Fairytopia ¦¦ YoonMin

🦋 O2 🦋

El ser hijo de el líder de la manada le aseguró una muy buena educación. Sabía de diferentes tipos de temas, incluidas las criaturas mitológicas.

Leyó mucho sobre los duentes cuando era niño. Para él era fascinante en aquel entonces pensar en la posibilidad de que existiera algo más emocionante que lo típico. No eran sólo alfas, betas u omegas. Habían diferentes criaturas increíbles, y de hecho, las hadas entraban allí.

Pequeños seres que vivían en un lugar oculto en los bosques, con el tamaño de una mano y con alas brillantes. Eran unas de las tantas protectoras de los bosques que revoloteaban por aquí y por allá entre los árboles. Pero claro, con el paso de los años, terminó olvidando cada una de las lindas historias llenas de magia en las que esos seres eran protagonistas.

Por eso era una sorpresa para él encontrar a ese diminuto ser de luz en la habitacion. Estuvo a punto de pisarlo, y de haber estado un poco más distraído lo hubiera hecho. Claro que no iba a terminar bonito si eso hubiera pasado, pero no tuvo ni espacio para sentir alivio.

Se sentía reacio a aceptar. Tal vez de nuevo tenía fiebre exageradamente alta y esas eran sólo alucinaciones suyas. Nadie puede ser tan pequeño.

Intentó abrir y cerrar sus ojos varias veces. Se frotó las manos en la cara y hasta se dio unas pequeñas palmaditas en las pálidas mejillas, pero nada. Nada cambiaba o se desvanecía. Ni siquiera esa pequeña estela de luz y brillos.

¿Debía entrar en pánico o no?

No sabía que esperar. Eso no era cosa de todos los días. Había dejado de pensar en las hadas a los once años cuando en uno de sus tantos intentos por escaparse de sus clases para ir al bosque y buscar a esos pequeños seres alados, terminó siendo reprendido por su padre. Ese hombre se había llevado un susto de muerte cuando nadie pudo encontrar a su hijo y bueno, no titubeó mucho a la hora de asegurarle a su primogénito que esas hadas no eran más que simples mitos.

Tal vez fue un error haberlo dicho sin tanto tacto y claro, tal vez, el líder había generado un pequeño daño en su hijo con aquello. Pero con el tiempo YoonGi aprendió a superarlo muy bien; los libros de fantasía en el castillo comenzaban a guardar polvo en los estantes porque ya no había quien los leyera, pero realmente, esa curiosidad y mente abierta a las cosas mágicas nunca desaparecieron. Aunque tampoco pensó que iba tener a tan curiosa criatura descansando completamente agotada en su cama.

Debía moverse rápido. Debía encontrar una solución. ¿Qué mejor opción que Choi Minho?