That's life, go ahead and learn from it

Start from the beginning
                                        

Revuelvo el caldo de verduras, de forma distraída -... ¿te gustan tanto? – asiente -.... ¿por eso mi nombre es tan raro? - esta se voltea.

- ¿Tú nombre?, ¿qué tiene? - hago un puchero con la boca.

- Uno de los hijos de Hayate-san ...-.

- ¿Ese es uno de los clientes, a los que tu padre le vende mercancía? - me interrumpe mamá. Asiento.

- Ellos ...- miro la mesa y luego miro a mamá - ellos estaban aprendiendo otro idioma, de otro país, y me dijeron que mi nombre sonaba a 'zanahoria' en ese idioma - frunzo el ceño, aun sintiéndome avergonzado - les dije que mi nombre es Goku - asevero más fuerte.

Mamá se vuelve a voltear, pero esta vez se sienta con cuidado frente a mí - bueno, las costumbres de otros planetas pueden no entenderse aquí .... lamentablemente, no podemos explicar que somos una raza alienígena – suspira - allá tu nombre era más popular, pero tú decides cielo - me sonríe.

Le sonrío de vuelta - pero, de todas maneras, eso no te salva de comerte los vegetales - hago otro puchero.

-Vamos, ya tienes 9 años. No te voy a estar dando cucharadas, como cuando eras bebé - me mira con sus brazos en sus caderas, firme.

Exhalo, pero tomo la cuchara y comienzo a comer-... ¿y bien? ...- siento que se me enrojecen mis mejillas - ¿está bueno verdad? - me mira divertida.

Le extiendo mi plato. Le sonrío con ganas - ¿hay más? - esta se ríe, negando con su cabeza.

-Sí, pequeño monito - me río.

Es así como termino comiendo todo lo que puedo, además que mamá me había preparado una carne también deliciosa.

Cuando por fin me sacio, me doy cuenta que papá no estaba- ¿y papá? - esta parece pensar, pero justo la puerta de la cocina se abre.

- ¡Ah Bardock! / ¡papá! - este nos saluda.

- ¿Qué ocurre? - se sienta.

- Nos preguntábamos dónde estabas - le sirve un plato de comida.

- Los riegos se rompieron otra vez ... estoy comenzando a pensar que lo hace alguien a propósito - sigue comiendo, un poco enojado - creo que voy a dejar a Kori afuera, para que ataque a este imbécil que rompe los riegos - me río, pensando en que, si realmente había alguien haciéndolo a propósito, papá lo iba a hacer lamentarse el resto de su vida.

- Oye papá, ¿entrenamos? - cambio de tema, ya emocionado con la posibilidad.

- Acabas de comer- me regaña mamá. Me encojo de hombros.

- Así bajo la comida - sonrío emocionado.

- Mejor no. Si te llego a golpear muy fuerte, terminarás vomitando - dice papá. Hago un puchero.

En esos cuatros años, desde que comenzamos a entrenar con papá, sentía que me había hecho más fuerte. Me gustaba ir superándome a mí mismo.

Luego de esas horribles primeras semanas, donde papá me había hecho desear nunca haberle pedido entrenar, las cosas habían cambiado y mejorado.

No quería tenerle temor u odiar a papá, ¡él era lo máximo!, ¡era tan cool!, yo quería ser cómo él, pero esas semanas me habían hecho desear no conocerlo.

Cuando me pidió perdón, sentí mucho alivio, volvía a ser mi papá cariñoso, aunque él jamás admitiría en voz alta que era cariñoso.

- Podrías acompañar a tu abuelo, dijo que iba a ir a pasear por los alrededores - me comenta este, mientras sigue comiendo.

A different pathWhere stories live. Discover now