Adapting to the planet

Start from the beginning
                                        

- Tú sabes a lo que me refiero - pone los brazos en sus caderas - no tienes que destruir la tierra, tienes que ararla, es diferente - exhalo, intentando tranquilizarme.

- Sí, sí - vuelvo a tomar el dichoso rastrillo y vuelvo a comenzar.

Todavía me costaba acostumbrarme, bastante la verdad, a esta vida tan apacible y donde el mayor peligro a las cercanías, eran unas criaturas llamadas osos y esta estupidez de rastrillo.

Exhalo, limpiándome el sudor de mi frente. Ya llevábamos con Gine y Kakarotto, seis meses en este planeta, nuestro nuevo hogar. Gohan-san nos había enseñado mucho de la vida en la Tierra, las costumbres y un poco de la historia.

Nos comentó sobre la geografía y como se organizaban, pero que el sector donde vivíamos, era bastante rural y que muy pocas personas venían para acá. Lo cual, nos había servido mucho, habían sido unos 6 meses verdaderamente tranquilos.

Aunque decir tranquilos, no era totalmente exacto, Kakarotto nos dejaba exhaustos en muchas ocasiones. Tener que cuidarlo 24/7 era un trabajo agotador. Entre los tres nos dividíamos la responsabilidad, aunque admito que el pequeño tenía sus gustos bien definidos.

Cuando quería jugar y gatear por toda la casa, me buscaba para que jugara con él. Cuando tenía hambre y sueño, buscaba a Gine, y en los casos donde algo lo asustaba, buscaba a Gohan-san.

Entre los tres, habíamos logrado llevar adelante todo y tenía que admitir que, pese a todo, disfrutaba de esta vida.

Las diversas misiones me habían ido alejando de Gine, las pocas veces que podía verla, solía saciar mi ansia sexual y listo, tenía que embarcarme en otra misión. Eso nos había comenzado alejar del otro.

Tenía que admitir que ir de misión significaba libertad y una diversión bruta, destruyendo planetas ajenos. Yo había estado bien con eso, lejos de mi esposa y con mi primer hijo bajo el comando de los guardianes de la familia real.

Ahora que estaba viviendo esta vida hogareña y pasiva, me sorprendí disfrutándola y apreciando el hecho de que, me había permitido volver a reencontrarme con mi esposa y Kakarotto.

El único detalle es que, estaba comenzando a extrañar las peleas, poder disfrutar de un buen intercambio de puños, se me estaba haciendo necesario, pero no creía que nadie en este planeta pudiera seguirme el ritmo.

"Usted dijo que era un antiguo guerrero, ¿había un lugar donde luchaba?", en una ocasión le pregunté a Gohan-san.

"¿Cómo un estadio me preguntas?, pues algo así, existen varías competencias, pero nunca me interesó particularmente participar. Mi amigo, el que te mencioné en otra ocasión, solía participar más en esos eventos", me contó.

"Umm ... entiendo, en un par de años podría querer participar... cuando este más acostumbrado al planeta", este asintió.

Luego de eso, hubo que pensar el cómo mantenernos, financieramente, en el planeta. Ya no podía ser un guerrero al cual pagaran por sus servicios, aunque Gohan-san me dijo que, de poder, se puede. Existían los mercenarios y ladrones, pero yo tenía que ser honesto, dejar esa vida de crueldad atrás.

Conversando con Gine, acordamos que buscaríamos la fuerza de una manera diferente, mejor a lo que habíamos dejado atrás. Así fue como Gohan-san comenzó a enseñarme a trabajar la tierra, para ser un agricultor.

Era exasperante, pero al mismo tiempo, sentía que me había ayudado a tranquilizar un poco mi energía y mis ánimos.

Un paso importante que íbamos a hacer hoy, iba a ser ir a sacar nuevos documentos para nosotros tres, según Gohan-san, era importante. Legalmente, tendríamos una identidad, podríamos acceder con mayor facilidad a lo que nos ofrecía la economía de este planeta.

A different pathWhere stories live. Discover now