¿Todo bien con Ada? —preguntó Madame. Acababa de pedir disculpas a Bobbly por lo que había dicho antes.

—Un poco triste por lo que le gritaste, pero no es lo importante en este momento.

—¿Qué ocurre, hijo? —inquirió Adara, acercándose. James apartó la mirada—. ¿Estamos en problemas, no es así?

—Y son más críticos que nunca. Vengo de revisar el último registro al tejido del tiempo —dijo a media verdad—, está destruido a un noventa y cinco por ciento.

Todos ampliaron sus ojos con terror, quedaron estáticos en sus miradas.

—Esto es muy malo —murmuró Victoria—. ¿Cómo es que es siquiera posible sin que nos hubiéramos dado cuenta? ¡Habíamos logrado reducir el daño al cuarenta y tres!

—Bobbly jura no haber hecho nada malo —aseguró.

—No tengo la menor idea, pero sí la solución al alcance de nuestras manos —respondió con la vista puesta en los libros sobre la mesa—. ¿Lograste encontrar algo? —preguntó a Adara.

—Estuve repasándolos. Es tal como lo dijo Salomón —le respondió su madre—. Los grimorios están llenos de una sorprende sabiduría, contienen un instructivo completo para acceder al Darkrom sin caer en su maldición.

—¿Y qué se necesita?

—La única forma de combatir la oscuridad de sus sellos se encuentra en un mismo nivel de luz —explicó—. Deberán prepararse con una poderosa energía espiritual si quieren abrirlos.

—El agua del lago —se adelantó Madame—. Tiene propiedades mágicas y curativas. Si meditamos allí unos minutos, podremos armonizarnos con la energía de luz que necesitamos.

Adara asintió.

—Vayan, yo continuaré estudiando las páginas de estos libros, así les ahorro tiempo.

—No hay tiempo que perder. —Decidido, Mago se apresuró en camino al jardín, Madame lo siguió.

—Bobbly se encargará de cuidar a Dreccan —dijo antes de salir.

Mientras tanto, hacia los pasillos más cercanos a la biblioteca, Ada tambaleaba de un lado a otro, golpéandose con desespero contra las paredes. No lograba mantener el equilibro cuando lo único que sentía era todo su mundo desplomarse con la más retumbante de las migrañas.

Sus sienes se inflaban y desinflaban como si golpearan un tambor a su lado. Los susurros se tornaban intensos, demasiados para ser soportados por cualquier criatura.

Siguió el camino a la biblioteca, soltando bramidos cada vez más punzantes.

—Encuentra a James —se esforzó por susurrar, demasiado bajo—. Él puede sanarte. Solo James puede detener esto.

Mago Universal: Encrucijada temporalTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon